Solidaridad

La pandemia dispara la atención a familias en el comedor social de los Trinitarios

  • Prolibertas cierra 2020 como el año en el que más comidas se han repartido en los 31 años del centro

David Lino, Antonio Jiménez y Eduardo García presentan el balance del comedor

David Lino, Antonio Jiménez y Eduardo García presentan el balance del comedor / Juan Ayala

"Nos hemos encontrado una situación que no se vivía desde la crisis de 2008, familias completas a las puertas del comedor esperando recibir comida". El responsable del comedor social de los Trinitarios, David Lino, ha destacado de esta forma que la pandemia ha disparado la atención a familias en este complejo que gestiona la Fundación Prolibertas. Un comedor que en los 31 años de funcionamiento cerró 2020 como el año en el que más comidas repartió, un 48% más que en 2019, según han explicado el director del comedor, Eduardo García, y el director general de la Fundación Prolibertas, Antonio Jiménez . "En 2020 se repartieron 31.153 por las 21.046 de 2019", ha explicado García, también delegado local de Prolibertas.

El comedor social de los Trinitarios atendió en 2020 a 199 familias intregradas en total por 544 personas, a las que se les repartió 4.130 comidas. "A ellas hay que sumar las 1.068 personas que han sido usuarias del comedor social en 2020, un 10,5% más que en 2019", ha destacado García. "Durante 2020 han acudido por primera vez al centro un total de 633 personas diferentes, de las cuales 431 lo hicieron a partir del estado de alarma", ha añadido.

Lino ha detallado que tras el inicio del confinamiento comenzaron a llegar al comedor social núcleos familiares completos con necesidades de alimentos al encontrarse sin ingresos, en espera del cobro de ERTEs, al haberse degradado su situación económica, incluso personas que dependían de entidades que atendían su necesidad de alimento y que estaban cerradas. "Debido a esta situación, comenzamos a atender a familias por iniciativa propia, con el apoyo de numerosas personas y empresas y posteriormente con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba", ha detallado.

El responsable del comedor social ha indicado que "lamentablemente esto es un paso atrás" ya que a finales del año 2019 la Fundación Prolibertas pudo dar por finalizada la necesidad del Programa de Atención a Familias, que desde la crisis de 2008 venía realizando "para centrar nuestro trabajo y esfuerzo en las personas sin hogar, estamos de nuevo en la necesidad social nos transporta a escenarios de hace tiempo", ha insistido. 

Nuevo perfil de los atendidos

"El perfil de las personas que han precisado de nuestro recurso durante este año se ha desdibujado", ha destacado Lino. "Las personas que en el imaginario colectivo pudieran ser susceptibles de ser beneficiarias del comedor, han pasado a ser solo parte del total. A los habituales motivos para estar en situación deexclusión se han sumado autónomos, personas pendientes de cobro de un ERTE, personas que subsistían en la economía sumergida, personal de hostelería y del sector servicios, vendedores ambulantes o feriantes", ha puntualizado.

Lino ha insistido en que la atención social a todas estas personas ha estado muy condicionada por esta nueva situación. "La pandemia ha protagonizado tanto las atenciones, como las necesidades de las personas que atendemos", ha aseverado. También ha incidido en que una de las necesidades más recurrentes ha sido, la solicitud de Ingreso Mínimo Vital. "Esta prestación ha sido motivo de multitud de consultas, demandas y digámoslo también, de desesperación, ya que, los requisitos que exige y la documentación que se precisaaportar, hace que sea prácticamente imposible para muchas de las personas que acompañamos, al anularse la atención presencial en organismos públicos", ha sentenciado. Para añadir que esta nueva situación ha acelerado la brecha digital, "provocando una mayor desigualdad en el acceso y uso de las tecnologías, quedando muchas de estas personas excluidas".

Casa Libertad

El delegado local de Prolibertas ha explicado que en 2020 se atendió a 636 personas sin hogar en el Centro Social Casa Libertad, que gestiona la Fundación Prolibertas. De ellas, 549 fueron hombres y 91, mujeres. "Esto significa un descenso del 19,6% con respecto a 2019, año en el que se atendió a 791 personas", ha sentenciado García, quien ha indicado que Casa Libertad "es un centro ya consolidado a pesar de sus pocos años de vida, solo tres".

El Centro Social Casa Libertad permaneció cerrado desde el 13 de marzo al 8 de junio de 2020 debido a las normativas sanitarias que se decretaron por el covid. "Por lo tanto el número de días que ha estado abierto el centro ha sido muy inferior al año pasado, 195 días en total. Con el espacio físico cerrado, el equipo técnico de Prolibertas en Córdoba, y usando el recurso que estaba a su alcance, el comedor, se reinventó a diario para cumplir la normativa existente en la pandemia y poder ofrecer un servicio de calidad y cercano que llegase al mayor número de personas posibles", ha explicado.

"Somos conscientes de cómo esta nueva realidad ha provocado que las plazas ofrecidas por las medidas de seguridad de la pandemia, 20 en total, se quedan muy cortas para dar cabida al gran número de personas, en situación de calle, que existe en nuestra ciudad, 324 personas según el último recuento de la red Cohabita", ha insistido. "En este año la situación no ha mejorado y si acabamos el año con una media de 150 comensales diarios en el salón comedor de la casa, ya vamos por 160 y hasta 165 en días puntuales en distintos turnos", ha resaltado.

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