Torrijas a granel
La Gloria de San Agustín
Algunos de mis vecinos tienen un cabreo con el presidente de la Junta que no se pueden imaginar, porque dicen que no hay derecho de que nos deje encerrados durante la Semana Santa, que ya se habían hecho idea de pasar un días en Fuengirola, que llevan sin pisarla desde el verano, que eso es mucha tela.
Hombre, yo comprendo el enfado de mis vecinos, pero también comprendo que nos dejen encerrados, porque la verdad es que cada vez que nos han dado manga ancha la hemos liado y a base de bien, eso es así. Porque la que se montó después de Navidad es porque se nos fue la mano a base de bien, y en el verano nos pasó un tanto de lo mismo, que las cosas hay que decirlas.
La verdad es que cuando mis vecinos me contaban esto de no poder ir a Fuengirola me tenía que morder los labios a ratos porque dicen algo que siempre me ha hecho mucha gracia, que es eso de ir a "darle una vuelta al piso", que todos hemos escuchado un montón de veces, y que no es más que la excusa para ir al apartamento de la playa, porque lo de ver si el grifo gotea o si la cisterna va bien es lo de menos.
Y usted sabe bien de lo que hablo, porque quien más o quien menos lo ha practicado alguna vez en su vida, y hasta muchas veces. Pues parece que no le van a poder dar la vuelta al apartamento en Semana Santa y va a tener que seguir del lado que está, y vaya chiste malo que acabo de poner, que ni tiene gracia ni tiene nada de nada.
Yo no sé ustedes, pero esto apunta a que me voy a poner de grana y oro comiendo torrijas, lo tengo más claro que el agua, y es que no hay dulce que más me guste, sobre todo cuando están recién hechas, que es algo que me vuelve loco. Eso sí, de leche y envueltas en azúcar y canela, que las otras como que no me hacen mucha gracias, sobre todo porque la miel se me repite una cosa mala.
Mi hermana tiene un secreto que no me quiere contar, pero yo sé que cuando no estoy, o cuando estoy distraído, le pone un toquecito de algo en la leche, que yo lo sé, pero ella siempre dice que no, pero luego haciéndolas igual que los demás, las suyas saben diferentes, a gloria, igualitas que las de mi madre. En fin, que esta semana hay que ir preparando el pan y, sobre todo, preparando el estómago, que aunque no haya procesiones o playa, torrijas sí vamos a tener.
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