Fase 4

Hoteles en la cuerda floja

  • El sector hotelero vive una de sus peores crisis a consecuencia de la pandemia del coronavirus

  • Tres establecimientos, uno de ellos cerrado, exponen a 'el Día' la situación en la que se encuentran

Acceso al hotel Macià Alfaros, cerrado por la crisis del coronavirus.

Acceso al hotel Macià Alfaros, cerrado por la crisis del coronavirus. / Lolo Agredano

Las consecuencias de  la crisis del coronavirus se han llevado ya por delante a la mitad de los hoteles de Córdoba, que han tenido que cerrar sus puertas porque no tienen a quien recibir, y con ello, despedir a sus plantillas o plantear Expedientes de Regulación de Empleo Temporales (ERTE). El cierre de las fronteras más cercanas y, con ello, la imposibilidad de viajar ha causado estragos en un sector que es de vital importancia en Córdoba. Un ámbito económico que esta misma semana ha dado a conocer estas desalentadoras cifras y que ha reclamado ayudas directas para intentar sobrevivir.

Según los datos aportados por la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehcor), en la provincia hay 256 establecimientos hoteleros con licencia  que ofertan 12.602 plazas, a los que hay que sumar más de medio centenar de apartamentos turísticos, con 1.578 plazas, y 1.450 viviendas con fines turísticos y 7.320 plazas. Pues bien, la mitad de ellos han tenido que cerrar. Entre ellos, el Hotel Macià Alfaros de la capital cordobesa, ubicado en la calle del mismo nombre. Fue el martes 3 de noviembre cuando no tuvieron más remedio que tomar esta drástica medida, según reconoce su director, Rafael Ruiz, y lo hicieron después de una más que buena cosecha en los meses de verano.

Este hotel de cuatro estrellas y a escasa distancia del Casco Histórico de la capital cordobesa abrió sus puertas allá por 1992 y, desde entonces, “ha funcionado muy bien”, anota Ruiz, que empezó su andadura en el mundo hotelero de la mano de este establecimiento.

Con este nuevo cierre son dos los que han tenido que hacer desde su apertura hace ahora 28 años y todo por el mismo motivo: el coronavirus. La primera ocasión fue después de que el Gobierno central declarase el pasado mes de marzo el primer estado de alarma y el confinamiento de España para hacer frente al virus y, el segundo hace menos de dos semanas, pero esta vez, por la falta de viajeros.

Tras ese primer cierre, señala el director, el Macià Alfaros volvió a abrir sus puertas el 1 de julio, en pleno verano y también con cierta incertidumbre sobre cómo se iba a comportar el sector. La apuesta no fue en vano y “nos sorprendieron los resultados, sobre todo, al tener piscina, que funciona muy bien y tuvimos una ocupación aceptable”, reconoce.

Además, se da la circunstancia de que durante el verano no abrieron todos los hoteles de la capital cordobesa, un hecho que aprovecharon hasta el  1 de septiembre, cuando gran parte de los establecimientos volvieron a ofrecer servicio en Córdoba. Y, claro, “todo lo que no se haga en la primera quincena de septiembre del turismo vacaciones, pues se pierde”, reseña. 

Para más inri, el coronavirus seguía avanzando y “la situación en Madrid se empezó a complicar”, señala. Desde entonces, las reservas fueron desapareciendo y tras el anuncio del cierre perimetral de Andalucía por parte del presidente de la Junta, Juanma Moreno, la situación se hizo “insostenible”, afirma Ruiz, quien lamenta que desde entonces “no hay turistas, ni siquiera de negocios”. Por ello, decidieron tomar la decisión salomónica de dejar de prestar servicio porque “no se puede estar a pérdidas”.

Para ello, además, han tenido que plantear un ERTE en la plantilla –integrada por una treintena de personas- y la reducción de la jornada al 100%. En este aspecto, el director del hotel Macià Alfaros lanza un mensaje nada optimista: “por ahora, no podemos vislumbrar nada”. Es más, ante el anuncio de la vacuna anticovid de Pfizer también se muestra cauteloso hasta tener “certeza de cuándo se irá suministrando”. Y es que, continua, “el mayor temor es el primer semestre del año que viene”. “Si se distribuye en marzo, entonces se puede pensar con optimismo”, sostiene.

Ruiz confiesa que con ambos cierres sintió mucha tristeza y que él sigue yendo al hotel. “Duele mucho, pero prefiero ser optimista porque tenemos un producto muy bueno como hotel y como ciudad”, argumenta.

