Cristóbal Luque, gerente de la Asociación de Bodegas de Moriles

"Moriles quiere aportar savia nueva e ilusión a la Denominación de Origen"

  • "La Ruta del Vino Montilla-Moriles se ha desinflado bastante, no hay flujo de visitantes"

  • "No podemos decir que la DO haya ido fenomenal; ha caído el consumo y se ha arrancado vid"

Cristóbal Luque, en la taberna Moriles Ribera.

Cristóbal Luque, en la taberna Moriles Ribera. / Juan Ayala

“Montilla-Moriles debe pensar en grande”, reflexiona Cristóbal Luque (Moriles, 1963), gerente de la Asociación de Bodegas de Moriles, un colectivo que intenta dinamizar desde hace varios años un sector muy tradicional inmerso en una grave crisis a la que la pandemia de covid-19 le puede clavar la puntilla.

- La vendimia se encuentra en pleno proceso, ¿qué perspectivas hay?

- En otras zonas de la Denominación de Origen (DO) como Montilla empezó hace unos días, pero en Moriles todavía no ha arrancado, pues como sabemos existen microclimas y diferentes exposiciones de los terrenos que originan maduraciones diferentes. Generalmente tenemos una vendimia más tardía. Eso hace que nos vayamos a la fecha natural, que es a principios de septiembre. Las perspectivas son buenas tanto en calidad como en cantidad, que se prevé en torno a los cuatro millones de kilos de uva, dentro de la normalidad.

- ¿Cómo está viviendo el sector la crisis sanitaria del coronavirus?

- Lo que está pasando es una desgracia para todos. El vino, como producto de consumo alimenticio y de ocio, está ligado a la restauración, al canal Horeca, a las fiestas, a las catas populares… Por lo que su consumo se está viendo afectado muy negativamente. La reducción puede superar el 50% en el caso de Moriles, la situación es bastante preocupante. Desde la Asociación, a principios de la pandemia nos reunimos con otros colectivos, como los lagares de Montilla y otras bodegas del marco, y llevamos al Consejo Regulador una serie de propuestas para mitigar la situación económica de las bodegas, como la reducción o el aplazamiento de cuotas, pero se desecharon porque no se podía poner en peligro la viabilidad económica del Consejo, cuando lo que está en riesgo es la viabilidad de las propias bodegas. También solicitamos que se elevara a la Junta de Andalucía una serie de propuestas referidas a ayudas al almacenamiento, vendimia en verde o a la destilación, que están en proceso.

- ¿Cuáles son los retos principales a los que se enfrentan las bodegas de Moriles?

- El más importante, que está en el nacimiento de la asociación, es la colaboración interna, conseguir una imagen corporativa y que nos proyectemos en conjunto, pues somos bodegas pequeñas comparadas con otras del marco. Debemos, por eso, reducir costes y aprovechar la economía de escala. También apostamos por la innovación, para lo que colaboramos en el Proyecto Resurgir, en colaboración con el Instituto Emilio Canalejo de Montilla para la creación de nuevos vinos. Otro reto es conquistar nuevos mercados. Hace tiempo que Moriles no estaba presente en mercados con marcas propias, y ahora tenemos etiquetas reconocidas que ganan premios. Ahí están el fino Cebolla de El Monte, Solera Fina, de Doblas, el Fino en Rama Medio Tapón, de Casablanca, el PX de San Pablo, o los vinos de tinaja de las cooperativas Virgen del Rosario y San Jerónimo. Durante mucho tiempo, Moriles ha sido la bodega de las bodegas de Montilla-Moriles, y eso está cambiando poco a poco. Por último, la DO y Moriles de su mano, tiene que volver a mercados antes tradicionales, como las zonas de Jaén, Granada o Málaga, donde se vendía mucho fino y ahora no hay ningún consumo porque los generosos han ido perdiendo la batalla.

Cristóbal Luque. Cristóbal Luque.

Cristóbal Luque. / Juan Ayala

- ¿Qué futuro tiene la Cata de Moriles?

- La Cata de los Vinos de Moriles es un gran evento social bastante consolidado pero es un reto importante profesionalizarla y modernizarla, por ejemplo, abriéndola a otras bodegas de la zona. Queremos además que se convierta en un lugar de negocio además de el sitio donde la gente disfrute del vino y de su cultura, evitando siempre que sea un botellón. Para ello, queremos potenciar las jornadas técnicas dirigidas a los profesionales, que posiblemente este año sean de carácter virtual.

- Toda la Denominación de Origen ha experimentado una reducción bastante drástica de cultivo de la vid. ¿Cómo es este proceso en Moriles?

