Memoria de Cecosam

Casi el 68% de los entierros en Córdoba ya acaban en cremación

Cementerio de San Rafael.

Cementerio de San Rafael. / Juan Ayala

Casi el 68% de los entierros en Córdoba acaban ya en cremación en vez de en inhumación. Así lo revela la memoria de 2022 de la empresa municipal de cementerios, Cecosam. Según la misma, las inhumaciones realizadas durante el pasado año fueron 1.046, un 1,5% superior a las del ejercicio anterior, "siguiendo la leve tendencia alcista desde 2019, donde tocaron mínimo histórico con 1.009 inhumaciones de cadáver", relata el documento. Sin embargo, la media histórica sigue cayendo, estableciéndose en las 1.192 inhumaciones por año. Los meses con mayor punta de actividad en este servicio fueron enero (133), mayo (94), junio (92) y julio (90), con valores muy similares.

"La tendencia sigue hacia la baja de la elección de este tipo de servicio, el de la inhumación (32,35%), contra el servicio de cremación (67,64%). Esto nos da a entender hacia donde está evolucionando el sector y cómo deben tratarse los nuevos modelos de enterramiento", insiste la memoria de Cecosam.

La evolución de las cremaciones en la empresa municipal de cementerios de Córdoba durante 2022 fue sensiblemente mejor que en años anteriores, acercándose a su máximo histórico de 365 cremaciones (año 2012). Los datos hablan de un incremento del 3,5% sobre 2021 (355 cremaciones), "a pesar de que hay que tener en cuenta la parada por mantenimiento que se realizó en el mes de febrero, y que mermó su capacidad", relata la memoria.

Dicho informe detalla como destacable la caída en el primer cuatrimestre (-24,3% de promedio hasta abril) y los diferenciales en mayo y octubre, "siendo la actividad superior en un 80% y un 60%, respectivamente, aunque, es el segundo mejor resultado de toda la serie histórica, la capacidad ociosa es aún alta (sólo un 16,4% de la ocupación potencial), teniendo que investigar nuevas formas de llegar a los clientes a fin de aumentar esta área, sobre todo insistiendo que cada vez se están acercando más este tipo de enterramiento al 70% sobre la inhumación clásica de cadáver", relata la memoria.

El informe detalla que la relación de fallecidos en la capital cordobesa se incrementó en 2022 casi un 10% (un 9,7%) con respecto a 2021, llegando a los 3.245 fallecidos, situándose como el máximo de la serie histórica desde 2011. "De hecho, desde que tenemos este registro de datos la evolución ha sido de un 25,2% más, pasando de los 2.564 en 2011 hasta los 3.245 actuales", relata el documento.

"Realizando un estudio por meses, observamos que los de mayor incidencia fueron los de enero, y noviembre. Observando la varianza con respecto al mismo mes del año pasado caben destacar los meses de mayo, junio y noviembre, con incrementos cercanos al 30% (en junio su incremento sólo fue del 21,6%). Por otro lado, el mes que más bajaron las defunciones con respecto a 2021 fue diciembre, con un 10% menos", describe la memoria.

En cuanto a la actividad en el servicio de tanatorio, el informe detalla que no se ha podido recuperar a los niveles prepandémicos, "debido en mayor medida al efecto de reducción de aforos provocado por el Covid". La utilización media de las salas ha supuesto tan solo un 39,4% sobre el total de posibilidades de utilización (un máximo de 1.070 salas por año), siendo el cuarto peor dato de la historia de Cecosam, tan solo superado por los años de inicio y el año 2020.

No obstante, el documento puntualiza que se está viendo un cambio de tendencia en la ocupación de las salas desde las reformas hechas en el verano de 2022. El nivel de número de salas ocupadas por día fue de 1,15, "y aunque se mejoran los números de 2021, aun así, queda lejos las 1,32 salas promedio del año 2019".

Los precios

Morirse no resulta precisamente barato. Si sumamos los costes del velatorio, el ataúd, la inhumación o cremación, además de flores, coche fúnebre, esquelas, etcétera, tal y como relata la Organización de Consumidores y Usuarios, "el precio se puede disparar".

La OCU destaca que, de media, un entierro sencillo supera los 3.700 euros -en algunas ciudades puede llegar a superar los 5.000-, y una incineración, apenas algo menos. "De los costes del servicio funerario, el féretro, arca o ataúd es el apartado más caro: un modelo común, sin lujos especiales, cuesta entre 600 y 1.300 euros, pero la media ronda unos 1.200 euros", relatan desde la asociación.

Pero las mayores diferencias las marca el precio del cementerio: desde la inhumación a las tasas por el alquiler, la media puede suponer casi 650 euros. Habitualmente, este servicio incluye la inhumación y el coste de la unidad de enterramiento, pero algunos ayuntamientos exigen el pago de tasas adicionales relacionadas con el mantenimiento, movimiento de lápidas...

Puede haber detalles que disparen aún más la cuantía a desembolsar. Entre ellos, aparece la elección de fila o nicho, que la inhumación se vaya a realizar en unidades de enterramiento de las que ya dispone la familia y sea necesario actuar sobre los restos allí existentes, o si se va a ampliar el periodo de concesión del mínimo al máximo que permita el ayuntamiento, que suele ser de 75 o 99 años.

Por su parte, el servicio de incineración tiene un coste que guarda cierta relación con el servicio que oferte el cementerio. No obstante, según señala la Organización de Consumidores y Usuarios, la subida del precio de la incineración fue en la última década casi un 1,5% mayor que el de las inhumaciones.

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