Cruz Conde , 12

Una labor de lo más humanitaria y digna de aplaudir

Voluntarias de Cruz Roja realizan actividades con personas mayores.

Voluntarias de Cruz Roja realizan actividades con personas mayores. / El Día

¿Saben cuál es la edad media de los habitantes de Córdoba capital? Pues esa edad media es de 42 años y siete meses, un mes menos que la de los habitantes de Pozoblanco (42,8) y casi tres años más que la de los habitantes de Lucena (39,8), solo por poner ejemplos, en estos casos, de ciudades medias en los que la población está más o menos fijada o –en el caso del municipio de Los Pedroches– en constante crecimiento en las últimas décadas.

¿Saben cuál es la edad media de los habitantes de otros municipios de la provincia en los que de unos años a esta parte ha ido menguando su población? Les pondré dos ejemplos de la zona Norte, en la que se ha notado más esa sangría. Esa edad media en la localidad guadiateña de Peñarroya-Pueblonuevo es de casi 46 años y en el municipio pedrocheño de Hinojosa del Duque, de casi 47.

Se trata de datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía que revelan –si echamos un vistazo a datos de hace unos años y comparamos con estos– el imparable envejecimiento de Córdoba y su provincia, un envejecimiento que, obviamente, se da en toda España, aunque a distinto nivel. Y es que las nuevas formas de vida unido a que las personas afortunadamente tienen una mayor esperanza de vida y a los efectos que ha dejado la crisis económica –con los jóvenes y no tan jóvenes resistiéndose en la mayoría de los casos a tener hijos, antes porque no llegaban a fin de mes y ahora porque se ven obligados a realizar verdaderos ejercicios de ingeniería económica para llegar– está dejando una estructura de la población cada vez más envejecida en la que Córdoba se sitúa a la cabeza de Andalucía, sólo detrás de Jaén.

Baja la natalidad, emigran los jóvenes y, ante este panorama, no llega la cantidad suficiente de inmigrantes que rebaje esa cifra que habla de una edad media de la población ya maduramente avanzada y que parece que va a ser aún más avanzada camino del roce de la tercera edad si las cosas siguen igual durante las próximas décadas. Porque todo indica que con el panorama económico que ha dejado la crisis no se dan las condiciones para la procreación abandonándose a un nuevo baby boom al estilo de aquel subvencionado por el régimen franquista en la llamada década prodigiosa del siglo XX.

Y lo peor de todo este asunto es que la tercera edad está condenada por la vida en muchos casos a sufrir la soledad, una soledad que acaba matando poco a poco. Por eso, es de aplaudir hasta que echen humo las manos el trabajo realizado por Cruz Roja con el objeto de evitar los efectos que puede causar esa soledad y frenar en la medida de lo posible la dependencia. De un tiempo a esta parte la institución humanitaria se vuelca en la atención integral a las personas mayores, con actividades que estimulan una vida activa y saludable y las relaciones sociales.

Los últimos datos dados a conocer al respecto por Cruz Roja son que casi 6.000 cordobeses (5.931 concretamente) se han beneficiado en el primer semestre del año en la provincia de los diferentes proyectos y servicios que para las personas mayores oferta dicha ONG. Esa cifra supone más del doble de los 2.630 ciudadanos que en el mismo periodo de 2018 habían participado en actividades de la entidad dirigidas a propiciar un envejecimiento saludable y a facilitar una vida digna y autónoma en su entorno habitual. En apenas tres años se ha pasado de atender a 1.866 personas mayores en la provincia a las 5.814 contabilizadas en 2018. Insisto, digno de aplaudir hasta que echen humo las manos.

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