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La investigación, el desarrollo y la innovación son básicas para el crecimiento de las empresas, que ven que parte de su futuro pasa, de manera inevitable, por estos tres conceptos. A pesar de la crisis económica, a las compañías no les queda otro remedio que invertir en ciencia para salir adelante. Buena prueba de ello son los contratos y convenios suscritos por la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI) de la Universidad de Córdoba, centro que el año pasado firmó 239 acuerdos y que representó una facturación superior a los 6,5 millones de euros.
Se trata de una cifra inferior a la de 2009, cuando este departamento, que dirige la profesora Carmen Tarradas, suscribió 250; es decir, un 4,4% menos. Tarradas reconoce que este descenso se debe a la reducción de los convenios con la Administración, que ha frenado la inversión en ellos por la actual situación financiera. El mundo empresarial continúa con sus inversiones y, según Tarradas, "las firmas que colaboran con la UCO siempre repiten". La directora de la OTRI asegura que muchas empresas, antes de suscribir un convenio, "tienen que saber diagnosticar sus propias necesidades de distribución o de producción".
Ante la crisis económica, Tarradas reconoce que "ya en julio quise ver los datos y comprobamos que no fueron catastróficos", por lo que ahora mismo la "situación de la OTRI es de espera". Junto a la investigación y el desarrollo a medida, las empresas, tanto pequeñas como grandes, también reclaman a la Universidad apoyo técnico y asesoría ya sea para incorporar un determinado equipo técnico o para que emitan un dictamen, así como servicios de laboratorio.
En la OTRI también se registran las empresas de base tecnológica que nacen al amparo universitario y, en el caso de la UCO, el año pasado se crearon un par de ellas. En 2010, esta oficina llevó a cabo cuatro proyectos en cooperación con empresas. A través de la OTRI se elaboran y se ofrecen ayudas en proyectos de investigación a las empresas. "Representa un estímulo a la transferencia y la colaboración cerrada entre las empresas y la universidad", apunta.
Tarradas también alude a las invenciones detectadas en la oficina que dirige en el último año. El número ha alcanzado la decena, por las siete registradas en 2009. Estas invenciones son el "paso previo a la patente definitiva". Para ello, "la unidad de valorización de la OTRI realiza un diagnóstico para ver las posibles investigaciones que se pueden detectar con su desarrollo", indica. La creación y el registro de nuevas de patentes es de vital importancia para cualquier universidad, aunque también lo es que éstas comienzan a generar beneficios y que reviertan en la propia institución, según explica Tarradas. "Lo importante no son las patentes, sino obtener la licencia para su desarrollo y para su venta". Buen ejemplo de ello es la variedad de aceituna chiquitita, que se ha protegido en la Unión Europea y en Chile, Argentina, México, Estados Unidos África del Sur, Australia, Túnez, Marruecos y Turquía. Esta variedad surge del cruce entre picual y arbequina, las dos variedades más usadas en el olivar español.
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