Encuentro en la Antártida: de la remota Isla Decepción al Rectorado de la Universidad de Córdoba
Estudiantes de seis centros educativos cordobeses mantienen un encuentro virtual con la base española Gabriel de Castilla
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Más de 200 estudiantes de seis centros educativos de Córdoba han vivido este martes una experiencia única al conectar virtualmente con la base científica española Gabriel de Castilla, ubicada en la remota Isla Decepción de la Antártida, a 13.000 kilómetros de distancia. Gracias a este encuentro digital, los alumnos de los centros Maimónides, Séneca, López Neyra, Trinidad, Eduardo Lucena y Al-Ándalus han podido conocer de primera mano la rutina y las investigaciones que se llevan a cabo en uno de los dos campamentos que España tiene en la región antártica. El encuentro virtual se ha celebrado en el Rectorado de la Universidad de Córdoba.
A pesar de las duras condiciones que impone la isla volcánica en forma de herradura, con un clima extremo y escasa vegetación, los científicos y militares desplazados allí realizan durante el verano austral (de diciembre a marzo) cerca de 30 proyectos de investigación centrados en aspectos como el cambio climático, la biodiversidad, los volcanes o la obtención de energía aprovechando las diferencias de temperatura del suelo. Los estudiantes han podido descubrir la peculiar flora y fauna del ecosistema antártico, dominado por musgos, líquenes, pingüinos, leones marinos y gaviotas.
La curiosidad de los jóvenes se ha plasmado en numerosas preguntas sobre la vida cotidiana en la base, desde la ropa que utilizan hasta cómo gestionan el hecho de vivir sobre un volcán activo. También han mostrado interés por cuestiones científicas como el impacto de los microplásticos en los animales o las fuentes de energía empleadas dado el reducido número de horas de sol.
La base antártica española Gabriel de Castilla
La base Gabriel de Castilla es una de las dos instalaciones permanentes que España mantiene en la Antártida, junto con la base Juan Carlos I. Situada en la Isla Decepción, en el archipiélago de las Shetland del Sur, la base fue inaugurada en 1989 y desde entonces acoge cada verano austral a científicos y militares que desarrollan proyectos de investigación en este singular enclave volcánico.
El campamento, gestionado por el Ejército de Tierra, cuenta con instalaciones como laboratorios, zonas de vida y trabajo, y equipos de comunicación que permiten llevar a cabo los estudios en unas condiciones de seguridad adecuadas, a pesar del aislamiento y la climatología adversa. Los proyectos desarrollados abarcan disciplinas como la vulcanología, la sismología, la glaciología, la biología marina o el estudio de la capa de ozono, y contribuyen al conocimiento y la preservación de este fascinante y frágil ecosistema.
El valor educativo de las conexiones con la Antártida
Iniciativas como este encuentro virtual entre escolares y científicos antárticos tienen un enorme potencial educativo y divulgativo. Por un lado, permiten a los estudiantes acercarse a realidades lejanas y diferentes, ampliando su visión del mundo y su comprensión de fenómenos globales como el cambio climático. Por otro, contribuyen a visibilizar la importante labor investigadora y logística que se desarrolla en las bases antárticas, a menudo poco conocida por el gran público.
Además, estas conexiones pueden despertar el interés de los jóvenes por la ciencia y la tecnología, mostrándoles de forma tangible la aplicación práctica de los conocimientos que adquieren en las aulas. En palabras del vicerrector de Transformación Digital y Gestión de Datos de la Universidad de Córdoba, Sebastián Ventura Soto, encuentros como este sirven para "visibilizar otra faceta del ejército que es dar soporte a una instalación científica en la Antártida donde se realizan investigaciones de mucho interés relacionadas con la biología, la biodiversidad o el calentamiento global".
¿Qué tipo de proyectos científicos se desarrollan en las bases antárticas?
Los proyectos abarcan disciplinas muy diversas, desde la glaciología y la climatología hasta la biología marina y la vulcanología.
Algunos ejemplos son el estudio del retroceso de los glaciares, el seguimiento de poblaciones de pingüinos, el análisis de los gases emitidos por los volcanes o la investigación de los efectos del cambio climático en la biodiversidad antártica.
¿Cómo se logra la colaboración entre científicos y militares en las bases?
El personal militar se encarga fundamentalmente de las tareas logísticas y de mantenimiento de las instalaciones, así como de garantizar la seguridad de los investigadores.
Por su parte, los científicos desarrollan sus proyectos aprovechando las infraestructuras y el apoyo proporcionado por los militares. Esta colaboración se basa en una cuidadosa planificación previa y en una estrecha coordinación durante las campañas antárticas.
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