El funcionamiento de la televisión
Tecnología para todos
El objetivo de la pantalla es la reproducción de imágenes a tal velocidad que el cerebro interprete un movimiento continuo Los hertzios son la medida usada para indicar la frecuencia
NO hace mucho hubo que cambiar la configuración de las televisiones para encontrar los nuevos canales. Es conocida la existencia de la televisión analógica y su cambio a la TDT, televisión digital terrestre, y también es notorio que hay canales HD, de alta definición, pero ¿sabemos cómo funciona la televisión?
Empezando por lo más básico, la televisión está compuesta por pequeños cuadrados que se colorean para formar el total de la imagen. A dichos cuadraditos se les denomina píxeles. Los pequeños puntos de luz producidos en la pantalla se iluminan según el patrón específico de la señal de vídeo recibida. Cuando una persona mira el televisor, los ojos transfieren este patrón al cerebro y éste interpreta dicho patrón como imagen reconocible. El televisor muestra estos patrones de puntos lumínicos cientos de veces por segundo, más rápido de lo que el ojo humano puede captar, dando la sensación de movimiento al ver una secuencia de imágenes. Según el tipo de televisión, la iluminación de dichos pixeles es diferente. Los tipos principales de pantalla según el sistema de iluminación de los píxeles serían los siguientes:
Los televisores CRT o de tubo de rayos catódicos son los televisores de toda la vida que todos hemos tenido en casa y que la mayoría están jubilados. LCD viene del inglés liquid crystal display: pantalla de cristal líquido. La tecnología LCD utiliza moléculas de cristal líquido colocadas entre diferentes capas que las polarizan y las rotan según se quiera mostrar un color u otro. También están las pantallas de plasma, que utilizan fósforos excitados con gases nobles para mostrar píxeles y dotarlos de color. Parecidos a los LCD son las televisiones LED, pero mientras en los LCD se utiliza para retro iluminar un fluorescente, en los LED se utilizan como el mismo nombre indica, LEDs (light emitting diode: diodo emisor de luz).
El objetivo de la televisión es la reproducción de imágenes a tal velocidad que el cerebro considere que se está reproduciendo un movimiento continuo. Los hertzios (también hercios o hertz) son la medida usada para indicar la frecuencia de refresco, es decir, el cambio de imagen. A mayor valor más imágenes por segundo será capaz de mostrar el televisor. Los paneles actuales pueden funcionar a 50, 100 o 200 Hz.
Las imágenes, a su vez, están compuestas por los pixeles. En un televisor HD, el número de puntos es de 1920 x 1080, más de dos millones de puntos que tienen que poder cambiar como mínimo 50 veces por segundo para dar sensación de movimiento que se busca. Eso significa que hay que colorear cien millones de pixeles cada segundo. Además de esto, dependiendo de la calidad del receptor varía la cantidad de colores disponibles, llegando a ser hasta 1024 colores diferentes en algunos casos. Un disparate de parámetros a cambiar por segundo. Para poder llegar a transmitir dicha cantidad de información se utilizan unos complejos algoritmos de codificación y decodificación que convierten las imágenes en datos para después transmitirlos y volver transformarlas en las imágenes originales en las pantallas al llegar a la televisión de los hogares.
En la televisión analógica, los parámetros de la imagen y del sonido se representaban por las magnitudes analógicas, por tanto su transporte hasta los hogares ocupaba un ancho de banda muy elevado. En pocas palabras, no se aprovechaba el hecho de que las señales de vídeo varían muy poco al pasar de un elemento de imagen o sonido a los contiguos.
En el mundo digital esos parámetros se representan por números; en un sistema de base dos, es decir, usando únicamente los dígitos 1 y 0. Esta representación numérica en bits permite someter la señal de televisión a procesos muy complejos de codificación y decodificación sin degradación de calidad.
Esto permite tener mejoras como el poder ofrecer mayor número de canales, mejor calidad de imagen y sonido y más servicios como la guía electrónica de programación, pago por visión, servicios interactivos o acceso a internet, entre otros. Hasta aquí, aunque sea superficialmente, el funcionamiento del centro del hogar actual. Antes era pan y circo, ahora sofá y tele.
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