El fiscal asegura que el acusado quiso matar a Eva María desde que le dejó

La defensa de Antonio Caballero rebaja su petición de pena a 10 años al entender que su representado actuó por un arrebato y en un estado de conmoción psíquica

El acusado, en un momento del juicio.
El acusado, en un momento del juicio.
R. Lopera

30 de octubre 2008 - 01:00

"Para bien o para mal, el acusado había decidido matarla". Según el fiscal, el autor del crimen de Eva María Prieto, de 32 años, la quería asesinar desde que la relación entre ambos se rompió. Durante la tercera y última sesión del juicio, -que ha sido seguido por un tribunal popular- el representante del Ministerio Público mantuvo que el imputado, Antonio Caballero, -ex pareja y primo hermano de la víctima- no actuó por un arrebato ni un flash, sino que tenía intención de acabar con la vida de la joven desde que le dejó tres meses antes.

Esta conclusión coincide con la versión ofrecida por el hermano de la víctima y su mujer, quienes la noche anterior a la tragedia presenciaron en su propio domicilio como el imputado amenazaba de muerte e intentaba agredir a su ex compañera. Incluso la propietaria del piso que tenía arrendado la joven -lugar en el que ocurrió el crimen- también confirmó que Eva María le había dicho que ese mes se había retrasado en el pago del alquiler "porque tenía miedo de salir a la calle".

Mientras que el Ministerio Público, la acusación particular, la Junta de Andalucía y el Estado -también personadas en la causa como acción popular- mantuvieron ayer sus peticiones de pena de entre 20 y 22 años por un delito de asesinato, la defensa -que considera los hechos como un homicidio- la rebajó a diez por entender que concurre la atenuante de arrebato. En sus conclusiones finales, el letrado hizo referencia a los rasgos convulsivos de su representado destacados por la psicóloga en la sesión del martes, un estado mental que desembocó en una "conmoción psíquica" que lo llevó a cometer el crimen. También resaltó que no hubo ensañamiento, pues el fin último de Antonio Caballero fue matar a la víctima y no aumentar "deliberada e inhumanamente" el dolor de la joven, un requisito imprescindible para que concurra dicho agravante. Continuó que tras asestarle más de 30 puñaladas, la única reacción del acusado "fue salir de allí cuanto antes". Cuando tomó conciencia de sus actos, decidió entregarse a la Guardia Civil y confesar su crimen.

Tras tres días de juicio, ayer quedó visto para sentencia. El jurado popular tendrá que dictar su veredicto, que será la base de la sentencia de la Audiencia.

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