La posibilidad de éxito del 'bebé medicamento' es sólo de un 10%
Los médicos alertan de la "complejidad" del tratamiento de la niña cordobesa
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La autorización concedida anteayer por las autoridades sanitarias para que la pareja cordobesa pudiera concebir el bebé medicamento que permita salvar la vida de su hija, Lucía, mediante un trasplante de médula es un paso decisivo, pero sólo el primero de los muchos que aún hay que dar. El personal médico que se encuentra al frente de esta operación hizo ayer un llamamiento a la prudencia y señaló que la posibilidad de éxito se reduce al 10%. Así lo apuntó a El Día el jefe del Servicio de Hematología del Hospital Virgen del Rocío, Álvaro Urbano, al analizar, el nuevo panorama después de que la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida diera el esperado visto bueno.
El procedimiento, tal y como lo explicó el médico del centro sevillano -que es donde se llevará a cabo-, es "muy complejo", ya que de lo que se trata es de que la pareja, formada por Miguel Ángel Velasco y Francisca Alcaide, tiene que concebir otro hijo que sea "genéticamente idéntico a Lucía". Aparte de todo ello, el bebé "debe estar completamente sano" para pueda realizarse el trasplante. Las probabilidades de éxito se van reduciendo, por tanto, a medida que se profundiza en la operación. El propio facultativo precisó que la posibilidad de que haya dos hermanos genéticamente idénticos son del 25%, una cifra que no recoge que uno de ellos no sea totalmente sano.
Se inicia así un duro camino para tratar de salvar la vida de Lucía a través de un bebé medicamento. La primera fase del tratamiento, que se llevará a cabo en la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal del Virgen del Rocío, consiste en fertilizar un óvulo de la madre con los espermatozoides del padre y tratar de identificar los "grupos celulares adecuados" del embrión que cumplan los requisitos para que el tratamiento tenga éxito. Para lograrlo, según explicó el facultativo, es "fundamental" detectar el grupo celular que esté libre de la enfermedad hereditaria y que, como es lógico, sea idéntico al paciente.
Una vez llegado a este punto la posibilidad de éxito roza el 90% y habrá que esperar los nueves meses de gestación para iniciar la segunda fase del tratamiento. Una vez nacido el bebé se procederá al trasplante de médula ósea a partir de las células madre o de la sangre periférica del cordón umbilical del recién nacido sano. De esta forma, Lucía logrará vencer una enfermedad de la que apenas son tratadas unas 150 personas en todo el mundo y superar así la inmunodeficiencia que nació hace dos años y medio.
La madre de Lucía, con la que contactó ayer este periódico, declaró que está en "una nube", si bien reconoció que el proceso es bastante complejo y que aún queda "mucho por hacer". La delegada provincial de Salud, María Isabel Baena, por su parte, consideró que es una "gran noticia" y precisó que "hay que ser prudentes en todo momento", por lo que reiteró su apoyo "a esta familia hasta que todo se resuelva a su favor".
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