Las manos que curan al costalero

Los fisioterapeutas atienden a más de 100 jóvenes que llegan con sobrecargas musculares

Una fisioterapeuta del centro de atención da un masaje a un costalero.
Una fisioterapeuta del centro de atención da un masaje a un costalero.

La mayoría de los costaleros aseguran que es la fe la que los mueve cuando se enfundan debajo del paso de su hermandad y soportan los casi 1.000 kilos que pueden llegar a pesar algunos. Sobre cada costalero descansan alrededor de 60 kilos y el esfuerzo que realizan se prolonga durante horas y en unas condiciones físicas al límite. Estas situaciones provocan sobrecargas musculares en las cervicales y lumbares y también en los gemelos. "Vienen con muchos dolores, sobre todo porque la gran mayoría de las personas que acuden al centro no sólo sacan un paso, sino que trabajan para dos o incluso tres hermandades", asegura Mamen Villodre, una de las fisioterapeutas que se esfuerzan estos días en el centro cívico de La Corredera.

Hasta el momento han pasado más de 100 costaleros que durante unos minutos reciben un masaje de descarga y también electroterapia a través de ultrasonido e infrarrojos. Con estas técnicas se consigue reducir las molestias. "Justo cuando se acaba la terapia, el paciente ya siente un gran alivio, después pueden aparecer las agujetas", afirma Villodre. Para apreciar los resultados, sin embargo, hay que esperar dos días, siempre y cuando no haya una procesión de por medio. Desde el Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía, que ha desarrollado el proyecto, recomiendan que habría que acudir al centro de atención antes y después de realizar el esfuerzo. Los estiramientos también son fundamentales para evitar lesiones posteriores, según los profesionales.

Se trata de unos consejos básicos que pueden evitar posibles patologías en un futuro como hernias discales o dolores crónicos de espalda. Villodres es bastante clara en este sentido, pues la mayoría de los costaleros suele empezar "desde muy jóvenes" por lo que, si no se cuidan bien, "en unos 15 o 20 años tienen que dejarlo, porque aparecen las lesiones". El centro de atención, situado en el centro cívico de La Corredera, incrementa desde hoy su actividad también durante la mañana. Estos días serán cuando reciban una mayor afluencia de pacientes, ya que el cansancio acumulado empieza a dar la cara. Ellos son los responsables del esplendor de las procesiones. Cada levantá provoca el aplauso del público que valora el gran esfuerzo en realizan. La mayoría no siente el dolor en ese momento, sólo la emoción de portar a su Cristo o Virgen y cada chicotá es una muestra más de la devoción que le tienen. Pero al finalizar, es hora de pasar por el fisioterapeuta.

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