El autor del crimen de Peñarroya dice que "no fue consciente" de los hechos
El acusado de la muerte de Eva María Prieto tras asestarle 30 puñaladas asegura que le dio un "fogonazo en la cabeza" cuando le prohibió ver a la hija de ambos
"Me dio un fogonazo en la cabeza y no era consciente de lo que hacía". Así justificó ayer Antonio Caballero la muerte causada a su ex pareja, Eva María Prieto, de 32 años, tras asestarle más de 30 puñaladas. Las cuatro acusaciones personadas en el caso -la Fiscalía, los padres de la víctima, la Junta y el Gobierno Central- solicitan penas que oscilan entre los 20 y los 22 años por un delito de asesinato, mientras que la defensa reclama sólo 12 al considerar los hechos como un homicidio.
El crimen se remonta al 16 de junio de hace dos años, cuando el imputado viajó desde Barcelona a Peñarroya-Pueblonuevo en busca de su ex pareja, ciudad en la que la víctima se había instalado meses antes tras pelearse con su compañero.
El encartado, que está siendo juzgado por un tribunal popular, precisó en el primer día del juicio que fue hasta Peñarroya porque era el cumpleaños de la hija de ambos y para aclarar unos movimientos "raros" que se habían producido en la cuenta del banco. Una vez en el municipio, el acusado y la víctima mantuvieron varias conversaciones telefónicas, en las que Eva María Prieto -que también era prima hermana del imputado- le pidió que recogiera la ropa que aún guardaba en su domicilio de las visitas anteriores. Cuando se dirigió al piso que tenía alquilado la joven, se desató una discusión entre ambos por la existencia de unos mensajes de móvil algo comprometidos.
Tras esta discusión, ella lo amenazó con prohibirle ver a la niña, "y me desequilibré totalmente". Acto seguido, cogió un cuchillo que había encima de la mesa de cocina de la casa de Eva María y empezó a clavárselo, aunque dijo no reconocer cuántas veces la apuñaló ni en qué partes de su cuerpo. Según la calificación del Ministerio Público, fueron 33 puñaladas. También reconoció que le golpeó en la cara antes de clavarle el cuchillo, pero tampoco precisó en qué consistieron esas agresiones.
Tras el brutal crimen, salió del domicilio y cerró la puerta con llave. A continuación, cogió el coche para "retirarse de allí, posiblemente para huir", aunque luego subrayó que su intención era entregarse en Barcelona, lugar al que se dirigía. Finalmente, el acusado se entregó a la Guardia Civil en Torremocha del Campo (Guadalajara), decretándose pocos días después su ingreso en prisión por el juzgado de Sigüenza, que se hizo inicialmente cargo del caso, pasando luego a Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Peñarroya. El acusado ya fue condenado a tres años y cinco meses de cárcel por maltratar a Eva María Prieto durante el tiempo que vivieron juntos.
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