La otra cara de los mercados

COMERCIO | Las plazas de abastos de la ciudad sufren los efectos de la crisis

Existen siete plazas de abastos, Sector Sur, Marrubial, Naranjo, Corredera, Ciudad Jardín, plaza de España y Huerta de la Reina, que compiten a duras penas con los supermercados

La otra cara de los mercados
La otra cara de los mercados

Economía de barrio. Los mercados de abastos de la ciudad llevan años y años sirviendo de despensa a todo aquel que pasa por algunos de sus puestos. Aguantan como pueden, desde el pescado fresco hasta la fruta recogida hace unas horas, y las plazas aún siguen manteniendo ese aire familiar que genera, a duras penas, más confianza que las grandes superficies. A pesar de que son los supermercados, con numerosas plazas de aparcamiento y abiertos hasta que cae la noche, los que a día de hoy ganan la partida, los mercados municipales conservan sus puestos heredados de padres a hijos y de hijos a nietos. Empiezan a proliferar puestos algo más alternativos, como algunos donde se vende té de distintos lugares del mundo o un puesto en el que te descorchan una botella de vino y te cocinan el filete que acabas de comprar en el local de enfrente.

En la actualidad son siete los mercados municipales que existen en Córdoba, localizados estratégicamente en distintos barrios de la ciudad. Uno de ellos es el mercado del Sector Sur, en la plaza del Mediodía, el único mercado de este distrito. Una de sus pescaderas, Fuensanta Padilla, es de las novatas de esta plaza. Lleva tan sólo nueve meses con su local y no es muy optimista con la situación: "Soy de las nuevas y de las primeras que se van a ir". El alquiler de los locales de los mercados se paga al Ayuntamiento, que gestiona toda las plazas a través de la empresa pública Mercacórdoba. Padilla comenta que el alquiler es "muy caro" y achaca el predominio de las grandes superficies en cuanto a las ventas a que al mercado de barrio "la gente va a comprar lo mínimo". María Dolores Gómez tiene mucha más experiencia en el mercado del Sector Sur. "Llevo desde el 16 de mayo de 1973 y ahora es cuando va peor. Por parte del Ayuntamiento no se hace nada; construyen una gran superficie para el supermercado pero no se arreglan las calles de alrededor, no hay aparcamientos; además, cambiaron las paradas del autobús y ahora la gente viene menos", comenta Gómez. Esta frutera afirma que los puestos que se instalan nuevos, que son sobre todo de frutería, se van al poco de venir. "No puedo poner un taller de costura porque no sé pegar un botón y al mes tengo que cerrar", sentencia. José Jiménez, que tiene una carnicería en este mercado desde hace 30 años, también afirma que la mayoría de puestos que se crean son fruterías, pero "lo que hay vacío no se ocupa porque es arriesgarse mucho".

La situación del mercado del Marrubial, en la avenida Jesús Rescatado, es algo diferente. Este mercado, conocido popularmente como la Plaza de la mosca, es el de mayor afluencia de todos. Mari Carmen León tiene un local especializado en bacalao y también vende dulces, salsas y latas de conserva. León afirma que la plaza de la mosca es más barata y por eso tiene más afluencia. Esta tendera explica que las ventajas del mercado de barrio son infinitas al lado de las de los supermercados: "Aquí vienes a por carne o por pescado y ya está, si vas a un supermercado te gastas 50 euros y cuando llegas a casa no has comprado nada. Yo te doy una bolsa y no te la cobro y si te vendo bacalao o un pollo te explico cómo es y te lo pongo como tú quieres". Una de las tantas carnicerías de este mercado del Marrubial está regentada por Francisco González. Este carnicero declara que las ventas han ido bajando desde mayo, pero a este mercado "viene mucha gente porque tiene mucha competencia de precios y eso en otros mercados no lo hay".

El mercado de Ciudad Jardín pasa por una situación parecida al de la Plaza de la mosca. A pesar de estar en los últimos días del mes la gente no deja de entrar y salir. Rafael, uno de sus pescaderos, cuenta que ahora mismo sólo hay un local vacío -son 50 los puestos que no tienen negocio en los siete mercados de la ciudad- y que lo último que han instalado ha sido una cafetería. Heredó el negocio de su padre y lleva ya 15 años en la plaza. Otro de los empresarios de esta zona es Manuel Polonio, dueño de la carnicería más nueva del mercado. Polonio afirma que se suele vender pero que es casi imposible competir con los precios de los supermercados "porque son más baratos". Una idea totalmente contraria a ésta es la que tiene Teresa Martínez, que regenta junto a su marido una de las fruterías de la plaza. Martínez declara que muchos de los productos de los mercados municipales son más baratos que los de las grandes superficies. Este matrimonio abrió hace unos meses otro negocio en la misma plaza dedicado a las especias y los aliños, pero tuvieron que cerrar porque la cosa no fue bien.

