Educación

Los niños quieren aprender idiomas

  • Los centros de formación privados apuestan a la incorporación del chino y el japonés

  • La edad ideal para ampliar el vocabulario y la comprensión va desde los seis a los 11 años

Un niño cumple con sus deberes.

Un niño cumple con sus deberes. / El Día

Los idiomas son una de las actividades extraescolares más demandadas desde hace muchos años, pero gracias al uso del internet, los niños están cada vez más motivados e implicados en su propio aprendizaje de algún idioma extranjero.

Los tiempos han cambiado y para los menores de la denominada generación Z es un gusto poder comprender mejor los videojuegos, la música y los vídeo blogs que tanto les entretienen en Internet. Lo que antes era una obligación, ahora es un placer para ellos.

Aunque la propuesta pública de la enseñanza bilingüe va en aumento, de hecho, según los datos de la consejería de Educación, la red de centros con enseñanzas bilingües de la provincia se ha incrementado en tres, hasta llegar a los 116 centros sostenidos con fondos públicos. De esta oferta, 61 son colegios de Infantil y Primaria y 55 institutos de Secundaria. En total, este año “serán más de 36.500 los alumnos escolarizados en centros públicos los que recibirán formación en un segundo idioma con una plantilla de más de 1.000 docentes y más de 124 auxiliares de conversación”.

Aún así, para Cristina Rodríguez Ruiz, directora del centro de formación Smaland, “siguen faltando medios en los institutos” y es por esto que para ella las academias privadas continuarán recibiendo alumnos en sus aulas todos los años.

“Los niños están cada vez más implicados en su propio aprendizaje de algún idioma”, afirma Rodríguez sin titubear. Tanto es así, que ellos mismos llevan a sus clases canciones, vídeos y material interactivo con el que pueden trabajar junto a sus profesores. Aunado a eso, los niños más pequeños cada vez llegan con niveles más altos de inglés, “incluso sobrepasan la capacidad de los adultos en el aprendizaje y pronunciación del idioma”, precisa Rodríguez, al tiempo que asegura que “hay niños de 12 años que llegan a las academias dominando niveles B1 y B2 de inglés, algo que antes era difícil de ver”.

Aunque ese idioma continúa siendo el más demandado, la curiosidad por aprender el chino y el japonés ha hecho que se abran algunas clases de estos idiomas en la academia. En este sentido, Rodríguez afirma que el chino puede llegar a ser un idioma que motive a cada vez más jóvenes por la importancia económica que tiene ese país y debido al interés de movilidad académica y laboral de esta población.

Cristina Crespo López del Centro de Preparación CLC Idiomas concuerda en que el inglés sigue siendo el segundo idioma que se aprende, sin embargo, indica que “desde hace aproximadamente dos años, el francés ha aparecido en la lista de demandados para reforzar la enseñanza del colegio”, que a su juicio, “no termina de resultar”.

En este sentido, indica que el mejor método para la enseñanza a los menores es “a través de conversaciones con estructuras completas de preguntas y respuestas” en las que no existen los atajos ni es necesario el papel y lápiz. Desde que se cierra la puerta del aula deben hablar en el idioma de su clase, “lo que les ha permitido mantener conversaciones fluidas en menos tiempo”.

Crespo enfatiza en que en los tiempos que corren “no tener un nivel alto de inglés te imposibilita en el ámbito profesional”, donde la mayoría de empresas exigen como mínimo un nivel C1 de inglés y en muchas ocasiones un tercer idioma. En este sentido, no duda en que “aprender desde chicos tiene muchas más ventajas que dejarlo para la vida adulta o cuando sea necesario”.

La mejor edad para aprender

Los expertos coinciden en que mientras más temprano se empiece a aprender una lengua, mejor. Sin embargo, para los representantes de la academia CLC Idiomas, aunque los niños de tres a cinco años “tienen un enorme potencial para aprender idiomas”, la edad que consideran “perfecta” va desde los seis a los 11 años, pues es la etapa en la que el alumno “amplía la base del idioma, adquiriendo los conocimientos gramaticales, el vocabulario y la comprensión” para comunicarse con un habla fluida de acuerdo a su nivel, apunta Cristina Crespo.

“Los niños son como esponjas y tienen una mentalidad abierta; son capaces de asimilar rápidamente conceptos como la importancia de la pronunciación y la entonación”. Además, pueden hacer uso de oraciones completas y no solo de palabras sueltas, como suelen aprender los más pequeños. Los niños de estas edades “son capaces de generar lenguaje mediante la combinación de sus conocimientos con el uso intiutivo que tienen de la imaginación”.

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