El curso de los años en el mimbre

María del Carmen Mateos lleva más de 25 años vendiendo en Alfonso XIII artículos de este material

Mateos muestra una de las cestas que vende en su establecimiento.
L. Z.

29 de enero 2009 - 01:00

El mimbre es un tipo de fibra proveniente de un arbusto llamado salix fragilis, más conocido por mimbrera, la cual es tejida para transformarse en objetos útiles. A a lo largo de los siglos las manos de los artesanos han elaborado con este material un gran número de cosas, desde la típica cesta hasta muebles, pasando por lámparas, bandejas, cajas para gatos, jaulas, jarrones, bandejas o estanterías. Existen referencias documentales del mimbre ya en el antiguo Egipto, así como de que su uso en la elaboración de objetos en la Edad del Hierro tuvo una gran influencia en el desarrollo de los patrones usados en el arte céltico.

María del Carmen Mateos regenta desde hace más de 25 años una de las pocas tiendas especializadas en el mimbre de la provincia. Este establecimiento, ubicado en la calle Alfonso XIII, "lleva abierto, sin embargo, desde hace unos 35 años, cuando un tío de mi madre, artesano del mimbre, la abrió para cubrir la demanda que había", apuntó Mateos. En esta tienda se puede encontrar todo tipo de objetos hechos con este tipo de fibra. Los más curiosos son los cubrebombonas, los más populares las enjugaderas, que se ponen encima del brasero para secar la ropa y para que los niños no se quemen, mientras que los más consumidos por los cordobeses son las cestas de nacimiento, que se preparan para regalar con productos para los bebés.

El mimbre tiene una historia muy extensa que narra hábitos de otros tiempos y actividades económicas casi extinguidas. Es el caso de los artesanos, de los que hoy día queden "muy pocos, así como países que fabriquen muebles en este material", manifestó Mateos, quien reconoció que gran parte de los productos que vende en su tienda son importados de China o Filipinas, donde la materia prima es de menor calidad. Otro lado de la historia cuenta asimismo que la estética del mimbre fue influida por el movimiento Arts & Crafts (artes y oficios) de finales del siglo XX y que los objetos más antiguos son codiciados por los coleccionistas, sobre todo los del manufactor norteamericano Heywood-Wakefield. A pesar de que el mimbre ya no está de moda, Mateos aseguró que "la venta sigue siendo buena, y es que el mimbre pega en cualquier tipo de decoración que se tenga". Algunos de los clientes que tuvo ayer Mateos fueron Inma Santiago, una joven que fue buscando una cesta para colocar la ropa, y Yonira Rosillos, una embarazada de Venezuela que adquirió otra para usarla como neceser para su futuro bebé. Mateos señaló que "no necesita ningún cuidado, se puede lavar con total tranquilidad y si se quiere, pasado un tiempo, se le puede dar una capa de barniz, pero nada más". Además su precio, que oscila entre los 0,30 céntimos de una panera hasta los 200 de una cajonera, son un aliciente más para su compra.

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