Córdoba

Un estudio analiza la figura de la mujer de Córdoba y Jaén como cabeza de familia en el siglo XVIII

  • Se trata de un trabajo de la investigadora Raquel Tovar que ya fue premiado el pasado 2020

Parte de la portada del libro.

Parte de la portada del libro. / El Día

El Instituto de Estudios Giennenses (IEG) de la Diputación de Jaén ha editado, dentro de la colección Investigaciones, un libro que refleja la situación de las mujeres que por diversas circunstancias dirigían sus hogares en Córdoba y Jaén en el siglo XVIII.

Este trabajo de la investigadora extremeña Raquel Tovar, titulado El ejercicio de la patria potestad y la mujer cabeza de familia: La administración femenina del hogar y los bienes en Jaén y Córdoba a finales del Antiguo Régimen, se alzó con el Premio Cronista Alfredo Cazabán en 2020.

Francisca Medina, vicepresidenta primera de la Diputación y responsable del IEG, ha explicado que esta nueva publicación supone "un acercamiento a las mujeres que ejercían de cabeza de familia a finales del Antiguo Régimen, una época donde la labor de la mujer quedaba relegada al cuidado de los hijos y se veía abocada a vivir bajo la tutela de padres y esposos".

Por su parte, la consejera directora del IEG, Adela Tarifa, ha señalado que "nuevamente el IEG se pone en la vanguardia de la investigación histórica, en este caso desde una perspectiva de género; derecho e historia caminan de la mano para ofrecer a los lectores una información rigurosa, inédita y de máxima oportunidad y utilidad".

Además, ha destacado que "el ámbito espacial, Córdoba y Jaén; temporal, siglo XVIII, finales del Antiguo Régimen; y los temas abordados: jefatura del hogar, modelo de familia, estados de la mujer, administración del patrimonio familiar, cuidado de los hijos, y oficios femeninos, entre otros, aportan máximo interés a este libro, que enriquece los fondos editoriales del IEG".

Durante la época moderna, el ejercicio de la patria potestad regulaba el marco de poder dentro de la institución familiar y dotaba a la persona que lo detentaba, por lo general un hombre, la máxima autoridad dentro del hogar, tanto en aspectos económicos como de la administración de los bienes e incluso las relaciones sociales, como los matrimonios de los hijos.

El papel de la mujer quedaba relegado a ser madre o esposa, limitándose a las labores domésticas y debiendo obediencia a su padre o esposo.

El Derecho castellano regulaba la continuidad de la patria potestad a través de la curaduría y de la tutela por parte de las mujeres.

Esta investigación se ha centrado en aquellas mujeres, tanto solteras como viudas o incluso casadas, que por diversas circunstancias detentaban esta autoridad ante la falta de un hombre y las trabas que encontraban para realizar esta importante labor al recibir un tratamiento legal discriminatorio.

Así, como concluye Francisca Medina, "este estudio arroja luz sobre la situación de las mujeres en ese momento y las diferencias entre sexos en el ámbito público y privado, que en parte hoy persisten y que desde la Diputación queremos colaborar para conseguir que desaparezcan".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios