La musicoterapia
Loco por la Música
Es una especialidad fundamentada científicamente y que consiste en usar la música para mejorar la vida de personas con necesidades especiales en ámbitos educativos o sanitarios
La música es inherente al ser humano y representa un medio de expresión, desarrollo, salud y cohesión de las personas. Sería sumamente difícil intentar poner fecha a su nacimiento. Los ritmos y los cantos, esencia de la música, forman parte de nosotros desde nuestros inicios como especie. La música es vínculo de unión, nos acompaña en todo momento, nos levanta el ánimo y nos reafirma lo tristes que nos sentimos.
Hoy hablamos de la musicoterapia, una especialidad profesional fundamentada científicamente y que consiste en utilizar la música para mejorar la vida de personas con necesidades especiales en ámbitos educativos, sanitarios y sociales. Es importante no confundir esta técnica con el simple hecho de escuchar música, pues esa escucha no tiene ni consigue los derroteros terapéuticos que se le atribuyen a un trabajo realizado bajo la supervisión de un especialista.
Según la experiencia musical y las necesidades, la musicoterapia tiene cuatro formas diferentes. La improvisación, donde el paciente crea su propia música cantando o tocando un instrumento que se le proporcione. La recreación, donde el paciente canta una canción o se toca una pieza musical ya compuesta de memoria o leyendo la música. La composición, donde se compone una canción o una pieza musical en base a las estructuras musicales conocidas; y la escucha, que es lógicamente escuchar música ya creada que esté grabada o en vivo, por ejemplo, un concierto.
En un artículo anterior hice referencia a los efectos de la música en algunas enfermedades y trastornos que puede sufrir cualquier conocido o ser cercano a nosotros, pero por razones obvias no hice mención de la especialidad que se ocupa de crear y conducir un ambiente plácido mediante la música a esos pacientes.
"La musicoterapia es definida como la utilización de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, armonía y melodía) para promover y facilitar la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento y la expresión satisfaciendo las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas". Esta disciplina terapéutica que utiliza la música y sus elementos puede aplicarse en todo el ciclo vital, desde mujeres embarazadas, que es un complemento a la preparación al parto, hasta los últimos momentos de la vida de las personas, por ejemplo, en enfermedades avanzadas o cuidados paliativos. Pongamos varios ejemplos: una persona que ha sufrido un accidente cerebrovascular y ha perdido la movilidad de un lado del cuerpo y una alteración en el lenguaje, puede utilizar la musicoterapia como complemento para rehabilitar la fuerza y la destreza al hablar. Si lo que se ha perdido es la fuerza, gracias a ejercicios rítmicos puede fomentarse. Otra aplicación demostrada es cuando una persona tiene una alteración del equilibrio. Se hace uso de técnicas de musicoterapia basadas en la danza o el baile.
Está documentado y certificado el uso y consecución de grandes logros mediante la musicoterapia en casos de autismo, síndrome de Down o en la geriatría con personas que tienen demencias o envejecimiento activo.
Su aplicación en mayores y niños
Nuestros mayores son una fuente inagotable de experiencias que no debemos perder y mediante la musicoterapia se logra que sus recuerdos se mantengan vívidos, pues la música estimula muchas áreas del cerebro a la vez y, por ejemplo, podemos activar el hipocampo, que es donde se almacena la memoria emocional revitalizando los recuerdos. Mediante el uso de la música que conoce el paciente y que forma parte de su vida, se puede reactivar el lenguaje, la memoria episódica y hechos concretos acaecidos.
Personas con enfermedades como el Parkinson, presentan problemas con hormonas como la serotonina y la endorfina. Pues bien, mediante la musicoterapia activa se puede conseguir que un paciente no deje de producir estas hormonas que retardan el avance de la enfermedad y mejoran el bienestar fisiológico y emocional.
Aquí en Córdoba existe un referente en el trabajo musicoterapéutico con niños, como es el taller Música para los Ángeles, en el hospital San Juan de Dios. Este taller promueve el desarrollo de los más pequeños desde una perspectiva lúdica y con la música como herramienta, para fomentar, entre otras cuestiones, habilidades sociales y de comunicación; desarrollo motor; coordinación óculo manual o el refuerzo afectivo entre padres e hijos.
Hay muchos estudios científicos que han demostrado que la musicoterapia es efectiva para disminuir el nivel de estrés y ansiedad. Está claro que, aplicada de manera científica, tiene casi innumerables beneficios. Si se hace con un terapeuta que sepa utilizar todos los parámetros musicales y psicológicos, la musicoterapia ayuda a conseguir bienestar si padecemos ansiedad o estrés o a recuperarnos con mayor facilidad si hemos sufrido un daño neurológico.
La musicoterapia tiene multitud de aplicaciones, no solo médicas, y sería un gran logro para el sistema de enseñanza su introducción en nuestras aulas de forma activa.
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