Una costa para todos los gustos
Las playas de Mazagón ofrecen alternativas de ocio, deportes, tranquilidad y buen ambiente en un entorno privilegiado.
Posee una belleza bucólica atemporal, paisajes que combinan acantilados y dunas de arena, playas vírgenes y rincones únicos en los que incluso en temporada estival es posible encontrar relax en contraposición con otros destinos en los que el maremágnum de bañistas coloniza hasta el último grano de arena.
Mazagón quizás carezca de la fama turística de municipios colindantes, del eco mediático que despiertan grandes festivales de música, e incluso de una atomizada oferta hotelera; si bien conserva todos y cada uno de los encantos que busca cualquier veraneante. Para nuestro deleite encontramos un entorno urbano que sabe fusionarse con el medio ambiente, playas vírgenes de ensueño diseminadas a lo largo de los nueve kilómetros de fina arena dorada, cuyas aguas nos ofrecen lo mejor del atlántico.
El visitante tiene a su disposición un amplio abanico de ocio para enriquecer el binomio sol y playa. A los diferentes torneos y competiciones que se desarrollan por la playa a lo largo de la temporada, cabe sumar el carril bici que va en paralelo a la carretera hacia Matalascañas, donde una densa vegetación a nuestros flancos nos regalan sombra y dibujan un idílico pasaje durante todo nuestro recorrido. La alternativa nos la ofrecen las empresas con rutas a caballo, divisando los acantilados y la zona más boscosa y agreste que nos regala Doñana. Algo que también podemos hacer a pie por sus numerosos senderos o disfrutar de infraestructuras marítimas como el faro, evidencia de un tiempo pasado donde su luz constituía el GPS más rudimentario.
Los amantes de la náutica también tienen en el puerto marítimo un lugar desde el que disfrutar de la navegación recreativa, de la pesca deportiva, o competir en los campeonatos de vela. Por su parte, quienes se decanten por emociones más intensas tienen a su alcance actividades al aire libre como el paintball, tiro con arco o vuelos en paramotor.
En Mazagón también hallamos una de las mejores playas de la provincia. El parador conquistó este año la Bandera azul y la Q de calidad, dos distintivos que no sólo garantizan la calidad de sus aguas sino los servicios que presta al bañista gracias a la plantilla de socorrista, baños públicos o acceso adaptado para las personas que sufren algún tipo de discapacidad física. Sumen a la ecuación la envidiable vista que ofrecen las atalayas de sus acantilados, el privilegiado entorno donde se adentra el Espacio Natural de Doñana y entenderán el porqué de todos los parabienes que nos narran sus visitantes.
Quienes gusten de practicar el naturismo encontrarán en la zona de Rompeculos una playa alejada de miradas indiscretas. Los nudistas no tienen que renunciar a los encantos intrínsecos de una costa generosa en arena y aguas tranquilas para disfrutar del baño durante horas.
Maricarmen Martín detalla que el boom del ladrillo "desdibujó la esencia de muchos pueblos del litoral". Sin embargo, la costa de Palos de la Frontera y Moguer "sigue manteniendo intacto todos sus encantos. Cada vez que he regresado no la he sentido extraña, y eso es algo de lo que pocos destinos turísticos pueden decirse de él".
Hay quien mantiene que Mazagón es una playa familiar y lo cierto es que es de lo pocos municipios costeros donde uno se imaginaria viviendo toda una vida.
Con un emplazamiento tan privilegiado y un entorno de tan incalculable valor medioambiental, no es de extrañar que las empresas capitalicen este tesoro mediante un modelo sostenible. Tanto el camping Playa Mazagón como su homólogo de Doñana ofrecen al cliente toda esta riqueza natural, en establecimientos rodeados de bosques en los que disfrutar de una acampada, pernoctar en barracas o cabañas.
En España existen 1.200 campings, pero quizás ninguno ofrece los acantilados que muestran alguna de las mejores visitas de nuestra costa. Dos negocios que demuestran las diferentes alternativas que tenemos para disfrutar de esta costa onubense.
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