Así trabaja la Pastoral Penitenciaria de Córdoba: misas, acompañamiento espiritual y actividades culturales

La Iglesia de Córdoba también tiene un papel importante en la prisión de Alcolea a través de la Pastoral Penitenciaria. Se trata de un servicio muy arraigado que comenzó hace más de 60 años en la derruida cárcel de Fátima y, que poco a poco se fue desarrollando hasta convertirse en el actual Secretariado de Pastoral Penitenciaria. Fue el ahora arzobispo emérito de Sevilla, Juan José Asenjo, durante su etapa al frente de la Diócesis de Córdoba, quien se encargó de dar los estatutos y forma organizativa a este servicio que en la actualidad cuenta con tres capellanes y más de una treintena de voluntarios, que prestan su atención a todos los reclusos de la cárcel de Córdoba.

El director del Secretariado de Pastoral Penitenciaria es José Antonio Rojas, que lleva como capellán del centro penitenciario desde hace casi dos décadas y media y este martes ha dado a conocer los datos de la memoria anual con motivo de la celebración de la Fiesta de la Virgen Merced, patrona de las personas cautivas y las instituciones penitenciarias, y que se celebra este miércoles 24 de septiembre.

La presencia de los capellanes en la cárcel es diaria y allí desarrollan una actividad religiosa, en la que imparten catequesis y celebran también sacramentos, además de actividades carácter cultural, lúdico y deportivo. El año pasado, por ejemplo, fueron atendidos más de 370 presos. Como hecho a destacar, Rojas ha señalado que a las celebraciones acuden más de 120 internos cada semana.

A todo ello, los capellanes y también los voluntarios se encargan de impartir cursos de historia y de arte en Córdoba, contra la violencia de género, cursos de Biblia, de valores e incluso de socorrismo y de primeros auxilios, además, de visitas guiadas con reclusos a diferentes puntos de la ciudad. Pero es que esta labor no se queda aquí, ya que también cuentan con un servicio de ropero y ofrecen ayudas a las familias de los presos y en un mes, según ha detallado, entregan más de una treintena de paquetes de ropa.

Y sí, el centro penitenciario de Córdoba también cuenta con su propio coro. "El coro de la cárcel tiene mucho éxito y, cada vez lo hacen bastante mejor", ha reconocido.

Es el Obispado de Córdoba el que se encarga de financiar todas estas actividades, aunque también reciben fondos de la Fundación Cajasur, el Cabildo Catedral, la Orden Trinitaria de la Hermandad de la Merced de Córdoba. A lo largo del año pasado fueron 22.000 euros los que se destinaron a este tipo de servicios.

Rojas también ha reconocido que lo único que no ha conseguido hasta el momento es que el Gobierno central conceda un indulto a un preso o a una presa de la cárcel de Córdoba que se pide el Lunes Santo, junto a la Hermandad de la Merced, y que sí concede en otras provincias. "Hasta ahora no lo hemos conseguido, pero somos muy constantes", ha afirmado.

Tras más de dos décadas de trabajo en la prisión como sacerdote, ha señalado que "cualquier cosa allí es un mundo" y ha confesado que uno de los aspectos más difíciles a los que se enfrenta es cuando ve de regreso a presos a los que ha acompañado. Es por ello que ha lanzado un consejo a las personas que quieran ser voluntarios: "Si buscas resultados, no vengas a esta pastoral; es una labor de mucha constancia, paciencia y esperanza". Además, ha reconocido que tras la pandemia les costó recuperar el pulso, pero poco a poco su misión se ha vuelto a consolidar entre los reclusos. "De celebrar misa semanal para cuatro personas, hemos pasado a 40 y el espacio se nos ha quedado pequeño", ha subrayado.

Voluntariado

Junto a los capellanes, la participación del voluntariado es clave para poder llevar a cabo este servicio en la prisión. En concreto, las personas que de manera voluntaria prestan esta ayuda tienen una reunión mensual de Formación y Programación de las actividades que se desarrollan todos los primeros lunes de cada mes. Además, disponen del asesoramiento de un abogado, también voluntario, para las cuestiones jurídicas que se presentan a los internos a los que se acompaña.

Gracias al voluntariado, se desarrolla la misión de la pastoral, un grupo de personas con una responsabilidad "muy fuerte", como ha descrito Josefina Redondo, F.D.C., quien ha asegurado que en esta tarea "el voluntariado se convierte en testimonio vivo del amor de Dios".

El papel del voluntariado en la cárcel, ha continuado, "es coherente, tiene un sentido de responsabilidad muy grande y ofrecen espacios de confianza".

Los voluntarios, además, prestan su servicio de acompañamiento en las salidas quincenales con internos del Centro de Inserción Social con visitas a monumentos e instituciones de la ciudad. En el año 2024 se realizaron 17 salidas con una asistencia de 195 internos.

Camino de Santiago

Este año, además, serán seis internos de la prisión de Córdoba, acompañados por funcionarios y voluntarios, los que van a hacer el Camino de Santiago.

Este camino, con cinco etapas hasta cubrir la distancia que va desde Sarria a Santiago ayuda a "sanar sus heridas y a la reinserción en la sociedad", según ha explicado Sergio García, otro capellán de la prisión. En su intervención, ha destacado la misión de la Iglesia en la doble vertiente espiritual y social, ya que la "la fe es un derecho de la persona", por lo que las actividades están enfocadas a darles esperanza a los internos y una ayuda para salir de la marginación y la exclusión social.

A la presentación de esta memoria también ha acudido el hermano mayor de La Merced, Pablo Jiménez, quien ha recordado que la pastoral "realiza la actividad más difícil, que es la atención individualizada a los internos".