El Campo en Córdoba

Los apicultores urgen a las administraciones a tomar medidas que eviten la “ruina” del sector

  • Las cooperativas y las organizaciones agrarias elaboran un decálogo que incluye iniciativas a poner en marcha "cuanto antes"

Apicultores trabajan con colmenas

Apicultores trabajan con colmenas

Las organizaciones profesionales agrarias y Cooperativas Agro-alimentarias llevan años reivindicando ante las administraciones central y autonómica, y ante los diferentes organismos europeos, que se tomen medidas para paliar los problemas que los apicultores están teniendo para ejercer su actividad de una manera sostenible, “medidas que eviten la ruina del sector”, defiende.

Un sector que insiste que, dado que la situación lejos de solucionarse se ha agravado en las últimas dos campañas, queda patente que las escasas medidas que se han tomado han resultado totalmente ineficaces, ineficientes e insuficientes”. Para añadir que, teniendo en cuenta la importancia económica, social, territorial y medioambiental de la apicultura, “es necesario que se tomen medidas urgentes y concretas para asegurar un sector apícola sostenible y que las familias que viven de la apicultura puedan ejercer su trabajo de una manera digna”.

Las organizaciones profesionales agrarias y Cooperativas Agro-alimentarias, que se manifestarán el próximo martes ante la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación han diseñado un Decálogo de Medidas a la Administración, “que deben ponerse en marcha con rapidez, decisión y eficacia, si se quiere lograr la sostenibilidad económica, social y medioambiental del sector. Esos diez puntos son los que siguen:

  1. Desarrollar medidas efectivas que reequilibren la cadena de valor de la miel y los productos apícolas que aseguren la sostenibilidad de las familias que viven de la apicultura.                                                
  2. Revisar urgentemente la política de acuerdos comerciales, garantizando que la miel importada cumple con todos los requisitos productivos, sociales y medioambientales exigidos a un apicultor o apicultora de nuestro país. Así como no permitir que los productos apícolas, entre ellos la miel y el polen, sean utilizados como “moneda de cambio” en los acuerdos comerciales que se establezcan a nivel europeo.                                                                                                                                       
  3. Mantener su posición política inicial en materia de etiquetado de origen de la miel defendiendo un etiquetado que incluya el listado de países y su porcentaje. Así como, liderar un cambio de la Directiva de la Miel a nivel europeo que contemple y haga extensiva la obligación de indicar en todas las mieles que se envasen en la UE el listado de países y su porcentaje.                                             
  4. Crear un grupo de trabajo específico sobre la varroa que se reúna periódicamente a nivel estatal y mejore la coordinación entre las distintas administraciones en materia sanitaria, en el que participen, además de las administraciones, expertos y el sector a través de las organizaciones profesionales agrarias y las cooperativas. Además, mantener una interlocución periódica con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para abordar la problemática existente por la falta de tratamientos autorizados efectivos frente a la varroa.                                                                           
  5. Apoyar la investigación para el desarrollo de nuevos principios activos frente a la varroa. Poner a disposición de la investigación pública suficientes recursos para definir proyectos en este sentido. Habilitar a nivel comunitario un presupuesto específico con para llevar a cabo un gran proyecto de investigación con el objetivo de desarrollar herramientas terapéuticas suficientes para combatir a esta enfermedad que afecta a toda la cabaña apícola europea.                                                                 
  6. Valorizar la actividad trashumante en el sector apícola por sus implicaciones sociales, económicas y ambientales, fomentando la buena convivencia que tradicionalmente ha existido entre los apicultores estantes y trashumantes.                                                                                                               
  7. Garantizar que el Estado y las comunidades autónomas dispondrá de un presupuesto suficiente para que se pueda desarrollar y articular completamente el Plan Apícola actual, así como aquellos que se aborden en el marco de la nueva PAC.                                                                                             
  8. Analizar la vulnerabilidad de la apicultura a los efectos del cambio climático, definir sistemas de indicadores de impacto, identificar y evaluar los impactos y riesgos previsibles y definir medidas de adaptación orientadas a reducir las vulnerabilidades detectadas.                                                        
  9. Coordinar a nivel nacional estrategias frente a la vespa velutina, al abejaruco, etc. Para ello, se solicita una mesa de trabajo en la que participen, además de las administraciones, expertos y el sector a través de las organizaciones agrarias y las cooperativas.                                                      
  10. Desarrollar una línea de seguro acorde con las necesidades del sector.

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