Unas prendas convertidas en obras de arte
El Mercado de la Artesanía acoge una muestra dedicada a dar a conocer la historia del mantón de Manila y la mantillal ORIGEN El origen del mantón se remonta al año 600 a.c. Parece que las mujeres chinas de la dinastía T´ang usaban este tipo de chales. Son conocidos como de Manila porque los comerciantes españoles los vieron por primera vez en la capital de Filipinas en el siglo XVI.
El Mercado de la Artesanía de Andalucía en Córdoba abrió ayer sus puertas a unas prendas tan tradicionales en esta tierra como son el mantón de Manila y la mantilla. Hasta el próximo 13 de diciembre todos los visitantes a esta muestra descubrirán la historia y evolución, así como las formas y usos de un patrimonio material que ha perdurado a lo largo del tiempo gracias al esfuerzo y dedicación de muchas artesanas andaluzas.
En total, la exposición está compuesta de doce mantones clásicos y seis modernos que consiguen unir la innovación con la tradición de estas prendas realizadas a mano y que llegaron a la localidad sevillana de Carrión de los Céspedes gracias al desembarco del Galeón de Manila a principios del siglo XIX. En la muestra participan diferentes sensibilidades en la forma de entender estos preciados chales de seda bordados. Las versiones más tradicionales del clásico mantón las han aportado artistas como Ángeles Espinar, bordadora sevillana que ha sido distinguida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por su difusión del Patrimonio Artístico Nacional. Junto a sus prendas, se encuentran las aportadas por Manuela Romero, una vecina de Carrión de los Céspedes que comenzó a bordar con apenas nueve años y que ha participado en importantes encuentros de la moda como Simof y otras muestras internacionales. Y la última representante de la tradición es María Josefa Reinoso, una experta bordadora que posee colecciones propias de mantones que han representado a la provincia sevillana en diferentes delegaciones comerciales y culturales.
Como contrapunto se encuentra el mantón contemporáneo, que llega de la mano de Ana y Chonin Ruesga Navarro, hermanas que transmiten a sus obras un fuerte contenido creativo, tanto en su concepto como en sus formas. También se exponen los mantones de Margaret de Arcos, cuyos artículos se caracterizan por un estilo original y propio, con una cuidada elaboración donde la innovación y la creatividad ocupan una posición preponderante.
Si los chales son ya unas prendas arraigadas a la cultura andaluza, no menos importancia tienen otros complementos como las peinetas y los abanicos. Por ello los organizadores de esta muestra también les han dedicado un espacio. Las peinetas más clásicas pertenecen a Aurora Rivas, interesada por el calado sobre carey pero teniendo en cuenta los gustos actuales, y Antonio Cruz-Conde que con un sabor típicamente cordobés elabora sus piezas con la técnica de la filigrana formando arabescos con delicados hilos de oro y plata. Mientras, las peinetas más atrevidas llegan de la mano de Andrés Martín, conocido por ser el creador de las peinetas de la cantante Martirio.
En cuanto a los abanicos, un expositor recoge toda una serie de piezas creadas en el Taller de la Abaquinería de la Escuela de Arte de Cádiz, el único que imparte esta especialidad artesanal. Gracias a esta labor, el taller ha recibido la Medalla del Trimilenario del Ayuntamiento de Cádiz por su contribución a la consolidación de este elemento como seña de identidad gaditana.
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