Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
El yacimiento arqueológico descubierto en las obras de la Ronda Norte de Córdoba resulta de "importancia capital" para el conocimiento de la historia de la cultura mozárabe de Córdoba y de su Iglesia. Los restos que los expertos consideran que pueden corresponder a la basílica de Santa Eulalia tienen "un enorme potencial aún para la investigación arqueológica y un estado de preservación excepcional" y por ello reclaman que se sigan estudiando y se conozca el alcance completo del complejo religioso antes de tomar una decisión sobre la ejecución de una infraestructura viaria necesaria para la ciudad. Una decisión para la que contemplan dos posibilidades: soterramiento o una alternativa de trazado.
Así lo remarcan los especialistas encargados del estudio de los restos en un informe entregado a la Consejería de Cultura en el mes de julio para que evalúe las medidas a adoptar ante la aparición del yacimiento. Durante la realización de las excavaciones arqueológicas previas a la ejecución de la obra, apareció la que es la única basílica cristiana y monasterio dúplice conservado en la Córdoba de época omeya, datado entre los siglos VIII y IX.
Se trata de un complejo religioso encabezado por esa basílica, relativamente grande, de tres naves, ábside y posible nártex, que mide 20 x 13 metros, con dos núcleos monásticos adosados al norte y al sur, simétricos y organizados alrededor de sendos claustros porticados (masculino el septentrional, con inscripción de clérigo, y femenino el meridional, con inscripción de monja). En la mitad oriental de los terrenos estudiados (de una extensión de 5.000 metros se ha excavado un 20%) ha aflorado una estructura hidráulica que se identifica con un posible baptisterio asociado a ese complejo. Y alrededor de este, la prospección geofísica realizada muestra la "más que probable existencia de gran cantidad de restos, que conformarían otro conjunto edificatorio bastante más complejo".
Según detalla el informe, adelantado por Diario Córdoba y al que ha tenido acceso El Día, la presencia de estructuras murarias con una técnica edilicia diferente a la del conjunto en su zona sureste, así como las características del posible baptisterio y sus dos fases de uso, junto a la reutilización de material arquitectónico, parecen apuntar a la existencia de una iglesia anterior, tardorromana o visigoda, de los siglos final del s. V a final del siglo VII, que fue objeto de una reconstrucción. Las crónicas de la época recogen la historia que estaría tras esa reedificación: la autorización otorgada por Abd al-Rahman I en 784-85 a los cristianos para reedificar las iglesias de la periferia de la Medina, destruidas desde la conquista de 711, a cambio de haber cedido éstos al emir la mitad de la basílica de San Vicente para la fundación de la Mezquita Aljama.
Los trabajos de excavación y estudio de los restos han sido dirigidos por Manuel Cobo, de la empresa de consultoría Salsum; Antonio J. Criado como codirector y la técnico arqueóloga Irene Cáceres Criado. A ellos se han sumado los investigadores Ángel Ventura, catedrático de Arqueología de la UCO y experto en epigrafía; Carlos Márquez, catedrático de Arqueología de la UCO y experto en decoración escultórica; y la doctora María del Camino Fuertes, coordinadora en Córdoba de la Red de Espacios Culturales de Andalucia y especialista en cerámica.
Ante la importancia de lo encontrado, los expertos proponen una siguiente fase de excavación que consista en la documentación del lateral septentrional, dentro del Parque del Canal, del complejo religioso, donde se ubica el monasterio norte, parcialmente excavado hasta ahora. También consideran necesario desarrollar una serie de sondeos arqueológicos en los sectores central y oriental del yacimiento, "donde el registro arqueológico que ya conocemos también es positivo, para poder evaluar sus características, y así poder plantear posibles intervenciones futuras en el entorno. Entendemos que se debe conocer el alcance completo del complejo religioso para la próxima toma de decisiones".
El informe de Salsum advierte incluso que el proyecto de la Ronda Norte se podrá desarrollar "siempre y cuando se haya procedido a la conveniente documentación arqueológica de la totalidad del complejo religioso y se acredite documentalmente que su soterramiento no va a suponer afección a los restos que se conserven bajo ella". Para evitar ese daño, plantean la evaluación de otras alternativas de trazado que, "mediante mínimas modificaciones del proyecto actual, posibiliten la ejecución de una infraestructura a la que la ciudad de Córdoba no puede renunciar, al tiempo que abran la posibilidad a la futura conservación, puesta en valor y continuidad de las investigaciones en este singularísimo complejo de culto cristiano". Mientras tanto, reclaman que se protejan los restos en previsión de la llegada de las lluvias de otoño.
Este mismo martes, el alcalde de la capital, José María Bellido, ha recordado en un desayuno-coloquio de El Día de Córdoba que el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía (titular de la obra) han consensuado el proyecto con los vecinos y que hay un compromiso con estos para no acercar más el trazado a las viviendas (un trazado que ya ha generado bastante rechazo en el vecindario). Pero tampoco, advierte, se puede renunciar ni al sistema general viario, la Ronda, ni a las zonas verdes, integradas en el Anillo Verde de la ciudad. "Con lo cual, o hay Ronda Norte con un trazado actual con integración de los restos, o va a ser muy difícil que la haya, porque no hay alternativas viables ni en el paso por la zona verde ni moviendo la ronda. Por lo cual, esperemos que haya una solución que pueda integrar esos restos en el desarrollo de esa actuación viaria, que yo creo que es perfectamente compatible". Posteriormente, desde Urbanismo se ha destacado la opción planteada de soterramiento como la más viable para la infraestructura.
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