Un gazpacho con origen cordobés

Vivir en verano

El secreto de esta bebida 'bio' es, además de sus productos, un novedoso sistema de conservación

Un gazpacho con origen cordobés
Un gazpacho con origen cordobés

Dentro de la cultura gastronómica andaluza, el gazpacho es uno de sus elementos clave, y se ha hecho muy popular tanto en España como en gran parte del mundo. Tal es el éxito de esta bebida veraniega que hoy en día es posible encontrar decenas de gazpachos envasados en cualquier supermercado. Sin embargo, la acogida de este producto no es la deseada, principalmente porque su sabor se distancia bastante del de la receta original. No obstante, la empresa cordobesa ArteOliva ha conseguido demostrar lo contrario con un producto que, según indica su director de comunicación, revolucionará el mercado: el gazpacho bio.

Este nuevo concepto del tradicional alimento andaluz se basa en dos procesos básicos durante su elaboración: el primero, la recogida y rigurosa selección de cada uno de sus productos, cada uno proveniente de una provincia andaluza distinta. El aceite y el ajo, de Córdoba y Montalbán, respectivamente; el pimiento de Almería, el pan de Sevilla, y así sucesivamente. Estos alimentos son tratados de manera absolutamente natural, sin ningún tipo de sustancia química durante todo el tiempo de crecimiento y maduración. Esta cuidada labor de producción está avalada por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE), y por Producción Ecológica de la Junta de Andalucía. Su director general, José Román, reconoció en la presentación del gazpacho que cuando lo probó se dio cuenta de que había que mostrarlo de manera oficial al público.

El otro rasgo que define al gazpacho bio de ArteOliva es su sistema de envasado y conservación, pionero en el mundo para este tipo de productos. A diferencia del resto de gazpachos del mercado, éste es sometido a un proceso de pasteurización a una temperatura muy baja. Por ello, el método de conservación es a temperatura ambiente, y su fecha de caducidad se reduce a seis meses. Esto garantiza que el gazpacho se mantiene fresco desde su producción hasta que llega a la mesa, a diferencia del resto, cuya fecha de caducidad es mucho mayor debido a formas de conservación que alteran el sabor de los alimentos.

En palabras del director de comunicación de ArteOliva, Felipe Sivela, llevar a cabo este revolucionario sistema de conservación ha sido fruto del "empleo de las nuevas tecnologías, no para producir más, sino para mejorar la calidad de los productos". El estudio de este nuevo proceso le ha llevado tres años a la empresa cordobesa. Según la productora, este nuevo gazpacho bio está siendo todo un éxito en ventas en el mercado español, y tienen previsto comercializarlo próximamente en el extranjero. Según Sivela, el gazpacho "es una bebida muy demandada en países de toda América, y además se consume durante todo el año, a diferencia de España". Por ello, actualmente, ArteOliva está estudiando la manera de que su bebida biológica cruce el océano Atlántico sin perder su frescura original, una complicada labor debido a su corta fecha de caducidad.

La empresa alimentaria, aparte de este refresco ecológico, dispone de una amplia gama de salsas de elaboración 100% natural que se venden actualmente en más de 70 países. Afincada en Palma del Río y fundada en 1999, ArteOliva tiene como principal compromiso aunar la producción industrial con la utilización de productos de procedencia ecológica, utilizando para ello las últimas tecnologías.

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