Córdoba

La mujer que reivindicó a Lucano

  • Pola Argentaria Dedicó toda su vida no sólo a la creación literaria, sino a promover la obra de su marido para que llegara a futuras generaciones

Perteneció a una opulenta familia hispana. Nieta del orador Argentario, se dice era hija de Polo Argentario, de familia de libertos y muy ricos dedicados a los negocios de la minería en Córdoba. De ella se cuenta que era bella y de ingenio agudo. Se casó con Lucano, sobrino del filósofo Séneca. Fue una mujer muy inteligente que ayudó a su marido a recopilar historias literarias del imperio. Se ignoraron muchas noticias de la vida de esta ilustre mujer, si no las hubieran conservado Stacio Papino y Marcial. Estos dos célebres poetas le dirigieron algunos versos después de la muerte de su esposo Lucano.

Papino llama a Pola la más querida de todas las mujeres casadas. También dice que su marido le dirigió algunos de sus versos. Y en boca de Caliope hace una bella pintura de las singulares prendas de que estaba adornada. Marcial escribió tres epigramas para el día que celebraba Pola el nacimiento de su marido. En uno la llama Reina y le suplica que reciba con agrado sus versos jocosos. En los otros, la juzga como esposa digna del gran Lucano. No eran elogios privados, sino obras públicas, conocidas por todos .

Juan Ravisio (siglo XV-XVI), dentro de su obra Artes et artífices, dedicó un capítulo a sesenta mujeres ilustres en las letras de la Antigüedad y Edad Media y destacó a Argentaria Pola como escritora notable. Lope de Vega la nombra en su obra Laurel y la cita como colaboradora de La Farsalia (escrita por Lucano) y docta española, ya que gracias a su cuidado nos llegó la obra intacta. Además, Lope sacó un inventario de mujeres doctas en su obra La doncella Teodor (1608-1610) que supone una práctica literaria en defensa del sexo femenino. Aquí volvió a nombrar a Argentaria Pola, llegando a manifestar que corrigió los versos de su marido y que tuvo tanto conocimiento que ayudó a su esposo en los tres primeros libros de La Farsalia. Fue alabada también por la poeta y filósofa Teófila y por Serena, apasionada lectora de Homero y Virgilio (Flores y Flores XV).

Lucano dio muestras de una extremada precocidad que le llevó a ser poeta laureado a una edad temprana. También exhibió una gran capacidad productiva, que se vio violentamente truncada por su muerte a los 26 años. La obra cumbre de la que fue autor, La Farsalia, su epopeya en diez cantos, ha bastado para transmitir su nombre y su gloria. Narra la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, un acontecimiento que había tenido lugar más de medio siglo antes del nacimiento del autor. La Farsalia es la única composición de Lucano que ha sobrevivido hasta nuestros días y es la obra que ha situado a Lucano entre los mejores escritores de todos los tiempos. Está inconclusa, ya que Lucano fue obligado a suicidarse antes de poder terminarla. Tras la muerte de su esposo, Argentaria se dedicó a promover el recuerdo de Lucano y consiguió que afamados escritores celebraran a su marido en sus poemas y así conservar su recuerdo.

La persecución de Nerón hizo que la obra íntegra permaneciera inédita hasta época de los Flavios, momento en el cual comenzó a leerse con gran interés y alcanzó un enorme éxito. En la Edad Media se siguió considerando el poema de Lucano de gran utilidad y digno, por tanto, de ser copiado por los monjes en numerosos manuscritos. Actualmente, en Córdoba existe una calle con su nombre. Pola recordó a su esposo y celebró su natalicio durante más de treinta años, siempre rodeada de poetas y amigos, entre ellos los poetas Marcial y Estacio. Parece que ella misma fue escritora y autora del siguiente llanto a la muerte de Lucano: Esposo mío, hoy han muerto contigo la justicia y la poesía. / Esto se ha grabado con fuego y con dolor en mi memoria: /mi corazón sangrando junto a tu corazón; /tu rostro amado, una rosa tanto más blanca /cuanto más se teñía tu lecho de púrpura.

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