Una deuda que asfixia a pequeños empresarios
economía Conflicto empresarial
Las subcontratas de la obra de una incubadora en Rabanales 21 cumplen dos semanas de encierro para exigir que se les paguen los dos millones que les deben
Lo han perdido todo, su casa, su trabajo, su proyecto de futuro. Por eso no les importa llevar dos semanas encerrados en la incubadora de empresas que construyeron en el Parque Tecnológico Rabanales 21, un trabajo que todavía no han cobrado. Son ocho empresarios -aunque hay muchos más afectados- pero estos son a los que más se adeuda y se están movilizando para exigir su dinero, que en algunos casos llega hasta los 300.000 euros. El conflicto sigue en punto de muerto porque, como siempre, las responsabilidades se pasan de unos a otros, según lamentan los propios afectados. La obra la encargó Rabanales 21 -sociedad en la que participan la Junta, el Ayuntamiento, la Diputación, la Universidad de Córdoba, Cajasur y Cajasol- a una Unión Temporal de Empresas (UTE) que, a su vez, subcontrató a varias empresas para realizar los trabajos, pymes en su mayoría, a quienes se les debe los meses de marzo, abril y mayo. La UTE es la que tiene que pagar, pero achaca que Rabanales 21 no le ha abonado lo que debe y, así, la deuda total supera los dos millones de euros.
Para los empresarios, ésta ha sido "la puntilla" que les faltaba para dar al traste con sus negocios. Antonio García Lao es uno de los afectados pues a su empresa, Cristalería Lao, le deben 120.000 euros. "Éramos 15 trabajadores y nos hemos quedado a la mitad", lamentó este empresario cordobés quien además auguró que su final será "cerrar la empresa". García echó en falta "más apoyo institucional" o de los propios empresarios, que hasta el momento "han pasado de nosotros". El encierro es la única salida que le queda, por eso "vamos a estar aquí hasta que nos paguen", dijo, porque "no podemos dar de comer a nuestras familias". José Gutiérrez es otro de los afectados. A su empresa JJM Puebla, S.L. (de Sevilla) le deben 180.000 euros. Se trata de un negocio dedicado a la albañilería que ha realizado gran parte de los trabajos de la incubadora. La situación de Gómez es "límite" ya que está financiado su empresa a través de líneas de crédito en la que ha puesto como aval su propia vivienda. "Éramos 20 empleados y ya nos hemos quedado los tres socios; yo he tenido que entregar mi casa", lamentó. La crisis de la construcción ha golpeado de manera muy dura a esta pequeña empresa que lleva arrastrando problemas "desde hace muchos años". El contrato para Rabanales 21 era un respiro que al final se ha convertido en el detonante para la asfixia de su negocio. "Nos deben dinero por muchos sitios", aseguró Gutiérrez, quien tiene además pocas esperanzas de que la situación se vaya a solucionar.
Llevan dos semanas encerrados, comen lo que pueden -algunos sólo agua y bebidas isotónicas porque quieren mantener la huelga de hambre- y duermen prácticamente en el suelo, sobre la colchoneta de las hamacas que además le sirven de asiento durante el día. El cansancio se refleja en sus caras, sobre todo a los que son de fuera, como es el caso de José Miguel García, propietario de la empresa granadina Montajes Eléctricos Vinaelectric, a la que se adeuda más de 360.000 euros. García ve el futuro "muy negro" porque "el daño ya se ha hecho, los proveedores ya no confían en nosotros", aseguró. Además, ésta es la segunda aventura empresarial en la que se embarcó García, después de que el primer negocio que lideró durante 20 años quebrara. "Perdí mi patrimonio, mi casa, mi empresa y, para crear la nueva pedí un crédito con la casa de mi hija como aval", explicó ayer. El empresario está "desesperado" y sólo quiere "que me paguen para irme mi casa".
Manuel Gómez aseguró ayer que acaba de despedir a 11 trabajadores de su empresa Hermanos Gómez Persianas S. L., a la que le deben 120.000 euros. "Ya sólo quedamos ocho y al final voy a tener que cerrar", lamentó. Este empresario sevillano lleva más de 30 años con su negocio y, tras cinco de años de crisis, los impagos por la obra en el parque tecnológico van a suponer "el fin" de su actividad empresarial. "Estamos muy mal y sólo queremos que nos den una solución", exigió ayer.
Los empresarios mantendrán durante el día de hoy una reunión con el responsable de Rabanales 21, Juan Ramón Cuadros, en la que se espera llegar a una solución que permita liquidar los pagos pendientes con las subcontratas.
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