Una caña para tener huesos de acero

Un estudio confirma que la cerveza consumida de forma moderada ayuda a prevenir la osteoporosis gracias al silicio

Clientes de un bar del centro beben unas cervezas ayer a la hora del aperitivo.
Sandra Eslava

19 de enero 2013 - 01:00

Los cerveceros del mundo tienen un motivo más para seguir consumiendo esta bebida milenaria realizada a base de cebada, agua con levadura y lúpulo. A sus ya conocidos beneficios en la prevención de las enfermedades cardiovasculares se unen ahora sus propiedades positivas en la formación de masa ósea y el fortalecimiento de los huesos.

El Colegio de Farmaceúticos de Córdoba acogió ayer la presentación del estudio Acción de la cerveza sobre el hueso, elaborado por el presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (Phoemo) y miembro de la unidad de Enfermedades Metabólicas Óseas de la Fundación Jiménez Díaz, el doctor Manuel Díaz Curiel, y el miembro del servicio de Reumatología del Hospital Universitario La Paz, el doctor Antonio Torrijos Eslava. El estudio, financiado por el Centro de Información Cerveza y Salud y el Phoemo, revela que el consumo moderado de cerveza está relacionado con una mejora de la salud de nuestros huesos.

La cerveza contiene antioxidantes como los polifenoles, acido fólico y vitamina B, entre otros elementos. Aunque es el silicio el componente más beneficioso para el metabolismo y la masa ósea, fundamental para combatir una enfermedad comola osteoporosis, que afecta cada vez a un mayor número de población en edad ya avanzada.

El doctor Díaz Curiel destacó que la ingesta de "una o dos cañas al día para la mujer, y de dos a tres en el caso de los hombres", previene el riesgo de fracturas y aumenta la creación de hueso. Curiel advirtió, por el contrario, de que el consumo excesivo de alcohol es un factor importante de riesgo fundamental en esta enfermedad de tipo óseo. También apuntó que la osteoporosis se relaciona con distintos factores, entre los cuales destaca la falta de calcio, de ahí que sea necesario consumir alimentos ricos en calcio, a los que "se pueden añadir en materia de prevención ahora también la cerveza".

Tras el experimento con animales, a los que se les inducía la enfermedad, se observó el efecto positivo de los fitoestrógenos y el silicio para combatir esta dolencia. El siguiente paso fue la realización de estudios en humanos, lo que confirmó lo que ya se intuía: los numerosos beneficios de la cerveza como parte fundamental de la dieta mediterránea y un pilar básico a la hora de entablar relaciones sociales con amigos o conocidos.

El presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, Jesús Román Martínez, por otra parte, apuntó que es muy necesario informar a los farmacéuticos de este tipo de investigaciones por su "papel de referentes de salud en el barrio".

Y, puestos a desmontar mitos, pese a la leyenda urbana que relaciona el consumo de cerveza con la denominada "curva de la felicidad", también llamada "barriguita cervecera", la realidad es muy diferente. La aportación calórica de esta bebida es de 45 calorías por cada cien mililitros. Román recordó que el consumo excesivo de alimentos grasos, una mala alimentación y la falta de ejercicio físico son los causantes reales de la obesidad que amenaza en la actualidad a las sociedades desarrolladas.

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria incluye en la pirámide de alimentación saludable bebidas fermentadas como el vino o la cerveza, siempre de forma opcional y moderada. Así, con el visto bueno y el respaldo del médico, se puede seguir consumiendo de forma responsable esta bebida que tuvo su origen en la antigua Sumeria.

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