¿Es posible que se repita una nevada en Córdoba como la de 2010?
Meteorología
Hace casi 11 años que la ciudad se vio cubierta por un intenso manto blanco pasado el mediodía; desde ese día, no ha vuelto a registrarse un fenómeno meteorológico similar en la capital
Que este hecho vuelva a repetirse en la actualidad no es totalmente imposible
El 10 de enero de 2010, pasado el mediodía, Córdoba capital veía cómo caían copos blancos del cielo que cuajaban a su llegada al suelo. Ha pasado ya más de una década y aquella nevada histórica no ha vuelto a repetirse. La de principios de 2010 fue la más copiosa de todas las registradas en casi 40 años. La precipitación anotada en la estación del aeropuerto marcó siete litros y, por primera vez en la historia, tuvo que suspenderse en la ciudad un partido de fútbol (el del Córdoba contra el Rayo Vallecano) a causa de este fenómeno meteorológico.
Seguro que muchas cámaras fotográficas (por aquel entonces no estaba tan de moda hacer fotos con el teléfono móvil) guardan aún los recuerdos de aquellas jornadas. Ahora, lo que cabría preguntarse es: ¿Podría volver a darse un hecho de este tipo en Córdoba capital? En la provincia está claro que sí. Hace apenas unos días ya llegaban las primeras nieves de la temporada a la Subbética, concretamente al santuario de la Virgen de la Sierra de Cabra. Tampoco es excesivamente raro ver copos en Cardeña, o en la zona de Los Pedroches, aunque aquí en menor medida, pero lo que sí que es raro es observar esta estampa en la capital.
Para poner algo de luz en este asunto, el Día ha hablado con María José Polo, catedrática en el área de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Córdoba (UCO), perteneciente al Departamento de Agronomía, e integrante de un grupo de investigación que estudia el comportamiento de la nieve en zonas que no son tradicionalmente frías. Ese trabajo lo han llevado a cabo en la granadina Sierra Nevada, con picos fríos, sí, pero rodeada de clima mediterráneo y también en la zona de Cardeña.
A través de los estudios realizados, Polo apunta hacia un punto clave: "La variabilidad es tremenda". Es decir, observaron que en zonas de este tipo, hasta el año 2000, parecía que el volumen de nieve bajaba, de aquí a 2010 la diferencia no era significativa y hasta 2018, nevaba menos.
Y si es complicado observar el comportamiento de este fenómeno meteorológico en zonas donde habitualmente nieva, ¿cómo será en una ciudad como Córdoba, apenas acostumbrada a la nieve? La catedrática de la UCO explica varios puntos. Por un lado, es lógico pensar que para que nieve es necesario que la temperatura baje, pero el proceso, apunta Polo, "es mucho más complejo".
La temperatura media anual ha subido, eso es por todos sabido, y más aún en Córdoba, una ciudad dada a los extremos en este sentido. Sin embargo, Polo puntualiza que este hecho "no quiere decir que las mínimas diarias hagan lo mismo". Es decir, se podría pensar que es muy difícil que nieve en Córdoba porque el cambio climático ha supuesto un aumento de temperaturas, pero los picos de mínimas siguen estando ahí. "Los valores medios", sentencia la ingeniera, "enmascaran los extremos".
Es más, Polo cuenta que en los últimos 15 años ha nevado con más frecuencia que en periodos anteriores, en 2006 y 2007 también nevó en la capital, por ejemplo. También se ha observado cierta tendencia a que el clima se haga más extremo, por lo que se pueden alcanzar mínimas más bajas, lo que "puede favorecer que nieve", explica la catedrática.
Es decir, ¿podría volver a nevar en Córdoba capital? Claro que sí. Pero ojo, las condiciones para que esto ocurra no tienen que ver únicamente con que el mercurio baje mucho. El proceso lo explica Polo de forma muy clara. Los copos se forman en las capas altas de la atmósfera y la presión, la temperatura del aire y el contenido de agua hacen que esos copos o bien estén en estado líquido, en vapor o sólido. Si estas variables se juntan, el conocido como cristal de nieve crece y comienza a caer, si la temperatura es fría, obviamente, se puede mantener ese cristal y no fundirse, de ahí que en zonas bajas (como Córdoba) nieve muchísimo menos porque esa temperatura tiende a subir.
Aún así, Polo apunta hacia otro asunto muy importante y es que afirma que "no es cierto que cuanto más frío haga más nieve hay, no tiene por qué ser así ya que el aire frío no almacena tanta agua" y, claro está, la nieve no es más que una precipitación.
También hay que tener claro que la capacidad de pronosticar si va a nevar o no es muy complicada y más aún cuanto más lejos en el tiempo se hace dicho pronóstico. En el caso del invierno y las nevadas, lo que se suele predecir es la cota de nieve, es decir, la altitud mínima a partir de la cual las precipitaciones son en forma de nieve. Cuando un invierno es más frío y más húmedo, las posibilidades de que caiga una nevada son mayores.
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