El nuevo Balcón del Guadalquivir: un jardín con sombras y estanques naturalizados

La construcción del tanque de tormentas que acomete Emacsa en el Balcón del Guadalquivir, una actuación que cuenta con 22,2 millones de presupuesto y ejecuta la UTE formada por FCC Construcción y Viguecons Estévez ha entrado en su recta final. Tras ello, la misma UTE procederá a convertir el Balcón del Guadalquivir en un jardín con sombras y estanques naturalizados.

Este martes, el alcalde de la ciudad, José María Bellido, y el presidente de Emacsa, Daniel García-Ibarrola, han estado presentes en la presentación del proyecto de una actuación que estará concluida "en el primer semestre de 2026", según ha referido el alcalde. Tal y como han destacado, la actuación, que abarca más de 18.000 metros cuadrados, "culmina la gran obra hidráulica del tanque de tormentas —el primero de Córdoba con una capacidad de 24.000 metros cuadrados— y transformará la superficie afectada en un espacio público renovado, sostenible y adaptado al cambio climático".

El autor del proyecto, el arquitecto Rafael Fernando Marín, ha explicado que la construcción del tanque bajo el Balcón del Guadalquivir requirió la eliminación de la urbanización original diseñada en 2003 por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg. Para añadir que el nuevo proyecto, promovido por Emacsa con la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba, "mantiene el respeto a la concepción arquitectónica de Baldeweg, pero la adapta a los retos actuales: sostenibilidad, biodiversidad y confort climático".

Mientras, Bellido ha apuntado que este espacio renacerá como una infraestructura verde urbana, en línea con la Estrategia Europea de Infraestructura Verde (2013) y las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN), "combinando vegetación, agua, pavimentos drenantes y zonas de sombra para crear un entorno más habitable y resiliente".

"Lo que teníamos en el Balcón del Guadalquivir era de un alto valor arquitectónico, pero también era una plaza dura, donde lo que predominaba era la piedra, el hormigón, que se constituía en los meses de altas temperaturas en una isla de calor urbana. Era un espacio de paso y va a ser un espacio de convivencia. Era una costura urbana en un entorno totalmente natural, como es el de la ribera del Guadalquivir. Con esta actuación apostamos por un espacio urbano en que el principal color va a ser el verde y no el gris, como hasta ahora", ha subrayado el alcalde.

Un proyecto con cinco ejes de intervención

El proyecto propone una intervención global basada en cinco actuaciones principales. El primero es el ajardinamiento de las antiguas albercas. Las tres grandes piletas longitudinales se transforman en praderas ajardinadas en pendiente con césped natural y arbolado autóctono, convertidas en zonas de estancia y esparcimiento.

El segundo es la creación de estanques naturalizados. En lugar de las láminas de agua cloradas, se construirán estanques ecológicos de 70 centímetros de profundidad, alimentados con agua freática y con flora y fauna autóctona, incluyendo especies protegidas como el salinete (Aphanius baeticus).

El tercero es la implantación de marquesinas y sombras naturales. Se instalarán tres bandas de marquesinas modulares inspiradas en motivos geométricos de la Mezquita-Catedral, con cubierta microperforada y estructura metálica color ocre y almagra. Se combinarán con arbolado para reducir el efecto isla de calor.

El cuarto es la incorporación de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), con pavimentos porosos y zanjas filtrantes que recogen el agua de lluvia y la vuelven al infiltrar al terreno mediante tres pozos de infiltración, cerrando el ciclo hídrico sin usar agua potable. Un posterior sondeo permitirá extraer agua del propio nivel freático para dar servicio a la limpieza del tanque de tormentas, el riego y baldeo de la zona y el llenado de los estanques.

Y el quinto es el del aumento de biodiversidad y eficiencia hídrica. Toda la jardinería empleará especies mediterráneas de bajo consumo hídrico, con riego por goteo. Se favorece la naturalización, el reciclaje de materiales y el uso de recursos locales.

Materiales, sostenibilidad y mantenimiento

El proyecto prioriza la reutilización de materiales del Balcón del Guadalquivir original (piedra natural, encintados de granito, adoquines) y el uso de técnicas constructivas de bajo impacto ambiental. Los nuevos pavimentos drenantes y los estanques naturalizados permitirán reducir la temperatura superficial y aumentar la humedad ambiental.

La selección vegetal, supervisada por el Imgema y Parques y Jardines, "garantizará un equilibrio entre belleza, sostenibilidad y cultura local. El plan de mantenimiento incorporará criterios de eficiencia hídrica, reducción de residuos y bajo consumo energético".

Desde Emacsa han destacado que el Balcón del Guadalquivir volverá a ser una de las principales puertas de entrada a Córdoba, "punto de conexión entre la ciudad contemporánea y su patrimonio histórico. El diseño de las marquesinas, inspirado en los motivos de la Puerta de San Ildefonso de la Mezquita-Catedral, reforzará el diálogo entre la modernidad y la identidad cordobesa. El nuevo espacio se concibe como un pulmón verde junto al río, destinado al ocio, al paseo y a la contemplación, uniendo la ingeniería hidráulica de vanguardia con el respeto por la arquitectura y el paisaje".

Asimismo, García-Ibarrola ha añadido que el proyecto da cumplimiento directo a los programas de adaptación del Plan Municipal contra el Cambio Climático de Córdoba (PMCC 2022-2030), "especialmente en sus líneas de reverdecimiento urbano, creación de sombras, mejora del patrimonio natural y optimización del ciclo integral del agua. Además, introduce por primera vez en Córdoba la aplicación integral de SUDS, reduciendo la escorrentía superficial y contribuyendo a la descarbonización del ciclo urbano del agua".