Cruz Conde, 12

Un enfermo con una difícil cura

  • Satse vuelve a alertar un año más del cierre de quirófanos en verano en los hospitales de la provincia, lo que según el sindicato supondrá este año más de 3.500 intervenciones menos

Un momento de una intervención quirúrgica.

Un momento de una intervención quirúrgica. / El Día

Bueno, pues parece que el enfermo mejora progresiva, lenta y levemente de su dolencia, que es crónica. Hace unos días, el Sindicato de Enfermería Satse alertó de que este verano dejarán de realizarse más de 3.500 intervenciones quirúrgicas en los hospitales cordobeses.

Esta situación se debe, según el sindicato, al cierre total o parcial de quirófanos en dichos hospitales, “alentado por los recortes en la sanidad andaluza y el afán economicista para ahorrar dinero a costa de los pacientes, contradiciendo los anuncios públicos de la Consejería de Salud sobre reducir las listas de espera”. Satse asegura que la previsión es que unas 1.750 intervenciones no se realicen en los quirófanos del Hospital Reina Sofía de la capital, unas 900 en el Valle Los Pedroches de Pozoblanco y otras 850 en el Infanta Margarita de Cabra.

Insisto, parece que el enfermo mejora progresiva, lenta y levemente de su dolencia, que es crónica, un enfermo cuyo tratamiento ha recetado un nuevo médico –el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, del nuevo gobierno regional del PP y Cs–.

Y digo lo de la mejora, porque si viajamos en el tiempo cinco años atrás y ojeamos las hemerotecas nos encontraremos con noticias semejantes que rezaban –en aquella ocasión el doctor que trataba al paciente era la consejera socialista María José Sánchez Rubio, del gobierno de Susana Díaz– que Satse cifraba en 5.500 las intervenciones quirúrgicas que iban a dejar de hacerse en verano en los hospitales de la provincia de Córdoba. En concreto, alertaba de que en el Hospital Reina Sofía dejarían de hacerse 3.900 intervenciones; en el Hospital Valle de los Pedroches, 700; y 850 en el Infanta Margarita, lo que en total suponían 2.600 intervenciones más suspendidas que en 2009 y 1.100 más que en 2011.

Pero si en ese viaje que hemos emprendido en el tiempo en un Delorean como el de Regreso al Futuro tuneado de ambulancia nos detenemos en julio del pasado año comprobaremos que –en esta ocasión con la consejera Marina Álvarez, también del gobierno socialista de Susana Díaz, como doctora de ese enfermo crónico– Satse alertaba de que en el verano de 2018 el SAS iba a dejar de realizar unas 4.200 intervenciones quirúrgicas en los hospitales cordobeses.

En concreto, se iban a suspender 2.400 operaciones en el Reina Sofía, 1.000 en el hospital Valle de Los Pedroches y otras 800 en el Infanta Margarita. Y es que hay noticias que se convierten en un bucle al más puro estilo Westworld, donde las escenas se repiten una y otra vez y aunque parece que lo hacen desde distinta perspectiva, al final la conclusión que se acaba sacando es que es desde la misma. Varían las cifras, mejor las de ahora que las de antes, aunque continúa siendo preocupante el estado del enfermo.

Lo que no varía es lo que en todos estos años viene denunciando Satse y que volverá a denunciar el próximo año, esperemos que con el enfermo mejorado. Al sindicato ya le duele la boca, y no son síntomas patológicos, de decir que el cierre total o parcial de quirófanos ocasionará “un incremento de las listas de espera quirúrgicas a corto plazo, que luego de manera precipitada y con recursos económicos adicionales querrán aliviar los gerentes, antes de diciembre, o se desviarán a centros sanitarios privados concertados de la provincia; con el fin [puyita al canto] de que “la productividad variable de los directivos y de los directores de Unidad de Gestión Clínica quede asegurada para ingresar en sus nóminas”.

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