Los amantes de la moda en Córdoba se han citado este sábado en la sala Orive para ser testigos de las nuevas colecciones de la temporada de primavera que han presentado diez diseñadoras cordobesas en el desfile de la I edición de Córdoba es Moda. Y quien no haya podido asistir porque las 150 plazas estaban agotadas días antes ha tenido la posibilidad de seguirlo por streaming para consuelo de Marián Castro, una de las organizadoras del festival, porque "a la vista está que se nos ha quedado pequeño", ha declarado instantes previos al comienzo. Aunque se barajaron diferentes lugares que ofrece la ciudad con más aforo, las posibilidades de que lloviera en febrero acabaron decantando la balanza hacia la sala Orive, que es "un lugar mágico".

Había que sacudirse los nervios antes de subir al escenario "tras meses de reuniones y preparación" que concluían con la celebración del esperado desfile como "plato fuerte" de la programación del festival. Precisamente, con esa "idea original" nacía esta aventura que buscaba un espacio demandado por los diseñadores cordobeses para exponer los diseños de temporada y que se ha acabado completando con diferentes sesiones de showrooms y mesas de debate sobre las oportunidades de la venta online o el auge del diseño de estilo árabe, con la capital cordobesa como punto de encuentro.

La pasarela, "100% cordobesa", ha acogido dos pases de cinco colecciones, una muestra de la "variedad de estilos" que existe entre los diseñadores de la provincia. Con esto, Castro ha asegurado que si algo ha caracterizado a este desfile ha sido, precisamente, "no limitarse solamente a colecciones de flamenca". Así, ha destacado la moda pret-a-porter (listo para llevar) o lo clásico, que nunca falla, así como la importancia de los colores y los complementos.

Ejemplos de ello han sido las dos primeras colecciones que han hecho su puesta en escena: Tropicalia y Cromoterapia, de Tania Cantero e Inma Benicio, respectivamente. La primera de las diseñadoras ha destacado por "la explosión de color", utilizando las lentejuelas a partir de una base de diferentes tejidos (cuero o gasa) y cortes con el color negro siempre como predominante. Como detalle peculiar, Cantero ha librado de los tacones a las modelos, que han paseado descalzas. Por su parte, Benicio se ha servido de colores fuertes como el fucsia, el verde, el rojo o el magenta para diseñar su nueva colección de trajes de gitana.

Marián Castro, diseñadora de Cuqui Cute además de organizadora, ha presentado su colección Kioma, un término japonés que en español significa "un sueño que se hace realidad", con una serie de "tocados personales y exclusivos con toques distintivos de flores hechas a mano y plumas". Rosa Navarro, la otra organizadora y diseñadora de Puro Ego, también ha hecho su puesta en escena durante el primer pase ofreciendo una mezcla de conjuntos primaverales que reflejan "su mejor momento", ha explicado.

La pasarela la han completado las diseñadoras Basi del Río, Alberta Soy Yo, Serrano Taguas, Aflamencar, Mancini Costura y Francisco Tamaral, quienes han presentado las últimas novedades de la moda cordobesa y con pinceladas de los nuevos vestidos de flamenca.

Unirse para salir juntos de la crisis

Con la primera edición a punto de concluir, Marián Castro ha comentado a el Día los dos principales retos que se marcan para el próximo año: "Integrar más a la joyería y dar cabida a más diseñadores cordobeses en el desfile".

Como resultado de la reciente creación de la Asociación de Diseñadores de Moda y Creadores de Córdoba, Castro ha valorado que "hay que seguir con este camino de unirnos para salir de esta crisis" y también para "visibilizarnos y reivindicar el trabajo de nuestros diseñadores ante los cordobeses que a veces ponen la óptica en la moda de fuera", ha concluido.