El príncipe Joaquín de Bélgica es el décimo en la línea de sucesión a la corona belga, sin embargo, no participa como representante institucional de la monarquía de este país. Hijo de la princesa Astrid y el príncipe Lorenzo, el joven, que ha dado positivo en covid-19 tras asistir a una fiesta en Córdoba esta semana y por la que casi una treintena de personas están en cuarenta, es sobrino directo del actual rey de los belgas, Felipe de Bélgica.

Los asistentes se saltaron todos los protocolos establecidos durante el estado de alarma, según la denuncia presentada por la Junta de Andalucía ante la Subdelegación del Gobierno de Córdoba, y ahora se enfrentan a una multa de 280.000 euros. 

El joven de 28 años y licenciado en Economía Internacional, Gestión y Finanzas, además, mantiene una relación con la cordobesa Victoria Ortiz Martínez-Sagrera, por eso, acudió a Córdoba a principios de la semana pasada, aunque una de las opciones que se manejan desde la prensa belga citando fuentes del Palacio de Laeken -donde residen los reyes de Bélgica- es que viniera a Córdoba por motivos profesionales.

Además, el joven no es el primero de la Casa Real Belga en dar positivo en coronavirus, ya que su tía Claire, mujer del príncipe de Lorenzo -el hijo menor del anterior rey de los belgas, Alberto II, y de su mujer, la reina Paola- también se contagió a principios del mes de mayo, tal y como ya informaron en su día los medios de comunicación belgas. 

La relación entre la corona belga y la provincia de Córdoba no es algo nuevo, ya que los reyes Balduino y Fabiola de Aragón pasaron su luna de miel en Hornachuelos. El matrimonio, de profundas creencias religiosas, decidió pasar los primeros días como marido y mujer en la finca San Calixto como huéspedes de los marqueses de Salinas, donde se fundó el convento de las Carmelitas Descalzas del Tardón.

La fiesta  en la que ha participado el joven príncipe belga, que ostenta el título de archiduque de Austria-este, ha provocado numerosas críticas en las redes sociales y en los medios, ya que ha puesto de manifiesto que se incumplieron las medidas de distanciamiento social y que se saltaron todos los protocolos establecidos para contener nuevos casos de contagio.

Tal y como ya informó el Día, el príncipe se desplazó a España el 24 de mayo en un vuelo comercial hasta Madrid y con un permiso de entrada en el país, pese a las restricciones por la pandemia, debido que realiza unas prácticas empresariales allí.

El 26 de mayo participó en "una reunión" en Córdoba y ahora deberá permanecer en España guardando cuarentena. 

Por el momento y, según han confirmado fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Córdoba ya han sido localizadas las cinco personas de la provincia de Sevilla que acudieron a la fiesta y, que guardan la cuarentena.