Toros

Manuel Benítez 'El Cordobés' abre la puerta a su vuelta a los toros en Córdoba con 85 años

  • El Quinto Califa dice que no tiene "inconveniente" en torear en un festival para el cáncer

Manuel Benítez 'El Cordobés'.

Manuel Benítez 'El Cordobés'. / El Día

El diestro Manuel Benítez El Cordobés se ha mostrado dispuesto a reaparecer a sus 85 años para torear un festival a beneficio de la lucha contra el cáncer en la plaza de toros de Córdoba. Así lo reflejó durante su intervención en un acto de la Tribuna en Defensa de la Tauromaquia, celebrado en la Fundación Cajasol, el Quinto califa del toreo, tras Lagartijo, Guerrita, Machaquito y Manolete, donde aseguró no tener inconveniente en volver a los toros.

"Yo no tengo inconveniente, si hace falta, en un festival para el cáncer en Córdoba", reiteró El Cordobés, que subrayó que más claro no puede ser y que la "edad no tiene nada que ver" porque está como "un chaval". En el mismo acto, el diestro de Palma del Río se preguntó por qué Córdoba, con lo que supone en la Tauromaquia, se queda "con los brazos cruzados".

El Cordobés, gran mito del toreo y fenómeno social en los ruedos y fuera de ellos, donde se convirtió en imagen icónica de la España de la década del desarrollismo, fue inmortalizado, además de por el fenómeno mediático que representó su irrupción y su propia imagen, por el libro de Dominique Lapierre y Larry Collins O llevarás luto por mí.

La aparente heterodoxia de Benítez en los ruedos, su imagen, su irreverencia con las formas de la época y su fulgurante ascenso social y económico, no en balde fue el acuñador del término kilo para el millón de pesetas, le convirtió en símbolo.

Tras reaparecer por última vez de forma esporádica en 2000, recibió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en 2015, último de los reconocimientos a una figura que ha trascendido en todo momento lo taurino desde que, como maletilla a la desesperada, se tiró al ruedo de las Ventas en 1957 y debutó en Palma del Río, su pueblo, tres años después.

Benítez no ha descuidado nunca su forma física y hace alarde de sus facultades cuando la ocasión lo requiere, como hizo en el acto en el que se mostró dispuesto a volver, aunque de corto, pese a su edad.

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