Las contradicciones de las propias víctimas marcaron ayer la segunda jornada del juicio por los abusos sexuales y los malos tratos en la residencia de la Orden de la Cruz Blanca, unos hechos por los que se sientan en el banquillo el exresponsable de la congregación en Córdoba -el hermano Manuel Ortiz-, otro religioso y un excuidador del turno de noche. Comparecieron, en total, siete discapacitados.

Según manifestó el abogado de la Sociedad Cordobesa de Tutela, José Manuel Expósito, que ejerce la acusación, "más de la mitad" de las víctimas habrían corroborado las denuncias, mientras que otros residentes lo negaron y otros cayeron en contradicciones. Expósito consideró que la jornada de ayer fue "la más compleja y complicada" de la causa, teniendo en cuenta, además, que han transcurrido tres años desde que se presentaron las denuncias.

El abogado del extrabajador procesado, Luis Roldán, destacó las contradicciones en que se desarrollaron las declaraciones, hasta el punto de que algunas de las víctimas sobre las que la Fiscalía sustenta la imputación "lo han negado categóricamente". Roldán reconoció que alguno de los discapacitados hizo "alguna referencia" a lo relatado en los escritos de acusación, pero "al poco se contradecían y decían manifiestamente lo contrario". "Ningún testimonio, hasta ahora, sustenta la acusación", subrayó.

El letrado llamó la atención sobre el hecho de que los afectados, por su perfil psicológico, "cambian de opinión de un día para otro", por lo que indicó que "su versión es poco o nada creíble". El fiscal del caso, Juan Antonio Merlos, solicitó que se proyectara la grabación de las declaraciones de las víctimas durante la instrucción, unos vídeos en los que Roldán apreció "contradicciones manifiestas". El abogado defensor recordó que "los propios informes psicológicos reconocen que son personas que por lema tiene mentir", por lo que "a una misma pregunta pueden responder de forma manifiestamente distinta".

Respecto al vídeo, Roldán consideró que se trata de una prueba "nula de pleno derecho", pues a los abogados no se les permitió la intervención, por lo que consideró vulnerado "el principio de contradicción". La vista oral se retoma hoy con la declaración de nuevos testigos, mientras que mañana será el turno de los peritos.

El hermano Manuel Ortiz, que dirigió la residencia hasta 2010, se enfrenta a una pena de 20 años y seis meses de cárcel. El Ministerio Público, en concreto, lo acusa de la supuesta comisión de diez delitos de maltrato y tres de abusos sexuales, al tiempo que también acusa de abusos sexuales al otro franciscano y al excuidador nocturno, que se enfrentan, respectivamente, a tres y seis años de prisión, respectivamente.

Según el relato provisional de acusación, entre 2007 y 2010 el hermano Manuel Ortiz habría utilizado un "rigor innecesario" a la hora de corregir las conductas de los residentes, a quienes habría agredido "de forma habitual". Se habrían producido guantazos, tirones de pelo y diversos golpes. El fiscal también describe en su escrito tocamientos a algunos residentes y apunta que "a todas sus víctimas les decía que tales hechos eran un juego y les aleccionaba de que si decían algo los echaría del centro". La causa se abrió en 2009 tras una denuncia anónima ante la Policía Nacional y la propia Fiscalía.

Los tres acusados defendieron el lunes su inocencia ante el juez. El hermano Manolo, en concreto, explicó que fue "el ánimo de venganza" lo que motivó la denuncia que dio lugar al proceso. Se trataría de una "venganza", según dijo, por parte de algunos trabajadores con los que el religioso tuvo "puntualmente" algún "problema". Algunos de estos extrabajadores declararán hoy. El juzgado de lo Penal número 3 ya condenó en junio de 2010 a cinco años de cárcel a un voluntario y aspirante a entrar en la congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca en Córdoba por cometer tres delitos de abusos.