Más de 2.000 personas con adicción inician tratamiento en el último año
El delegado del Plan Nacional sobre Drogas aboga por tratar la drogodependencia "como una enfermedad más" y por mejorar los recursos para resolver el problema
El Instituto Provincial de Bienestar Social registró durante 2011 2.094 admisiones y readmisiones de personas con algún tipo de adicción, y atendió alrededor de 12.000 consultas relacionadas con este problema, según la información que ayer aportó el coordinador del programa de este organismo, Bartolomé de la Fuente. El responsable, que acompañó en una visita a un centro de tratamiento de Las Moreras al delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín, afirmó que el problema "se mantiene" pese a que en los últimos años se había producido "un pequeño bajón" debido a que el tratamiento de las adicciones al tabaco se realizaba por otros cauces.
El perfil de los usuarios de los programas de desintoxicación "es muy variado", aunque De la Fuente apreció que ha disminuido la edad de quienes acceden por primera vez a los recursos del Instituto por su adicción al alcohol, al cannabis o a la cocaína. Los últimos informes apuntan a que el consumo del alcohol y el cannabis, por ejemplo, ha disminuido hasta los 13 ó 14 años, de manera que los primeros tratamientos se inician cuando los jóvenes tienen entre 20 y 25 años. De la Fuente, no obstante, dijo que el alcoholismo afecta "a todas las edades", y en algunos casos lleva aparejado el consumo de cocaína.
El delegado del Plan Nacional de Drogas reconoció que "aún queda mucho por hacer" en la lucha contra las adicciones. "Siempre pensamos en las sustancias y poco en las personas", dijo Babín, quien abogó por "dotar a los profesionales de los instrumentos necesarios para poder abordar el problema" y por "concebir la drogodependencia como una enfermedad". "Para que sea una enfermedad como otra cualquiera, hay que avanzar en la integración y hay que hacer que todos los profesionales cuenten con recursos para poder realizar bien su trabajo", insistió el delegado del Gobierno, quien reconoció que todavía hay médicos que atienden a este tipo de pacientes "que no tienen talonarios de recetas". "Estas cosas habría que contemplrlas y solucionarlas, pues para ser eficientes hay que contar con los recursos necesarios", concluyó.
La vicepresidenta segunda de la Diputación, Rosario Alarcón, quien también estuvo en la visita, achacó a la Junta de Andalucía que exista un "desequilibrio entre provincias" a la hora de tratar a los drogodependientes y a sus familias. "En Córdoba, la Junta no está haciendo el trabajo que debería de la mano de las asociaciones involucradas", insistió Alarcón, quien desveló que algunas comunidades terapéuticas no llegan ni al 50% de su capacidad debido a que no se deriva de manera eficaz a los pacientes. De la Fuente abundó en que "hay algunas listas de espera que no serían recomendables", pues "distorsionan la evolución del tratamiento".
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