La Córdoba vaciada: el reto imposible de mantener la rutina en los días de más calor

Salir a correr durante las primeras horas de la mañana, hacer la compra y distintos recados que se necesiten... Casi todos los cordobeses apuran sus tareas para que ocupen las primeras horas de la mañana, ya que tras la siesta se produce una especie de parón a nivel local. No es nada premeditado ni algo que se ha puesto de moda, simplemente es una forma de afrontar las altas temperaturas debido a que por la tarde muy pocos planes son posibles más allá de acudir a la piscina. Y es que pocos son los valientes que deciden salir de su casa.

Con esto, existe una especie de horas muertas que se hacen duras para todos, donde las terrazas se quedan vacías y las paradas de los autobuses se vuelven lugares solitarios, a lo que se suma que muchos establecimientos echan la persiana, ya que el bajo nivel de visitantes no compensa los gastos. Así que, en verano, las vacaciones y los viajes también aportan a esta Córdoba donde encontrarse a alguien sobre las 17:00 de la tarde parece algo imposible y la segunda semana de agosto en la ciudad, se siente algo así como "vaciada". Pero, ¿de qué forma afecta esta situación a la ciudad?

En lo que respecta a los comercios, hay diferentes escenarios que pueden visualizarse. Para los que no elijan echar el cierre durante las vacaciones, la realidad se hace un tanto dura, pues hay que tener en cuenta que durante esas tardes las horas se hacen más largas, ya que muchos ciudadanos deciden no salir a pasear.

Es casi triste ver las grandes zonas comerciales como Conde Gondomar o Gran Capitán sin afluencia de gente, aunque muchos comerciantes, algunos de toda la vida, sí eligen seguir sirviendo a sus clientes a pesar de la calor. Javier Muñoz, uno de los gerentes de Lui, ha descrito de esta forma la situación que afrontan comercios como el suyo: "Esto no ha pasado nunca, pero este año es increíble. Pensamos que puede ser por las temperaturas que hay".

"Este puede ser un motivo por el que no vienen; ceo que es la explicación. Al no venir la gente, los comercios cierran, porque tener abierto es un gasto de aire y hasta las 20:30 no hay nadie en la calle", explica.

Cuando se le pregunta en qué nivel afecta esto a los comercios, el gerente indica que "la mitad de los comercios no abren, y los otros estamos aquí esperando". "La verdad que han sido unos meses de julio y agosto desastrosos a nivel de ventas. No hay comparación con otros años", dice. Haciendo un pequeño análisis de su establecimiento en anteriores años, Javier Muñoz señala que "el año pasado bajó agosto un poquito, llevábamos dos años con agostos muy buenos con respecto a bodas, celebraciones... pero este año ha sido increíble, es un mes desconocido". Como mensaje positivo y esperanzador, Muñoz confía que a partir de esta próxima semana "se mueva un poco más la cosa".

Otra de los escasos comercios cordobeses que se pueden encontrar abiertos en estas tardes, aunque sean en horario reducido, es Crash Comics, donde Gabriel Soriano explica cómo hacen frente a esta Córdoba vaciada. "Sí se nota. Nosotros tenemos ahora un horario un poco raro, solo abrimos los martes y los jueves por la tarde en horario de 18:30 a 21:00, y la gente empieza a venir a partir de las 19:30. Y eso que tenemos la suerte de que nuestra clientela suele ser joven, y son más estoicos y aguantan más el calor, pero se nota mucho. Más o menos a la hora de cerrar es cuando viene el aluvión".

En definitiva, cambio de horarios, horas muertas, sensación fantasmal y de vacío, aunque la esperanza en la que la segunda quincena de agosto traiga de nuevo vida a la ciudad es el deseo más reclamado.