Un barrio en apenas 15 años

Ecologistas en Acción hace pública la secuencia de la creación de tres parcelaciones en el entorno del aeropuerto, una zona inundable y castigada por dos riadas

Un barrio en apenas 15 años
Rafael Ruiz

10 de diciembre 2010 - 01:00

La organización Ecologistas en Acción hizo públicas ayer unas imágenes reveladores. La mayoría eran ya conocidas aunque puestas una detrás de otra dan fe de una realidad. La construcción de viviendas en el entorno del aeropuerto, en suelo inundable, se ha realizado paulatinamente, de forma progresiva, como si nadie hubiese tomado unas medidas para parar el dislate que supone una construcción masiva (se calcula que en la zona hay unas 300 viviendas) en un suelo que tradicionalmente ha sufrido el rigor de las crecidas del Guadalquivir.

La secuencia de Ecologistas en Acción arranca en 1956, el llamado vuelo americano (lo hizo la aviación militar de Estados Unidos), y se puede ver que la zona era de labor y que en la finca del Lavadero aún no se había trazado la pista del aeropuerto municipal. La siguiente imagen es de 1985 y se ve la cabecera de la pista del aeródromo rodeada de tierras de labranza. Una década después, a mediados de los 90, en una imagen de poca calidad, se perciben ya los primeros caminos, las manchas de las primeras casas aunque ceñidas a lo que ahora se llama La Altea. Se trata además de una parcelación de manual: la apertura de caminos y la división de lotes de tierra que, por su ubicación, se vendían a bajo precio.

La serie de fotografías entre 1998 y 2009 es elocuente. Primero, la construcción de la zona inicialmente parcelada. Segudo, la colmatación de las primeras calles y la extensión hacia lo que ahora se conoce como Guadalvalle, que es la parte más castigada porque es la que se encuentra más cerca del meandro del Guadalquivir. Es la época del furor de la construcción en la zona y en el Consistorio aún se recuerda cuando los parceladores quisieron vender por lotes la cabecera de la pista (en la foto de 2009 tiene un color distinto al resto).

La última imagen, del año pasado, muestra una realidad: esa zona (irregular) de la ciudad es un barrio, al menos en lo que concierne a la densidad, creado en el estrecho margen que va desde la cabecera del aeropuerto al río Guadalquivir. ¿Se puede sostener seriamente que la culpa de lo que ha pasado la tienen los desembalses de pantanos?

Según la organización ecologista, no porque las razones profundas se encuentran en un proceso de colonización ilegal del territorio. Y, ante ello, se reclama la demolición de las viviendas para la regeneración ambiental del entorno volviendo a los usos primigenios. Dice la entidad que los propietarios que tengan problemas económicos deben recibir ayudas (se trata de una zona con viviendas muy precarias de familias de rentas bajas). El resto, no.

Una parte importante de estas viviendas quedará fuera de ordenación -y probablemente tengan que ser demolidas- en cuanto las administraciones realicen el deslinde del dominio público hidráulico del Guadalquivir. Según la ley, los cauces de los ríos tienen dos zonas de protección adyacentes en las que están prohibidas las construcciones residenciales. Una de ellas tiene que ser obligatoriamente de propiedad pública. En otra, llamada de Policía, se permite la propiedad privada pero no las viviendas.

Ese proceso suele ser bastante largo y tortuoso por cuanto se exigen una serie de informes técnicos para determinar las zonas anegadas por las avenidas medias y grandes. En principio, Urbanismo se ha hecho cargo de la redacción de esos documentos técnicos aunque es la Agencia Andaluza del Agua -esto es, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta- quien tiene que desarrollar la aprobación de esa medida.

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