El mercado ambulante de Córdoba ha pedido al Ayuntamiento que condone el pago de las tasas hasta "primeros de año" debido a la crisis que atraviesa el sector. El portavoz de la Asociación de Comerciantes Autónomos Ambulantes de Córdoba (Comacor), Antonio Torcuato, ha elevado esta petición a la comisión del sector que se ha celebrado en Capitulares.

Junto a esta demanda, Torcuato ha denunciado la suspensión de licencias que está registrado el sector "por falta de documentación o por unos requerimientos que no se han entregado a tiempo cuando nos prometieron que eso no se iba a llevar a cabo". 

El sector, ha continuado, ha recuperado su actividad "después de tres meses sin trabajar", una vuelta al trabajo que, según ha dicho, "ha sido muy dura".

Según las cifras que maneja Comacor, en Córdoba hay alrededor de 500 familias que viven del comercio ambulante y, por ello, ha criticado que las medidas para conceder las licencias "son muy extremas". 

Torcuato, además, ha explicado que otro motivo que les ha llevado a pedir la celebración de la citada comisión ha sido para recordar que, hasta la fecha, "no han llegado las ayudas que nos habían prometido".  

"No vamos  a permitir que se sigan suspendiendo licencias, son medidas extremas con lo que estamos pasando", ha criticado y ha añadido que "los poderes públicos están para ayudarnos y nos han dado una soga".

Tal y como informó la Junta, un total de 89 mercadillos que cuentan con más de 3.500 puestos y dan empleo a unas 1.000 personas en Córdoba podrán acogerse al programa de once millones de euros en ayudas impulsado por la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad para la modernización y reactivación del sector comercial y la artesanía. La citada convocatoria se abrió el pasado mes de junio.

En concreto, en las ayudas para el comercio ambulante se identifican tres modalidades de actividad. Los mercadillos, que constituyen una agrupación de puestos y se celebran de forma periódica y en un lugar público fijado por los ayuntamientos; el comercio callejero, que es el que se realiza en vías públicas pero sin que se organice en torno a puestos, y el comercio itinerante, que se practica mediante vehículos en itinerarios permitidos por los consistorios.