Educación

La ventana al mundo de las comunidades de aprendizaje de los colegios de Córdoba

  • Los centros Duque de Rivas y la Albolafia desarrollan un modelo educativo que busca la transformación social

Comunidad educativa del colegio Albolafia.

Comunidad educativa del colegio Albolafia. / El Día

La transformación social y educativa es el principal objetivo del programa de las Comunidades de Aprendizaje en los centros docentes. Se trata de una iniciativa que en Córdoba desarrollan los colegios Albolafia, en el Sector Sur, y en el Duque de Rivas, en Las Palmeras. Ambos centros han renovado este curso su adhesión a este programa para los próximos cuatro años.

El colegio Albolafia fue el primer centro que se convirtió en Comunidad de Aprendizaje, tanto a nivel de Córdoba ciudad, como de provincia en el año 2011. El director del centro es Ximo Roig, quien detalla a el Día que el modelo de Comunidad de Aprendizaje es "una propuesta de transformación educativa que busca mejorar el aprendizaje y la convivencia de todo el alumnado". "Este modelo, dentro de una institución educativa, garantiza la inclusión educativa a todos los niveles, lo cual implica permitir que docentes y estudiantes se sientan cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como un desafío y una oportunidad para enriquecer las formas de enseñar y aprender", añade.

Roig indica también que una Comunidad de Aprendizaje está basada en el aprendizaje dialógico, y en la práctica educativa desarrolla un conjunto de actuaciones educativas de éxito, "evidenciadas científicamente como eficaces para el aula, la mejora de los resultados académicos y la gestión escolar, sea cual sea el contexto del centro".

También subraya la importancia y la necesidad de "la participación de todos los agentes de la comunidad educativa, garantizándose la inclusión, y entendiendo la institución educativa como un verdadero epicentro de transformación social del contexto en el que se sitúa, lo cual va a permitir desarrollar tres objetivos principales: superar las desigualdades; proporcionar una educación de calidad a todo el alumnado, y que esta responda a las necesidades de la sociedad actual; y desarrollar la capacidad de diálogo y pensamiento crítico en las personas, como constructores de una sociedad igualitaria, intercultural y solidaria".

Tertulias dialógicas, grupos interactivos, formación dialógica del profesorado y de familiares, así como la participación educativa de la comunidad son algunas de las ventajas que cita este docente, de las que asegura que también "implican situarse a la vanguardia de las metodologías educativas que reclama el siglo XXI, metodologías activas en donde el protagonismo del alumnado es determinante, pero además, implican el involucrarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado no solo el profesorado, también familiares, voluntariado".

Pero, ¿qué repercusión tiene este modelo? Pues, según Roig, "para el profesorado implica de partida el tener que desarrollar un proceso individual de formación sobre el desarrollo del modelo en general, y de las actuaciones educativas de éxito en particular". No en vano, "es el profesorado quien lidera la acción didáctica en las aulas, y asume la responsabilidad de coordinar y llevar a cabo las actuaciones con total ajuste y garantía".

Para el alumnado, por su parte, "además de convertirlo en un aprendiz activo, la principal implicación es la garantía de ser tratado con absoluta equidad en todo los espacios de la vida del centro. Supone también contar con más recursos personales además del profesorado, pues aprende en las aulas junto a otros adultos, siendo esto garantía de una atención más individualizada", subraya.

La comunidad del Duque de Rivas

"Es un modelo educativo que busca la transformación social y educativa, pero no solo del centro", explica la directora del colegio Duque de Rivas, Auxiliadora Blasco, quien añade que se trata también de "sensibilizar para el desarrollo integral del alumnado". Para ello, continua, "es necesario abrir las puertas del centro y que no sea una muralla, por lo que se interviene en otros ámbitos".

Participantes en una de las actividades del colegio Duque de Rivas. Participantes en una de las actividades del colegio Duque de Rivas.

Participantes en una de las actividades del colegio Duque de Rivas. / El Día

Este centro forma parte del programa desde el curso 2016-2017. Antes de su inclusión, el programa se sometió a votación del claustro, que lo aprobó por mayoría. Pero, ¿cómo se desarrolla esta iniciativa? Pues a través de diferentes actividades en las que juega un papel muy importante el voluntario que participa en él. En el caso del Duque de Rivas cuentan con la colaboración desinteresada de alumnado de la Universidad de Córdoba o de colectivos como los Yayoflautas, maestros jubilados o integrantes de asociaciones como Kamira, Estrella Azahara o incluso familias del barrio.

Ellos se encargan de llevar a cabo actuaciones "de éxito, como las tertulias literarias dialógicas", anota. En concreto, para su realización cuentan con tres voluntarios jubilados que pertenecen al Aula de Mejora Educativa de la Universidad de Córdoba. La actividad se desarrolla cada jueves en la biblioteca del colegio y, para ello, el alumnado prepara en clase durante la semana el capítulo que corresponda del libro elegido y se trabaja reflexionando sobre él , sacando las ideas principales, resaltando lo que más ha gustado o lo que más ha llamado la atención. Cada jueves se pone en común "y se establece un diálogo igualitario en el que todas las opiniones cuentan y aportan en la misma medida", describe.

Uno de los beneficios que ha reportado el desarrollo de este programa es, según anota, que el alumnado participa en la actividad "de manera voluntaria, con mucha motivación e ilusión ,dando todo esto como resultado, una mejora en la lectura de la mayoría, así como en la comprensión lectora y en la adquisición de vocabulario". 

También destaca que en estos cuatro años se ha proporcionado a todas las personas de la comunidad la oportunidad de mantener un "diálogo igualitario y crítico, haciendo del aprendizaje dialógico nuestro eje vertebrador" y, además, "se ha mejorado considerablemente la coordinación entre profesorado, familiares y voluntariado, compartiendo metas en aspectos metodológicos, curriculares, pedagógicos".

A estos beneficios, la directora del Duque de Rivas añade el hecho de que se ha mejorado el clima de convivencia en el centro, la práctica de la solidaridad y se ha fomentado la inclusión desde una nueva forma de organización del centro, además de reducir el absentismo.

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