Un 'chollo' en tiempos de crisis

Los propietarios de las primeras 70 viviendas que entregará Vimcorsa acuden a sus pisos para conocerlos y tomar las medidas de las habitaciones y la cocina

R. C. M.

13 de febrero 2008 - 01:00

Un piso por menos de 100.000 euros cuando el precio medio de la vivienda en esta ciudad supera de largo los 200.000 es poco menos que un chollo para cualquier familia media. Así lo entiende, al menos, cualquiera de las 70 personas que acudieron ayer a la calle Alegranza para visitar la vivienda de protección oficial (VPO) que les tocó en el sorteo que la entidad municipal de Viviendas de Córdoba (Vimcorsa) celebró en diciembre de 2004. La buena suerte corrió hace algo más de tres años de su lado y hoy lo ven como un "gordo de la lotería", "el mejor regalo que se nos puede hacer", el citado "chollo" o, simplemente, "la mejor solución al bache económico" que la inmensa mayoría dice sufrir desde hace años.

La subida de las hipotecas que azota a los españoles desde hace algo más de un año tendrá, en definitiva, un efecto menor en quienes resultaron agraciados con una VPO. Sus créditos bancarios no son en ningún caso superiores a los 400 euros mensuales, una cantidad ínfima si se tiene en cuanto que ya hay quien tiene que afrontar dos y tres veces esa cantidad. María del Mar Arévalo y su marido, Enrique López, analizan la entrega de su piso, que no llega a los 90.000 euros, como un "sueño convertido en realidad". Aún recuerdan el número 32 que tenía su bola en el bombo y se enorgullecen de haber sido la decimoséptima familia en elegir vivienda. En unas semanas dejarán su piso de alquiler para tener su primera propiedad y afrontar el futuro.

Generalmente, todos los propietarios recuerdan el número de bola que les tocó en el sorteo y el orden en el que pudieron elegir. Rafael Medina y Mónica Vara tuvieron la 851 y fueron la pareja vigésima en la lista de pisos de tres dormitorios. No pudieron optar a uno de los dos áticos que había, pero sí se hicieron con uno de los inmuebles que, según ellos, gozan de una mejor distribución. En su caso, por su juventud, la vida les dará un vuelco mayor. Con las llaves casi en la mano -la entrega está prevista para dentro de unas semanas- tiene el camino libre para pensar en su futura boda. "Vamos un poco justos de tiempo, pero ya nos podemos casar tranquilamente", afirma esta pareja, que tiene previsto celebrar el enlace matrimonial en el último tercio de este mismo año.

La necesidad de dejar la vivienda de alquiler les obliga a acelerar los trámites para la ocupación del piso que les tocó en el bombo de Vimcorsa. Se valen de cualquier minuto que les concede la empresa pública para medir las habitaciones y la cocina para tratar de aprovechar el mayor número de muebles posible de su piso de alquiler anterior. José Simón Rodríguez y Ana Torres se interesan por cada rincón que tiene su nueva vivienda. Se detienen en las habitaciones y observan la superficie de la cocina. "Ahora dejaremos de vivir de prestado para tener nuestra propio piso", señala él, que agrega que "el único problema es que dejaré de vivir en el barrio en el que llevo más de 30 años para llegar a uno en el que conozco prácticamente a nadie".

En los pasillos de este primer edificio de Vimcorsa dominan las sonrisa y, por encima de todo, la ilusión. Mar Arévalo señala en este sentido que "la espera ha sido eterna, sobre todo si se tiene en cuenta que llevamos más de tres años sabiendo que tendremos una vivienda de protección oficial y no es hasta ahora cuando vemos que tenemos una pared y un techo en propiedad".

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