Entrevista a José Luis Rodríguez | Responsable del programa de personas sin hogar de Cáritas

“Me encantaría cerrar nuestros recursos y dedicarnos a otra cosa”

  • Desde hace más de dos décadas centra sus esfuerzos en procurar ayuda y recursos a las personas que viven en la calle en Córdoba y alerta de la falta de políticas centradas en evitar este tipo de situaciones

José Luis Rodríguez, durante la entrevista concedida a 'el Día'.

José Luis Rodríguez, durante la entrevista concedida a 'el Día'. / Lolo Agredano

–Lleva 20 años trabajando con las personas sin hogar y coordina a un equipo de más de 25 miembros en Cáritas, ¿qué le impulsa a seguir trabajando en este sector?

–Siempre he tenido cercanía con este colectivo por vinculación familiar. Gracias a mi padre, que siempre trabajó con personas en esta situación, viví mi juventud en cercanía con esta realidad. También mi vinculación religiosa, soy una persona católica, es lo que ha hecho que mi trabajo esté vinculado con esto.

–Desde Cáritas insisten en que el problema del sinhogarismo sí se puede erradicar, pero ¿qué falta para lograrlo?, ¿qué más tiene que pasar?

–Realmente lo que estamos intentando es la visibilización de esta situación. El año pasado murieron cuatro personas en Córdoba y eso sucede en toda España frecuentemente. Es evidente que hay que hacer una llamada de atención a los administradores de las políticas económicas, sobre todo en materia de vivienda, que es un derecho fundamental que no se está cubriendo. Se tiene que actuar en los pilares fundamentales: la economía, la falta de empleo, el empleo precario y contar con una política que garantice el acceso a la vivienda.

–¿No es esto un negocio para los gobiernos y las empresas?

–No creo que la pobreza sea un negocio para nadie. Me encantaría que nosotros cerráramos nuestros recursos y dedicarnos a otra cosa. Siempre hay una diferencia entre los poderes económicos y las personas que sufren, eso es lógico y evidente y a lo largo de la historia ha sido así; pero nosotros estamos convencidos de que es posible acabar con el sinhogarismo porque creemos que vivir dignamente es un derecho fundamental que tenemos todas las personas.

–Los datos de este año son preocupantes, ¿cómo se perfila el año que viene?

–Nosotros vamos a avanzar este año la campaña en el aspecto fundamental de la prevención. Tenemos que prevenir porque evidentemente si no hay una política adecuada en materia de vivienda ni de empleo que vele por los derechos de las personas, entonces se puede producir cierto repunte en las cifras. Es verdad que es muy difícil que alguien hoy obtenga un trabajo con el que pueda tener un desarrollo pleno y una capacidad económica que le permita mantener una vivienda, además de que no hay viviendas para personas con una renta mínima o un salario mínimo. En este aspecto sí tenemos que sensibilizar para que haya alquileres más flexibles y baratos, que se pueda disponer de viviendas sociales y adecuadas. Hay muchas personas que hoy viven con la inseguridad de perder.

–Desde Cáritas han informado del descenso en las ayudas públicas en un 10%, una situación que afecta a la residencia de mayores San Pablo...

–Los recursos económicos de los que disponemos son muy limitados, muchos espacios están plenos de ocupación y no tenemos cómo atender a más personas. Lógicamente, con una disminución de la ayuda pública cada vez necesitamos más recursos para poder atenderlas. Sin embargo, Cáritas no va a dejar de ayudarlas, pero debemos hacer un mayor esfuerzo y pedir a las instituciones, a los medios de comunicación y a la sociedad en general que colaboren con nosotros.

–También han advertido de que el programa corre el riesgo de clausurarse.

–Estamos trabajando para que eso no ocurra buscando alternativas y otros medios de financiación. Evidentemente, con la pérdida de un convenio como el contrato de prestación de servicios que veníamos desarrollando con la Junta, se merma bastante nuestra capacidad económica, pero estamos trabajando para ello.

–Con el paso del tiempo, ¿la sociedad se ha vuelto más consciente del problema o todo lo contrario?

–Córdoba es siempre una ciudad muy solidaria, con ciudadanos que se vuelcan con las necesidades que tienen sus vecinos, eso siempre ha sido así y durante el periodo más duro de crisis también lo experimentamos. La gente tiene que conocer cuál es la realidad de lo que nos encontramos y que no podemos mirar para otro lado.

–Desde Cáritas emprenden una campaña para ponerle rostro al sinhogarismo, con la que han hecho ya varias actividades, pero ¿cómo lo van a lograr?

–La verdad es que el hecho de que nos acostumbremos a ver personas en la calle, en los cajeros automáticos, durmiendo en los bancos y en cualquier lugar, nos debe llevar a pensar de alguna forma que existe esa situación y no podemos dejarlo pasar. La sociedad tiene que entender que hay un fallo en algo, hay cosas que no estamos haciendo bien cuando todavía hay personas que se encuentran en esa situación. Debemos transmitir que detrás de una persona en la calle hay un rostro, hay una realidad y una situación que probablemente los llevó a ese lugar pero también 40.000 esperanzas para seguir.

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