El comercio defiende su horario

El comercio se ha puesto en pie de guerra después de que esta semana el Gobierno anunciara su intención de preparar un decreto ley sobre la liberalización del horario de los negocios ubicados en zonas de gran afluencia turística. La norma en cuestión establecería la ampliación de las horas de apertura de 72 a 90 semanales y pasar de ocho a diez domingos de apertura al año, un ritmo de trabajo que el pequeño comercio considera imposible de asumir. Conocida la propuesta del Gobierno, la patronal y los sindicatos mostraron de inmediato su rechazo, al igual que la Junta de Andalucía, quien defiende el modelo de la comunidad autónoma, basado en el "consenso" y que ha conseguido mantener el equilibrio entre las grandes superficies y los minoristas. Sin embargo el Ayuntamiento -que debe encargarse de delimitar las zonas en las que se aplicaría el nuevo horario- ve con buenos ojos la propuesta. El alcalde, José Antonio Nieto, ya ha manifestado que uno de los puntos fuertes de la economía cordobesa es el turismo y que el comercio potencia el atractivo de la ciudad. Por tanto, si los locales prestan más servicios, habrá más turistas y consumirán más.

El ambiente en la calle no es tan positivo, según las zonas. En realidad, la norma no afectaría a la parte turística cordobesa por excelencia, el entorno de la Mezquita-Catedral. Los comercios de la Judería abren todos los días del año de 09:00 a 22:00 porque se acogen a la opción incluida en la actual ley de que los comercios menores de 300 metros tienen completa libertad horaria. El decreto que prepara el Gobierno incluye esta cláusula, pero a Andalucía no le afecta porque ya funciona así. El problema surge si el Consistorio plantea delimitar como área de afluencia turística zonas como Tendillas, Cruz Conde o Corredera, pues aquí el comercio no está de acuerdo.

Los empresarios de la zona lo dejaron claro. Cristina de la Torre trabaja en la tienda Cándida Nevado, ubicada en la calle Céspedes, que abre "todos los días". Aunque reconoce que es "un gasto tremendo" para el pequeño comercio, lo cierto es que en una zona como esa es "casi obligado" estar abiertos para atender a los turistas. Sin embargo, asegura que no le gusta la "imposición", pues hay épocas como la temporada de invierno en la que no es rentable permanecer abiertos. Victoria, de Exclusivos Carmen piensa de la misma manera. "Aquí todos los negocios abrimos todos los días, tenemos turnos y permanecemos abiertos todos los días del año, menos en Navidad", afirma. "Los comerciantes de la Judería trabajamos mucho y las ventas se han resentido, pero aquí tenemos que estar abiertos siempre", añade. La norma, asegura, "a nosotros no nos afecta, Córdoba tiene garantizada la apertura de comercios en esta zona turística", apunta.

La cosa cambia si la misma pregunta se traslada al entorno de Tendillas-Cruz Conde. La zona comercial por excelencia concentra a franquicias, grandes superficies y pequeño comercio y parece que todos conviven. Sin embargo, la posibilidad de abrir más horas y domingos, supondría "la puntilla" para algunos locales que intentan sobrevivir a la crisis. Francisco Expósito y Luis Vida llevan toda la vida trabajando en la tienda Lui y no quieren ni oír hablar de la ampliación de horario. "¿Cuándo descansaríamos entonces?", se preguntan. Porque la otra opción sería contratar a otra persona para los festivos pero, en plena crisis, "el pequeño empresario no puede hacer frente a un gasto así", aseguran. Expósito y Vida, que conocen el negocio a la perfección, cuentan que en el Centro, cuando llega el sábado a las 14:00 "no queda nadie". Además pusieron un ejemplo muy claro. El pasado domingo 1 de julio, comienzo de las rebajas, abrieron durante la mañana empujados por las franquicias y otros comercios que decidieron abrir también. En teoría iba a ser un buen día de ventas pero, en Lui, el lunes "cuadruplicamos las ventas del domingo", aseguran. Este tipo de negocio tradicional tienen un público concreto con una manera de consumir que no se ajusta a la libertad horaria. "Abrir 90 horas a la semana sería estar todo el día trabajando y sabemos que la situación de nuestro jefe no está como para contratar a otra persona", argumentan. La crisis sigue afectando y, aseguran, "todos los días tenemos la incertidumbre de si nos dirán si es el último, porque la tienda cierra", lamentan.

Francisco Ayuso, de Orga, también muestra su rechazo al decreto del Gobierno. "Abrir en momentos puntuales sí, pero por imposición no, porque para nosotros no es rentable", asegura. Ayuso cree que la medida podría beneficiar a las grandes superficies pero al pequeño empresario lo deja en desventaja "porque no podemos competir", ni en personal ni en recursos. Los grandes centros comerciales "tienen turnos rotativos y pueden permitírselo, pero aquí siempre somos los mismos" y pagar un sueldo extra no entra en las cuentas de las pymes, simplemente, "porque no se puede". Marisol, de la tienda de complementos León también se muestra en contra de la normativa, sobre todo porque "no nos pueden imponer" si no dar la posibilidad de que cada negocio estipule la apertura de los festivos que considere necesario.

Uno de los principales argumentos de Comercio Córdoba para mostrarse en contra de la iniciativa ha sido precisamente la de la falta de recursos y la imposibilidad de competir con las grandes superficies. En la ciudad sólo un centro comercial podría verse incluido en las nuevas zonas consideradas de gran afluencia turística, y sería El Corte Inglés de Ronda de los Tejares, pues la mayoría se encuentran en otras zonas alejadas del casco histórico. El Corte Inglés ya abre los ocho fines de semana que se le permite, la mayoría concentrados en la temporada de Navidad y la firma tiene previsto acometer una reforma en las instalaciones para orientarlas más a la moda y complementos, dado el perfil de cliente que acude al centro comercial.