- Esto va ligado a que el consumo de vino per cápita es muy bajo. En España somos los terceros productores del mundo y los primeros en superficie, pero nos encontramos a la cola del consumo; Portugal, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido… todos están por encima. El proceso de reducción también ha afectado a Moriles, y el olivar está ocupando el territorio de la viña, cosa que deberíamos de impedir a toda costa, sobre todo en las zonas de calidad superior. Deberíamos de asegurarlas, blindarlas, protegerlas, pues podría ser que sin darnos cuenta se llenen de chalés o nos construyan una carretera. Hay que cuidarlas, porque son nuestros buques insignia. Por otra parte, no a todo el mundo le va igual, y Moriles por la calidad y singularidad de sus vinos se defiende un poco mejor que otras zonas. Se ha modernizado, y así, por ejemplo, el 80% de la vid es ya en espaldera. Creemos que Moriles puede ayudar a salvar la esencia de la DO.

- El turismo ha resultado ser un complemento imprescindible para la supervivencia de las bodegas en muchas zonas productoras de España. ¿Está funcionando esto en Moriles?

Cristóbal Luque. Cristóbal Luque.

Cristóbal Luque. / Juan Ayala

- No hay duda de que el enoturismo es de vital importancia. Moriles recibe un chorreo continuo de personas, y hay mucho margen de crecimiento. Somos afortunados en esto por varios motivos; porque tenemos la calidad y la cultura de vinos necesaria, tenemos el paisaje, ya también los alojamientos, una magnífica gastronomía, el cuarteleo de Semana Santa muy ligado al vino… Son grandes potenciales, y el día que eso eclosione, su aportación económica será muy importante.

- ¿Qué proyectos está impulsando en este sentido la asociación?

- Tenemos proyectos ilusionantes a varios niveles. Con el Ayuntamiento, se están impulsando visitas virtuales en 3D a las bodegas y hay una ruta que une los lagares y que confluye con el itinerario cultural de la escritora local Paula Contreras. También queremos establecer un flujo continuo entre los lagares de Montilla y los de Moriles. Esta iniciativa daría una visión de conjunto al visitante.

- ¿Está funcionando bien la Ruta del Vino Montilla-Moriles? ¿Se cumplen las expectativas?

- Empezó bien, pero se ha desinflado bastante. No hay flujo de visitantes a las bodegas provenientes de la ruta y los bodegueros se han aburrido. En Moriles queda solo un establecimiento adherido. Bien por mala gestión, o porque no se ha desarrollado plenamente, o por controversias políticas o por falta de generosidad y de altura de miras.

- El Consejo Regulador de la DO Montilla-Moriles cierra en septiembre su proceso de renovación. ¿Se siente bien representado el sector de Moriles?

Detalle de una copa de vino. Detalle de una copa de vino.

Detalle de una copa de vino. / Juan Ayala

- La DO, además de renovarse, debería también reinventarse, reinterpretarse, porque de lo contrario vamos por mal camino. En los últimos 25 años, no podemos decir que la DO haya ido fenomenal; al contrario, ha caído el consumo de vino y cada vez se arranca más vid. Está claro que el éxito no se ha alcanzado. Hay que pensar en grande y ser generosos, aceptar el liderazgo bien ejercido de los grandes pero también lo que digan otros, otras propuestas de los más pequeños. Y, en este sentido, Moriles quiere aportar savia nueva y dinamismo al conjunto. No creo que haya existido nunca animadversión hacia Moriles, aunque sí paternalismo, pero ahora queremos asumir nuestra responsabilidad y ocupar el lugar que nos corresponde. ¿Cuánto aporta Moriles en calidad y prestigio a la DO? Esto cuenta mucho, y es justo reconocerlo por el bien de todos.

-Es evidente que ha habido desavenencias…

-Sabemos que hay bodegas del marco que no se han sentido representadas. Nosotros no podemos estar satisfechos con la composición de un Consejo en el que no estábamos presentes. Es un despropósito histórico que debemos resolver mejor. Moriles desde su inicio le da nombre a la DO junto a Montilla. Estamos orgullosos de ello, pero poca gente sabe que antes de la Guerra Civil, cuando se hicieron los primeros proyectos, se plantearon dos DO: una para Montilla y otra para Moriles. Puede que estuviera justificado. Finalmente cristalizó unida, y llegó a llamarse incluso Moriles-Montilla en determinados momentos. Realmente, Moriles nunca ha tenido un peso determinante en el núcleo de decisiones del Consejo. Ahora hemos planteado propuestas y se han valorado en parte. Las elecciones son en septiembre, y se nos ha prometido una presencia en la lista única, pero no como deseamos. Por otra parte, aspiramos a que las zonas de Calidad Superior, como la Sierra de Montilla y Moriles Altos, tengan un estatus diferenciado que las proteja, que no dependamos de las decisiones de otros. Queremos tener voz y voto en igualdad.

-¿Qué echa de menos en el marco?

- En Montilla-Moriles falta interrelación entre las personas. Mejorar el entendimiento. Nos desconocemos bastante. Hay empresas de espaldas unas a otras. La dinámica de trabajo debe ser para el conjunto, de trabajo en equipo. Hay que cambiar esos paradigmas, es bueno que haya líderes fuertes que abran puertas y marquen el camino a la vez que no impiden el desarrollo de los demás.

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