El regalo de Carmen al cumplir sus 15 años: un trasplante de riñón e hígado en el Hospital Reina Sofía

Sanidad

La joven malagueña padecía una enfermedad rara que le fue diagnosticada de bebé

La "tecnología de vanguardia" que ha permitido al Hospital Reina Sofía ser pionero en trasplante de pulmón

Carmen García Moreno y su madre, Encarni.
Carmen García Moreno y su madre, Encarni. / Juan Ayala

Córdoba/El pasado 6 de julio de 2024, Carmen García Moreno, una adolescente malagueña con una enfermedad rara, cumplía 15 años. Entonces no sabía que su mejor regalo estaba al llegar: justo al día siguiente, su madre, Encarni, recibió una llamada del Hospital Reina Sofía de Córdoba para comunicarle que había dos posibles órganos para ella, un riñón y un hígado.

Carmen tenía una poliquistosis hepatorrenal recesiva que le fue diagnosticada de bebé. "Cuando nace tu hija y te dicen que su fin es un trasplante se te viene el mundo abajo", ha reconocido su madre. Primero empezaron a estudiar su caso en Sevilla para posteriormente derivarla al Reina Sofía de Córdoba, donde le han hecho un seguimiento hasta que vieron que sus riñones ya no eran capaces de filtrar, por lo que para evitar la diálisis la metieron en lista de espera, según ha explicado el hepatólogo infantil Jesús Jiménez. En lista ha estado solo dos meses, hasta el pasado 7 de julio. "La noche mas larga de mi vida fue la de la operación", ha confesado Encarni.

Debido a su enfermedad y a que nació prematura, Carmen y su madre llevan toda la vida visitando hospitales. Ambas han agradecido el trato recibido durante su estancia en el Reina Sofía, tanto en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica (UCIP) como en la planta de hospitalización, y han alabado el trabajo de todo el personal, desde limpiadoras a enfermeras, el fisio y los médicos, ya que "sin ellos no estaría aquí", ha asegurado la chica.

Por tanto, su experiencia en el centro hospitalario ha sido "muy buena" porque "desde el primer momento se volcaron" con ella. "Me trataron muy bien, había gente súper maja", ha dicho Carmen. En su caso, el trasplante hepático se lo han hecho los especialistas de infantil y el renal, los de adultos.

Aunque Carmen ha explicado que ha tenido una "infancia feliz y divertida" y no ha sido una niña que haya estado "encerrada en su casa", sino que salía con sus amigos como cualquier otra chica de su edad, el doble trasplante le ha dado una mejor calidad de vida.

Al respecto, ha contado que sigue teniendo la responsabilidad de tomarse las pastillas, pero ahora tiene mayor "libertad" en aspectos como la dieta. Sobre esto, su madre ha indicado que, por ejemplo, en el comedor escolar ella tenía una dieta baja en potasio y en sodio. Por otro lado, "tenía que cargar con una nevera" para llevar sus medicamentos, que eran fórmulas magistrales realizadas expresamente para ella.

Por último, Encarni ha incidido en que su hija ha tenido una vida "restrictiva y complicada", pero la aceptación del trasplante ha sido más fácil porque desde que nació sabían que lo iba a necesitar y para la niña no ha sido un tema tabú en ningún momento, sino que en casa y fuera de ella se trataba de forma normal.

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