La oposición señala que la playa fluvial era "otra maqueta"

Torrico señala que "una vez más la razón vuelve a estar de parte del PP" en un caso habitual de "falta de gestión"

Antonio López y José Antonio Nieto, en una imagen de archivo.
Antonio López y José Antonio Nieto, en una imagen de archivo.

La decisión del gobierno municipal de aparcar el proyecto de hacer una playa fluvial en Miraflores no ha cogido de sorpresa a los concejales del Partido Popular. Su viceportavoz Miguel Ángel Torrico señaló ayer que el tiempo les ha dado "la razón" después de las críticas que han realizado tras conocerse una iniciativa que en su momento no contó con el respaldo ni de vecinos ni de ecologistas.

Además de las restricciones económicas a que está sometido el Ayuntamiento para los próximos años por culpa de la crisis, lo que obliga a reducir a la mínima expresión las inversiones a realizar, el gobierno municipal añade también el argumento del riego de crecidas del Guadalquivir. Esta posibilidad, conocida desde antiguo y puesta de manifiesto este pasado invierno a causa de la dilatada temporada de fuertes lluvias que desbordó el cauce del río, es otra de las causas a las que se agarra el grupo de IU para guardar el proyecto en el cajón.

Torrico indicó ayer que este proyecto de la playa de Miraflores le pareció a la oposición municipal que "no estaba bien dimensionado, como pasa con tantos otros". Cuando se conoció la iniciativa, el portavoz popular, José Antonio Nieto, se apresuró a pedir "realismo" al gobierno municipal, al entender que la playa fluvial supondría la destrucción de la primera fase del Plan del Río así como la desforestación de los árboles de la zona. Sobre este aspecto, el edil del PP señaló que las actuaciones en el entorno del Guadalquivir hay que hacerlas "protegiendo la naturaleza, siendo sensatos y sabiendo cuál es la situación económica del Ayuntamiento de Córdoba en este momento".

Torrico indicó ayer que estas críticas premonitorias de Nieto fueron respondidas desde el gobierno municipal "haciendo oposición a la oposición, y como en tantas otras ocasiones la razón está de parte del PP". El viceportavoz popular señaló también que el proceso seguido con esta playa fluvial no es nuevo en el Ayuntamiento, puesto que "es habitual ante la falta de gestión y la constante venta de humo porque son incapaces de llevarlo a la práctica".

La intención del equipo de gobierno era actuar en la margen izquierda del Guadalquivir, entre el meandro de Miraflores y el Puente Romano para crear una zona de esparcimiento estival. Contaría con chiringuitos, cuya gestión se pensaba negociar con Hostecor, así como con juegos infantiles. La orilla del río se dividiría en tres segmentos, cada uno de ellos con un uso concreto. Así, la parte situada frente al Molino de Martos sería la playa propiamente dicha, dotada con hamacas, vestuarios y aseos, mientras que en la parte cercana al Puente de Miraflores estaría dedicada a los jóvenes, donde habría pistas para la práctica deportiva, como el voley playa, así como un escenario sobre las aguas del río para diversas actuaciones musicales. La franja de orilla comprendida entre este último puente y el Romano dispondría de dos instalaciones de ambiente chill out.

El propósito del Ayuntamiento era construir en la zona de baños unas edificaciones para cumplir con la seguridad, el mantenimiento y sanidad de la zona. Tampoco se descartaba una piscina en esta parte.

Si se hubiesen cumplido los planes barajados por el Ayuntamiento desde un principio, la playa fluvial ya sería una realidad. La intención era comenzar las obras en los primeros meses de este año para que hubiese estado en funcionamiento en la pasada Semana Santa.

Los planos contemplaban la construcción de cuatro o cinco chiringitos en la zona destinada a playa, para así poder satisfacer la demanda de los usuarios de la misma. La gestión de estos recintos se pensaba negociar con la patronal del sector en Córdoba (Hostecor).

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