Por primera vez desde que el uso de las mascarillas comenzó a ser obligatorio en 2020 con el inicio de la pandemia del Covid-19, los españoles podrán dejar de usarlas en prácticamente todos los aspectos de la vida. Y este febrero, uno de los últimos lugares en los que la mascarilla era mandatoria, el transporte público, levanta por fin la obligación de usarla en su interior.

Hasta ahora España era el único país de la UE en el que la obligación del uso de mascarilla en el transporte todavía se mantenía y dejará de serlo una vez se modifique el Real Decreto de 19 de abril de 2022. También dejará de ser necesario su uso en las aerolíneas españolas.

La decisión de levantar, finalmente, la obligatoriedad del uso en los transportes en este preciso momento ha sido defendida por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, por la situación de "enorme estabilidad" epidemiológica en la que se encuentra el país. Como expresó la ministra, este es un paso más hacia el regreso de la completa normalidad previa a la pandemia.

Sin embargo, la mascarilla seguirá siendo el día a día en el resto de lugares en los que aún era obligatorio su uso.

¿Dónde se mantiene la obligación de usar mascarillas?

El uso de las mascarillas se seguirá exigiendo en tres tipos de lugares:

• Centros sanitarios: como centros de salud, hospitales y todo tipo de clínicas.
• Centros sociosanitarios: como farmacias y botiquines, es decir, en todo establecimiento en el que se dispensen medicamentos. 
• Residencias: en estos centros los trabajadores deberán llevar la mascarilla cuando estén tratando con pacientes, así como los visitantes deberán usarlas cuando se encuentren en zonas comunes del centro.

Sin embargo, en determinados centros sanitarios en los que no se dispensan medicamentos, como es el caso de los centros ortopédicos, auditivos y ópticas, las mascarillas dejarán de ser obligatorias.

Pese a los cambios las autoridades sanitarias siguen recomendando el uso de mascarillas a las personas de grupos de riesgo que se encuentren en situaciones que aumentan la posibilidad de contacto, como los espacios cerrados, con mala ventilación y mucha gente. También se recomienda que la usen personas que presenten síntomas de enfermedades respiratorias, con el objetivo de reducir el riesgo de contagio para el resto de personas. Se trata de un ejercicio de responsabilidad individual que ya se hace en otros países, como señalan desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).