El jurado concluye que el crimen de Nueva Carteya fue a traición

El veredicto destaca que P. T. G. aprovechó que la víctima estaba distraída para acercarse "sigilosamente" y, sin mediar palabra, le clavó un cuchillo en el corazón

P. T. G., el lunes, durante la primera sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial.
P. T. G., el lunes, durante la primera sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial.
Á. R.

31 de enero 2008 - 01:00

P. T. G., acusado de acuchillar a un hombre a quien consideraba amante de su ex mujer, actuó "de forma traicionera y sorpresiva". Así lo consideró ayer el jurado popular encargado de analizar el caso, por el que el procesado se enfrenta a una pena de prisión que oscila entre los 15 y los 20 años por un supuesto asesinato con alevosía. La tragedia se produjo el 4 de noviembre de 2006 en Nueva Carteya, en la obra donde el fallecido trabajaba. El jurado concluyó que P. T. G. planeó el ataque "de manera que se aseguró un resultado mortal sin dar a la víctima posibilidad alguna de defensa" y sin ponerse él en riesgo.

El acusado había contraído matrimonio en octubre del 97 con una mujer procedente de Cuba y desde el mes de julio de 2006 vivía en un piso de alquiler, mientras que su ex continuó con el hijo de ambos en la residencia familiar. Los celos que P. T. G. sentía hacia un conocido del pueblo -al sospechar que mantenía una relación sentimental con su mujer- hicieron que lo vigilara en diversas ocasiones y que, incluso, un día lo buscara en su vehículo con una barra de hierro, según el veredicto del jurado.

P. T. G. "se sentía humillado y avergonzado" de la conducta de su mujer, a la que llegó a advertir que el otro no se iría "de rositas". Un rumor difundió que ella y la víctima habían acudido al registro de la propiedad para interesarse por los bienes de P. T. G., un hecho que fue determinante para llevar a la práctica su pensamiento criminal.

El jurado consideró probado que, sobre las 16.00 del 4 de noviembre de 2006, "al observar que la víctima estaba distraída", se acercó sigilosamente y sin mediar palabra sacó un cuchillo que escondía. "Con intención de matarlo", le propinó una "violenta puñalada" en el hemitorax izquierdo que le partió el corazón. Tras un breve forcejeo, agresor y víctima cayeron al suelo y la intervención de un testigo evitó que la víctima recibiera una nueva cuchillada. Acto seguido, el acusado se marchó del lugar con una frase inculpatoria: "He sido yo".

El hombre falleció escasos minutos después por un shock hemorrágico provocado por la rotura del ventrílocuo izquierdo. El jurado tuvo en cuenta la atenuante de reconocimiento de los hechos, pues el encartado se dirigió directamente al Círculo de la Amistad de Nueva Carteya, donde sabía que se encontraba el jefe de la Policía Local, para entregarse. El tribunal también tuvo en cuenta la atenuante de arrebato, al considerar que en el momento de cometer los hechos se encontraba "obcecado" por la situación familiar y personal que padecía desde su superación, pues conocía las relaciones entre su ex mujer y la víctima. El tribunal popular, no obstante, consideró que cuando cometió el crimen -y a pesar de que había consumido alcohol- "no padecía alteración de sus facultades intelectivas ni volitivas" ni enfermedades mentales.

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