Un buen verano

Entrada al hotel Hospes Palacio del Bailío, que permanece abierto. Entrada al hotel Hospes Palacio del Bailío, que permanece abierto.

Entrada al hotel Hospes Palacio del Bailío, que permanece abierto. / Lolo Agredano

En el otro lado del Macià Alfaros se encuentra el hotel Hospes Palacio del Bailío, de cinco estrellas, y que se mantiene abierto a pesar de la pandemia. Su responsable es Alberto Pérez, quien reconoce el descenso en el número de reservas en las últimas semanas, por lo que “es muy difícil trabajar así al cortarse los canales de venta”.

También él destaca que los meses de verano han sido buenos y que, incluso, “hemos tenido mejores datos de lo esperado”. “Fuimos de menos a más y nos dejó buen sabor de boca”, subraya. Sin embargo, a partir de septiembre “cayó el cliente europeo y en octubre se cerró Madrid, que ha sido la puntilla”, agrega. A pesar de todos estos hechos, Pérez insiste que “no vamos a cerrar”, pero reconoce que “no son meses para ganar dinero”.

La reducción de clientes y de la actividad en este lujoso establecimiento de la calle Ramírez de las Casas Deza ha llevado a tener que plantear un ERTE. Hasta finales de octubre fue del 50% y a partir de este mes de noviembre afecta al 65% de la plantilla.

Pérez insiste en el hecho de mantener abierto e hotel porque “podemos tener las habitaciones limpias y dar el mismo servicio”, aunque también reconoce que ahora mismo “es prácticamente imposible viajar”.

Fue en julio cuando el Hospes Palacio del Bailío reanudó su servicio “sin saber que podía pasar”, afirma su director, quien destaca que, por ejemplo, en el mes de octubre tuvieron una ocupación del 100% y “siempre cuidando las medidas sanitarias”. Pérez lanza un mensaje de tranquilidad y cierto optimismo ante el devenir del sector y sostiene que “cuando estás tocando fondo, llega un momento que te toca salir”.

Más de 50 años de vida

El director del Sercotel Hotel Selu, Félix Serrano. El director del Sercotel Hotel Selu, Félix Serrano.

El director del Sercotel Hotel Selu, Félix Serrano. / Lolo Agredano

Desde 1969, el Sercotel Selu Hotel ocupa su privilegiado espacio en el número 7 de la céntrica calle Eduardo Dato. Fue Félix Serrano Luque –utilizó las dos primeras sílabas de sus apellidos para poner el nombre al hotel- quien decidió abrir un pequeño establecimiento en el último año de la década de los 60 del pasado siglo en la capital cordobesa, que en aquellos años no contaba con muchos negocios de estas características y que abrió sus puertas con 40 habitaciones, un número que han ampliado hasta las 104. Ahora, poco más de medio siglo después es Félix Serrano –nieto de quien pusiera en pie el hotel- quien lleva las riendas de un hotel que define como “sencillo” y, sobre todo, “familiar”.

En estos más de 50 años de vida también ellos tuvieron que cerrar por el confinamiento, pero en esta segunda ola permanecen abiertos desde el pasado mes de julio. Serrano reconoce que “el panorama es demoledor” y lamenta que cada día compañeros de profesión tengan que poner el cartel de cerrado en sus puertas.  

“La situación es de ruina total”, confiesa en alusión al panorama tan desalentador que existe en el sector. Tras el cierre en marzo, “se ha perdido toda la temporada alta y el 80% de la facturación, por lo que las perspectivas son inciertas o ninguna”, lamenta.

Fue el 24 de agosto cuando Félix Serrano decidió abrir de nuevo sus puertas “con mucha incertidumbre”. Una apertura que continúa a la espera de que lleguen clientes, ya que los que llegan lo hacen a cuentagotas y han pasado de tener una elevada ocupación a tener ahora de media entre cuatro y cinco habitaciones ocupadas. En su mayoría, expone, son “gente del mundo empresarial que tienen el viaje justificado”.

Félix ha depositado parte de sus esperanzas en que se cumplan las demandas que desde Aehcor se han planteado para intentar, al menos, sobrevivir y conseguir que el  sector hotelero renueve su espíritu, sus cuentas, el empleo y que los turistas lleguen de nuevo a Córdoba.   

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios