Foro Romano, 12

Por la gloria de Papá Noel...y de los Reyes Magos

  • Según el informe anual de intención de gasto de la Unión de Consumidores de Andalucía, Córdoba liderará tras Sevilla el gasto en compras navideñas este año en la región

Inauguración del alumbrado navideño de Córdoba de 2019 en la Calle Foro Romano.

Inauguración del alumbrado navideño de Córdoba de 2019 en la Calle Foro Romano. / Juan Ayala

¿Sabremos algún día si beber cerveza engorda o no? Lo cuestiono porque son muchos los informes que aparecen publicados que lo desmienten, aunque lógicamente se trata de estudios interesados pagados por las propias cerveceras. La pregunta viene a cuento porque en estas fechas en las que llega la Navidad con cada vez menos sabor de mazapán, de turrón, de mieles y de pan –contradiciendo al villancico del inmortal Miliki–, fechas que sí engordan, son también muchos los informes contradictorios sobre la repercusión que estos días tienen sobre la salud.

Lo que sí está claro es que Córdoba es la segunda provincia andaluza que más prevé gastar en compras navideñas este año, con una media de 531 euros, lo que supone superar por 33 euros a la media de Andalucía (498 euros) y situarse solo por debajo de los sevillanos, que prevén gastar 538 euros, según el informe anual de intención de gasto de la Unión de Consumidores de Andalucía (Ucauce).

Según este análisis, el alargamiento del período de las compras desde noviembre o el aumento general del comercio online “se traducen nuevamente en un incremento de la previsión de gasto navideño, que supera el 4%”. Así, la previsión de gasto aumenta, pasando de los 478 euros de 2018 a los 498 euros en 2019. Resulta paradójico este encabezamiento de Córdoba del ranking de gasto cuando la provincia suele encabezar otro ranking, el del desempleo.

Pelillos a la mar, nos hemos acostumbrado a encomendarnos a la gloria de Papá Noel primero y de los Reyes Magos después y si hay que pedir un pequeño préstamo pues se pide para hacer caso a los Cantores de Híspalis y “que no nos falte de, que no, que no”. Que no nos falte el mejor marisco –que no, que no– en esa copiosa última cena –cuñado incluido– de Nochebuena; que no nos falte la última sobredosis como si no hubiera un mañana de, sobre todo, bebida –que no, que no– , en Nochevieja; y, cómo no, que no nos falten regalos a diestro y siniestro –que no, que no– a más gloria de Papá Noel... y los Magos.

Pero rebobino, que me pierdo. Hablaba de los informes sobre cómo repercuten estas fechas en la salud. Uno de ellos recomienda adelantarse, y mucho, a los días navideños para colocar la decoración propia de estas fechas, porque “adornar tu hogar antes de tiempo para la Navidad nos hace más felices y sociables... y si además tienes niños, ¡te lo agradecerán enormemente!”. Según ese estudio hay quien cree que el fin de la celebración de Halloween es el pistoletazo de salida para comenzar con la decoración navideña, mientras que para otros ese momento se sitúa a principios de diciembre, y en nuestro país mucha gente lo hace coincidir con el puente de la Constitución y la Inmaculada.

Mientras, la psicóloga Gloria Fernández, del colegio de psicología oriental de Andalucía y experta en la gestión de catástrofes, emergencias y crisis, defiende que el arranque prematuro de la campaña del turrón, es decir, de la Navidad, “genera daños psicológicos a muchas personas porque se adelantan las sensaciones de la fugacidad del tiempo y también emergen sentimientos de profunda tristeza”. Sea como sea, como repite uno y otro día el inmortal Miliki en el espectáculo de luz y sonido de Foro Romano, “Vamos a celebrar, la familia en el hogar / nuestra Nochebuena una vez más. / Con nueces, peladillas y un poquito de champán. / Cantando una canción que diga con mucha humildad. / Que aquí un viejo payaso pide a la humanidad / ¡que reine la paz!

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