Juan Antonio Galiot (músico callejero): "Siempre he querido vivir para mi vocación, aunque tienes que pensar en la hipoteca"

Es conocido por ponerle banda sonora a las postales de Córdoba. Su labor como artista callejero pasó los márgenes del compromiso cuando se pronunció sobre el cambio de norma en las zonas delimitadas para esta actividad que parecía marcar un antes y después de la misma durante el verano de 2024. Lideró así una especie de campaña de concienciación que provocó que la sociedad cordobesa tuviera en mente el trabajo, a veces no visibilizado, de estos artistas. Este noviembre ha presentado una nueva aventura, Mi verdad, un álbum independiente y autogestionado donde plantea su lucha entre dos mundos: su trabajo como profesor y su vocación por la música. Galiot sigue siendo comprometido y haciendo música para diferentes causas sociales.

"Hay muchas historias autobiográficas, y otras que son de gente que han pasado por mi alrededor. Aunque la idea del single y del título del disco es esta: Yo ahora mismo trabajo de maestro, pero vivo para hacer música. Es un poco el choque de la vida, la vida que quieres y la que tienes. Yo me lo paso muy bien con mis alumnos en el colegio, pero siempre he querido esa oportunidad de vivir para la vocación que tienes, aunque tienes que pensar en pagar la hipoteca y cubrir los gastos de una vida que tiene cualquiera", narra. "Mi álbum es independiente, no tengo contrato, ni sello discográfico, no es que sea independiente, sino que es grabado, masterizado, de forma autogestionada, lo he hecho yo todo", añade.

En plena entrada del frío a la capital cordobesa, el calendario de estos artistas también cambia. "Este año ha sido un poco raro, he montado un grupo de versiones también, y cuando llega el finde no tengo cuerpo para salirme al puente. De la música en la calle, he ahorrado para pagarme el disco". "Este año también he echado la documentación y, en principio, tengo concedida la licencia", con lo que el público podrá seguir disfrutando del artista en este enclave tan característica de la ciudad.

Respecto a la labor de los artistas callejeros, Galiot explica que se necesitan muchas actividades para conseguir un sueldo digno en esta disciplina. "Hay que diferenciar entre quien vive de tocar un instrumento, y el que quiere vivir de crear su música. Luego, hay gente que mezcla tres o cuatro trabajos diferentes: dando clases, actuando en bodas en fin de semana, realizando bolos, mezclando...pues así acabas viviendo de música", señala el artista. "La idea de crear un grupo de versiones es, precisamente, aprovechar ese dinero que salga, para que me pague mi música sin tocar de mi sueldo y sin renunciar a la calidad de vida", resalta.

Necesidad de inversión sin garantía

"He estado haciendo cosas de música siempre. El problema, al igual que en cualquier negocio, es que se necesita una inversión previa muy grande. O vienes con esa predisposición económica, o lo tienes que hacer poquito a poco. A diferencia de otro tipo de negocio, donde ofrezcas un producto bueno, nadie te garantiza que eso le vaya a gustar a la gente, ni que te descubra quien te tiene que descubrir, ni que llamando a las puertas que llames, llegues a ningún sitio", sintetiza. Por eso, la idea del artista es clara, disfrutar de lo que está haciendo y si en algún momento llega alguien para descubrir su arte, pues "bienvenido sea".

Ahora, da mucho valor a los grandes detalles que le otorga la música callejera. A Galiot le ha ocurrido alguna vez que alguien pase por delante de una de sus actuaciones y se sepa el estribillo de la canción que está interpretando. Incluso que le escriban por medio de plataformas para que le ponga su arte y sus letras a diferentes eventos, una popularidad que traspasa las barreras de la ciudad, que se convierte en visibilidad para artistas independientes y que él siempre agradece en mayúsculas.

A pesar de llevar un tiempo inmerso en su álbum, también ha dedicado tiempo para darle su música a luchas sociales. El pasado 25N, junto a la cantautora Sarabanda, publicaron Cristales Rotos, un tema que "retrata diferentes realidades a las que deben enfrentarse las mujeres que sufren violencia de género". La grabación de la canción también ha sido plenamente autoproducida abriendo camino a Mi verdad su segundo álbum de estudio que vio la luz el pasado viernes 28 de noviembre.