Dos de los mercados más pequeños son los de la Huerta de la Reina y el de la plaza de España, en el centro. El primero tiene ocho puestos y Antonio Campos, pescadero, comenta que durante estos días está vacío. Campos explica que son los mismos de siempre y que no se abre nada nuevo, a pesar de que hay un local vació. Uno de los que más años llevan en este mercado del distrito noroeste es Juan Manuel Carreño, que tiene un puesto de pescado desde hace 50 años. Carreño dice que durante los últimos años "se ha notado la crisis" y que, a diferencia de otros tiempo, "se paga más y se gana menos". La misma opinión tiene Carmen Vázquez, que posee dos locales con una carnicería en el mercado: "Los primeros de mes son un poco mejor pero la cosa está floja".

Juan Antonio Cañete tiene una frutería en el mercado de la plaza de España. Cañete achaca la falta de ventas a que "la gente tiene miedo, no porque no haya dinero sino porque al hablar de la crisis la gente no sabe lo que puede ocurrir". Ya son más de 30 años los que lleva este frutero en este mercado de la zona centro y afirma que las costumbres han cambiado mucho: "Antes la mujer no trabajaba e iba a comprar, pero ahora no hay tiempo". Respecto a la comparación de estos mercados con las grandes superficies, Cañete manifiesta que no son los precios los decisivos: "Los precios de los supermercados jamás han sido más baratos que los de los mercados. Los eligen por los aparcamientos o porque tienen muchos servicios pero la calidad nunca será la misma. Sus productos están cogidos desde hace mucho tiempo y arrastran muchas cámaras; cuando llegas a un mercado lo compras fresco, del día".

Otro de los mercados municipales que se encuentran en la zona centro es el de la Corredera. Es uno de los más conocidos por estar situado en una zona de bastante afluencia turística. En total son siete las pescaderías que hay y llegaron a ser 16. Uno de los pescaderos, Francisco García, asevera que no se vende mucho porque "no hay accesos para la gente, no hay aparcamientos". Otra de las empresarias de la Corredera, Piedad, lleva ya 20 años llevando negocios en esta plaza. Antes tenía un puesto con congelados pero ahora tan solo regenta el primero de los negocios que montó junto a su marido, una cafetería. Piedad apunta que "ahora la cosa está mejor pero el verano ha estado muy mal". Uno de los que sí es optimista con la situación es Alfonso Delgado. Este empresario lleva instalado poco tiempo en la Corredera, desde enero del año pasado, y afirma que las ventas "han ido para arriba, cada mes más". Delgado tiene un puesto de vinos y además tiene una cocina para preparar la comida que la gente compra en los puestos del mismo mercado. "Dentro de la crisis no vamos mal del todo pero hace falta apoyo por parte de las administraciones. No es tan solo el aparcamiento, sino, por ejemplo, información sobre los microbuses que pasan justo por delante de la puerta o abrir las puertas e informar a la gente de que estamos aquí", reivindica.

La cara opuesta de todos estos comerciantes es la Administración. El delegado de Recursos Humanos y Comercio del Ayuntamiento de Córdoba, Ricardo Rojas, afirma que desde el Gobierno local se ha hecho "una apuesta importante por los mercados porque desde el PP queremos que continúen ahí". Rojas declara que a pesar de que el Ayuntamiento y Mercacórdoba prestan la atención necesaria para subsanar los problemas que pueda haber en los mercados, la limpieza o la seguridad, "el futuro de los mercados depende de los comerciantes". Asimismo, el delegado de Comercio afirma que su deseo es hacer un plan de regulación de los mercados municipales y que una de las medidas que se han tomado es el alquiler de los locales vacíos a personas desempleadas a un precio de entre 70 y 180 euros.

Rojas también habla de la apuesta que ya se ha hecho en algunos de los mercados. En concreto, el del Marrubial contará, según el delegado, con un sistema de refrigeración del que ahora mismo carece. Con respecto a las ventas, Rojas afirma que hace años se podían ganar unos 500 euros diarios pero que a día de hoy la cosa ha bajado entre un 60 y un 70% y que la recaudación no llega a los 200 euros.

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