Cuando llegar a la Universidad cuesta más por ser gitano: "La segregación existe"
Enseñanza Superior
El cordobés José Santos es periodista y una de las voces que la Fundación Secretariado Gitano tiene para una iniciativa que pretende revertir el escaso porcentaje de gitanos que llegan o acaban sus estudios universitarios
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En España, solo el 0,8% de los gitanos logra acabar un grado universitario. Un dato muy bajo si se compara con el tercio de población española que posee un título universitario. Falta de referentes, segregación educativa, prejuicios y la falta de expectativas del profesorado se convierten en un lastre para aquellos que quieren luchar por alcanzar la Universidad. Quienes llegan, luchan por convertirse en ese referente para las nuevas generaciones, la prueba de que es posible.
Ese es el caso de José Santos, periodista, y una de las voces que la Fundación Secretariado Gitano tiene para una iniciativa que pretende revertir el escaso porcentaje de gitanos que llegan o acaban sus estudios universitarios: la campaña el Cero'8. El joven ue remarca las dificultades que encuentran y reconoce que el lugar y entorno de nacimiento es, en muchas ocasiones, definitorio. "Mi historia educativa ha sido complicada; en un primer momento, el código postal define tu historia. En mi caso, a medias", asegura.
José Santos nació en Córdoba, y se crió en el Sector Sur, uno de los barrios más pobres de España. En la actualidad forma parte del equipo de comunicación del Secretariado Gitano, donde lucha de forma activa por la visibilidad del colectivo poniendo sobre la mesa los problemas de ese pueblo. Santos pertenece a una familia de vendedores ambulantes que siempre se han esforzado por ayudarle en todas sus decisiones.
"Mis padres y mi familia han sido mi pilar fundamental en mi itinerario educativo, han sido los primeros que han querido que siempre fuese a más. Aunque tuviéramos dificultades y falta de recursos, siempre me han dado todo y han intentado que pudiera continuar mis estudios. Vengo de una familia de vendedores ambulantes, es algo que siempre me gusta mencionar porque creo que es muy importante llevar por bandera tus orígenes. Me siento muy orgulloso de poder decir que trabajo de periodista", describe.
Faltas de referentes
A lo largo de su trayectoria educativa, este joven cordobés se encontró con contratiempos contra los que lucha ahora que es un profesional. Uno de los problemas que destaca para mejorar la tasa de universitarios gitanos es "la falta de referentes". "Esta cifra tan baja se debe en primer lugar a un sistema educativo que, en muchas ocasiones, obliga a las personas gitanas a abandonar. A mí me hubiese gustado tener a alguien de mi familia que hubiera estudiado en la Universidad, a quien poder acudir, en quien poder sentirme identificado. Eso, por desgracia, las personas gitanas muy pocas lo tenemos", recalca Santos.
Como cuenta el comunicador, los niños gitanos tampoco encuentran reflejados en la programación educativa a personas que sean referentes y a quienes plantea incorporar a los contenidos. En esta línea, asegura que él mismo echó en falta que le hablaran de Camarón o de La niña de los Peines. "Me habían hablado de Mozart y de un montón de artistas clásicos que, por supuesto, hay que conocer, pero no de ellos. Podrían ser referentes, los conoces por la tradición familiar, pero no por el sistema", señala.
Otro aspecto que resalta es "la segregación". "Hay una realidad muy cruda en España, y me tocó ser parte de esa realidad. Naces en un lugar y te corresponde un centro educativo por el código postal. Cuando miras a tu alrededor, y ves que estás con todos tus primos, a los diez años lo ves guay, pero cuando creces y lo analizas, ves que has estudiado en un colegio en el que estabas segregado y que, de manera indirecta, has sufrido discriminación", reflexiona.
Cuando fue consciente de esa realidad, Santos empezó a escribir su historia. Decidió cambiar de instituto y matricularse en el Séneca con tan solo 13 años para pasar luego a otro en busca de cumplir su sueño, ir a la Universidad, algo que percibía que no iba a conseguir en el contexto en el que se encontraba. "Si hubiera que enumerar los obstáculos, fueron la falta de referentes, la segregación y la falta de expectativas del profesorado", resume.
Uno de los principales motores de la Fundación Secretariado Gitano es la sensibilización: "En la No vuelta al cole, denunciábamos que muchos niños gitanos no iban a volver. Seis de cada diez no terminan los estudios obligatorios". "Luego, pusimos la tensión en la Universidad. Este es un dato terrible que queremos revertir y sensibilizar a los poderes públicos, y que sea consciente de lo mucho que nos cuesta no ya llegar a la Universidad, sino titular, por esos obstáculos que luego se repiten".
El primero en cumplir su sueño
Santos ha estado vinculado a la citada fundación desde pequeño. Fue alumno del programa Promociona, dedicado a la orientación y acompañamiento a personas gitanas para animarlas a seguir estudiando. "Yo puedo ver de primera mano cómo es la transformación de los usuarios que participan en este programa. En muchas ocasiones, profesores u orientadores gitanos que ya generan en ti un referente", destaca.
Gracias a este programa, Santos pudo conocer un plató de televisión, un sueño para él. Pero esto no acaba aquí, pues hoy "no solo cumplí ese sueño, sino que trabajo desde el otro lado y sensibilizo sobre la desigualdad educativa", describe.
José Santos estudió en Madrid y se graduó de la Universidad como periodista siendo parte de ese porcentaje. Después de trabajar en la prensa, dio el salto a la comunicación social, donde ahora lucha por los sueños de los demás y es parte de muchas otras historias. "He sido la primera persona en mi familia en sacarme el graduado escolar, por tanto, el primero en Bachillerato, y tener una carrera universitaria. Sueño con que el día de mañana alguien de mi familia pueda hacerlo, ya sea una carrera u otras vías, pero que puedan soñar, como lo que yo un día soñaba y hoy he conseguido".
Para ello, es importante, remarca, derribar prejuicios. "Por desgracia, la sociedad tiene muchos prejuicios sobre el pueblo gitano, viene en parte porque somos los grandes desconocidos. Cuando estudiamos la historia de España, estudiamos un montón de grupos que son parte de la identidad de nuestro país, pero, sin embargo, se nos olvida el pueblo gitano con todo lo que hemos influido, gran parte de ese prejuicio es por el desconocimiento", opina.
"Muchos vienen atados al imaginario colectivo que se ha creado sobre nosotros, que es muy difícil derribar. Como periodista, una de mis motivaciones era: quiero ser periodista para derribar la imagen del pueblo gitano que no es real. Los gitanos somos heterogéneos y diversos como toda la sociedad", concluye.
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