El futuro incierto de Radio Taxi

Transporte La consecuencia de la sanción de Competencia por las 'listas negras'

Los profesionales mantienen puntos de vista discordantes sobre la central de llamadas del sector, cuya clausura perjudicará a los usuarios y dificultará el trabajo, sobre todo, de los taxistas del turno de noche

Una hilera de taxis aguarda en una parada de un barrio de la ciudad.
Una hilera de taxis aguarda en una parada de un barrio de la ciudad.
Ángel Robles

04 de agosto 2010 - 01:00

Algunos lo ven como una disminución de la calidad del servicio, otros como un medio de protesta ante la sanción por las listas negras y unos pocos, simplemente, como un mal menor. La posible clausura del servicio de Radio Taxi a partir del próximo mes abrió ayer un intenso debate en el sector. "Supondrá un paso atrás para todos, tanto para los profesionales como para los usuarios, así que hay que debatirlo en profundidad", advirtió ayer José Carlos Merino, propietario de una licencia desde hace una década. Para este profesional, Radio Taxi es un "bien para todos", sobre todo para los asalariados y los profesionales más jóvenes que carecen de una clientela fija.

"Tampoco me interesa que el servicio se clausure", reflexiona José Manosalva, un autónomo con varias décadas de experiencia que mantiene a un familiar asalariado en el turno de noche. "Por la mañana nos limitamos a las paradas, por lo que los avisos de Radio Taxi apenas suponen un 10 o un 15% del total; pero por la noche la proporción se invierte y las llamadas de la radio son el 80% de todo el trabajo", explica. "Los asalariados son los que están en la calle por la madrugada, así que el perjuicio sería mayor para ellos", concluye.

El gremio no es ajeno a la crisis económica que en otros sectores se ha cobrado miles de puestos de trabajo. Así que, para muchos, el cierre de Radio Taxi es una consecuencia lógica: "No es un servicio público, sino que sale de las nóminas de todos los taxistas. Cada uno aporta entre 70 u 80 euros al mes. Así que si cae la recaudación, habrá que tratar de reducir costes", reflexiona un profesional que prefiere mantenerse en el anonimato.

Otros no tienen reparos en hablar claro, como José Molina, ex presidente del colectivo: "No se puede consentir que alguien pida un taxi y luego no quiera hacerse cargo del coste. Lo único que hacemos con ese tipo de clientes es reclamarles el gasto cuando vuelven a contactar con nosotros. Es una medida lógica. Cuando una persona no paga la hipoteca, el banco toma medidas. Y cuando avisamos a un fontanero, como mínimo tenemos que pagar el desplazamiento. ¿Por qué los taxistas tienen que ser una excepción?", reflexiona el ex dirigente. Y advierte: "Es lo que vamos a seguir haciendo, porque nadie trabaja para perder dinero". Molina no descarta el cierre del Radio Taxi: "Será un perjuicio para toda la ciudad, sobre todo para los usuarios, pero no queremos que nos pisoteen más".

La relación es la siguiente: clausurado el Radio Taxi, anuladas las listas de morosos. "Así se acabarán todas las sospechas", concluye otro profesional apostado en la parada de Las Tendillas. Eso sí, el cierre del servicio obligará a introducir otro tipo de mejoras, ya que la mayoría de las demandas procederá de los teléfonos instalados en las paradas. Y en determinadas ubicaciones este servicio no existe, como en la Mezquita o en el Campo Santo de los Mártires.

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